𝐲𝐨𝐮'𝐫𝐞 𝐦𝐲 𝐩𝐮𝐩𝐩𝐲 ━ 𝐥𝐮𝐰𝐨𝐨.

004

YoonOh comenzó a correr para así poder resguardarse de la lluvia, que hace apenas unos minutos había comenzado. En su mente, lo único que tenía era aquel encuentro que sucedió hace dos días con el cachorro; no podía dejar de pensar en lo hermoso que era ni tampoco podía dejar de preguntarse el por qué lo había ayudado. 

—¿En qué tanto piensas?—preguntó el otro muchacho que estaba a su lado, que al igual que él se encontraba resguardándose de la lluvia. Lee Taeyong era como su mejor amigo; él también era un híbrido de gato, y aquello había sido la única razón por la que decidió acompañarlo en sus aventuras buscando comida de los basureros.

—En nada en especial.—contestó suavemente, aún observando el horizonte, aunque estaba más que claro que aquello era una cruel mentira. No tenía ganas de responder al cuestionario que su mejor amigo le haría con respecto a Jungwoo, por lo que decidió mantenerlo en secreto, al menos por ahora.

Taeyong lo conocía como la palma de su mano y sabía cuando el contrario estaba ocultando algo, no obstante no diría nada con respecto a esto, al menos por ahora.

—En un rato vuelvo, Tae.—murmuró cuando la lluvia paró de una vez por todas.

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—¿Alguna vez has escuchado hablar de los espíritus?—preguntó Johnny, ante el pequeño relato que su mejor amigo le había contado. Luego de encontrarse el botiquín en el medio del jardín y de recibir una negativa, de si había llevado los objetos al jardín, por parte de Yuqi, estuvo con sensaciones extrañas; como si alguien lo estuviese observando o si estuviese detrás suya. Aunque en realidad, todo era producto de su imaginación y del poco descanso que su cuerpo estaba recibiendo.—Estos días estoy creyendo que tu casa estaba embrujada o algo por el estilo, porque cada vez que estoy ahí, me siento observado.

Por un instante Yukhei se lo creyó, pero luego recordó que en ningún momento había ido a su casa, así que en lugar de enfadarse con el americano decidió seguir comiendo e ignorar aquello por completo. Estaba bastante cansado; aquel suceso le dejó un poco paranoico, ya que estaba demasiado seguro que aquel botiquín se encontraba en el baño.

—¿Yukhei? ¿Me escuchas?—volvió a preguntar Johnny al ver que no le estaba prestando atención en lo que estaba diciendo. Recibió una negativa de parte contraria, cosa que lo hizo rodar los ojos; detestaba cuando alguien no lo escuchaba o lo ignoraba a propósito. A pesar de que quería prestarle atención a su mejor amigo, diversas hipótesis sobre qué pasó con aquel botiquín estaban en su mente.

—lo siento ¿qué decías?—preguntó Yukhei, dispuesto a ignorar todas las cosas que se cruzaban por su mente y prestarle atención al mayor. Le estaba doliendo muchísimo la cabeza, y lo único que quería hacer era ir a su casa y dormir mil años.

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Yukhei se durmió en mitad de clase de historia, cosa que hizo preocupar mucho al profesor Kunghan; él sabía que el alto no era capaz de dormirse en una clase, ya que estaba al tanto de que historia era una de sus materias preferidas. Además, podía notar que Yukhei estaba un poco pálido, cosa que aumentó aún más su preocupación.

—Yukhei.—murmuró, acercándose a su estudiante, pero al no poder despertarlo decidió mover uno de sus brazos. El nombrado despertó algo confundido, sin embargo luego de unos minutos supo en dónde estaba y qué era lo que estaba haciendo. Rápidamente sus mejillas se pusieron de un tono carmesí.

—¡Profesor, discúlpeme, no lo volveré a hacer!—se disculpó el castaño, avergonzado ante sus actos. Nunca se creyó capaz de dormirse en mitad de una clase, pero ante las pocas horas que estaba teniendo de sueño, le fue algo imposible.