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Dos semanas había pasado desde que Jungwoo había llegado a la vida de Yukhei; aunque solo le bastó una simple semana en acostumbrarse a su nueva vida, en la cual concluyó que Ahn no llegaría nuevamente. A pesar de que Jungwoo decía haber superado aquello, por las noches no podía evitar soñar con ella o incluso llorar por extrañar su antiguo hogar. En aquellas semanas se había aprendido los horarios de Yuqi y Yukhei, en los cuales cuando ninguno de los dos estaba en casa, volvía a transformarse en un humano, para así que su parte híbrida no lo controle por completo; no podía negarlo, algunas veces quería convertirse en un cachorro por completo para así no volver a tener preocupaciones en la vida, sin embargo quería estar consciente para saber qué cosas ocurren a su alrededor, no quería ser solo una carga sino que quería ser todo lo contrario, deseaba ayudar a las personas.

Por otro lado, Yukhei estuvo más feliz que de costumbre y no entendía el por qué, sin embargo esperaba que aquello no cambiara, ya que sus notas habían mejorado considerablemente, al igual que la relación con Yuqi; estaba en la cumbre máxima de la felicidad, y eso nadie podía negarlo. Sus dibujos pasaron de ser sombríos a coloridos, cosa que le sorprendió a todos los que lo conocían; él se caracterizaba por hacer pequeños dibujos a blanco y negro, no le gustaban para nada los colores y creía que no usarlos podía hacer volar la imaginación a la persona que esté viendo el dibujo. Cada vez sentía más emoción al ir nuevamente a casa, aunque tampoco entendía el por qué, ¿sería por Jungwoo? 

—¡llegué a casa! —exclamó el alto, quien sonrió al instante al poder escuchar unas pequeñas patitas corriendo hacía donde se encontraba; aquello le producía tantísima ternura, que podría comerse al pequeño cachorrito a besitos. Luego de haber apoyado su mochila en el suelo, tomó a Jungwoo en brazos, dirigiéndose así hasta el sofá donde comenzaría una pequeña sesión de cariños hacía el animalito. —¿cómo te portaste? ¿te portaste bien? ¿Jungwoo quiere un premio? —hizo un montón de preguntas a la vez, a pesar de que sabía que no iba a tener una respuesta en ningún momento, pero fingió que aquellos suaves y pequeños ladridos junto con la colita moviéndose rápidamente del cachorrito eran un 'sí, me he portado bien y quiero un premio'. Ante su "respuesta", decidió darle unas cuantas croquetas que habían sido recomendadas por el veterinario; en estas semanas, Jungwoo había tenido un aumento considerable de peso, cosa que hizo super feliz a la pareja, debido a que ya estaba muchísimo mejor de salud y no necesitaba volver a ir al veterinario, a menos que sucediese algo malo.—¡eso es, buen chico!

Jungwoo no podía estar más feliz con la pareja que lo había adoptado, siempre le estaban brindando muchas caricias, amor y alimento, sin embargo todavía no tenía la suficiente confianza como para decirles amos. En alguna parte de su interior tenía miedo de que le vuelvan a hacer lo mismo que hizo Ahn; a pesar de que él no quería, aquél recuerdo siempre le hacía poner triste, hasta el punto de ponerse a llorar alertando a la feliz pareja. Desde que Yukhei lo había tomado en brazos aquella tarde, casi noche, lluviosa, su vida había cambiado por completo; pudo salir de aquél pozo de tristeza en el que él mismo se había metido. 

—¡Hola mis amores! —exclamó la fémina, quien había entrado en casa luego de que Yukhei le haya dado las croquetas a Jungwoo. Imitando las acciones del alto, dejó su mochila en el suelo junto la otra y se colocó a un lado de Yukhei, comenzando a hacerle más caricias al cachorro. —¿qué tal tu día, cielo?—preguntó al chico, brindándole una de aquellas miradas que ponían incomodo al pequeño animal. Ante ello, Jungwoo sintió que no debía estar ahí, por lo que saltó del regazo del chino, siendo reemplazado por la joven, y se dirigió hasta el patio; no iba a volver a entrar hasta después de unas cuantas horas. 

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En aquél jardín no había mucho para hacer, por lo que su principal plan era dormir plácidamente en el pasto, sin embargo un ruido pudo capturar su atención por completo. Con mucho cuidado se acercó hasta aquél lugar; no podía mentir, estaba demasiado nervioso y más al saber que no iba a poder contar con la ayuda de la pareja puesto que estaban en sus propios asuntos. Esperaba encontrarse con cualquier cosa, pero no tenía en su mente encontrarse con un gato hurgando en la basura.

𝐲𝐨𝐮'𝐫𝐞 𝐦𝐲 𝐩𝐮𝐩𝐩𝐲 ━ 𝐥𝐮𝐰𝐨𝐨.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora