𝐲𝐨𝐮'𝐫𝐞 𝐦𝐲 𝐩𝐮𝐩𝐩𝐲 ━ 𝐥𝐮𝐰𝐨𝐨.

006

Solo bastó una semana para que Yukhei termine de recuperarse. Durante ese tiempo estuvo aburridísimo, ya que no podía salir de casa; se estaba acercando el invierno, y si salía, le iba a hacer mucho peor con la gripe. No obstante, se unió mucho más a Jungwoo, quien resultaba ser más mimoso de lo que realmente mostraba.

—¿Quién es el cachorrito más precioso de todos?—preguntó poniendo una voz de bebé, la cual al híbrido le resultaba muy graciosa, ya que parecía un completo imbécil, ¿será que todos los humanos hacían aquello con sus mascotas?—¡Sí, Jungwoo lo es!—a pesar de que su yo interno estuviese riéndose a carcajadas, no podía evitar disfrutar de todas las caricias que le estaba dejando en su pancita. No obstante la bruja de Yuqi les detuvo su tiempo de mimos; no podría decir que la odiaba, porque no tenía razones para hacerlo, pero podía notar que había algo malo en ella, por lo tanto comenzó a decirle bruja.

—¡Yu, ayúdame, porfi!—gritó la joven, quien estaba quitando un par de cajas del armario. El alto fue a socorrerla, no sin antes disculparse con el perro, por aquella interrupción, prometiéndole que en unas cuantas horas más iban a tener otra sesión de mimos.

Mientras la feliz pareja acomodaba el armario, el cachorro se fue hasta el patio, en busca de su amigo Yoon Oh. Al mismo tiempo que su lazo con Yukhei crecía, la relación con el otro híbrido también lo hacía; él venía todos los días a su jardín, charlaban un poco, y de vez en cuando Jungwoo le daba una lata de atún, aunque ésta era siempre robada.

—¡Woo!—exclamó alegremente el híbrido, quien se había convertido en un humano. Entre los dos, habían encontrado un punto ciego, por lo que aprovechaban ese espacio para evitar que las personas pudiesen verlos. Pero a pesar de su maravilloso plan, una o dos veces Yukhei los descubrió antes de ir hasta aquél lugar; por suerte siempre estaban en su lado animal, por lo que no era tan raro que uno se junte con otro ¿verdad? Incluso Yukhei estaba maravillado con el felino, no obstante, cada vez que lo quería tocar, el gatito se alejaba o incluso intentaba pegarle con una de sus patitas.

—¡Hola Yoonie!—saludó el híbrido, en su zona especial, dispuesto a compartir otra tarde con el. Ante aquél mote, Yoon Oh siempre se ponía un poquito sonrojado, ya que nunca nadie le había hecho un apodo amoroso como aquél, no obstante a su parecer lo disimulaba bastante bien, pero lo que él no sabía, era que cada vez que aquello pasaba, Jungwoo sonreía mentalmente y no decía nada para evitar ponerlo incomodo.—¿Cómo estás? ¿Qué tal está Taeyong?

Si bien el cachorro no conocía a éste último, no podía evitar preocuparse por él. Desde que Yoon Oh le había comentado que su mejor amigo no estaba comiendo bien, Jungwoo comenzó a preguntarle por él y por si necesitaba alguna lata de atún; le era algo totalmente imposible no preocuparse por los demás.

Algo que el cachorro detestaba de sí mismo, era que era muy preocupon por las otras personas; podía llegar a pasar noches sin dormir bien, simplemente por los pensamientos de que algo malo le pueda suceder a sus amigos. Al principio consideraba que aquello era súper bueno, pero al notar que las personas lo utilizaban como un juguete, quería cambiarlo, pero no podía, ¡era tan difícil!

—Está bien, solo que hoy se fue de nuestro hogar, más temprano de lo usual.—dijo, llevando una de sus manos hasta su nuca, la cual rascó suavemente mientras que su rostro se volvía uno avergonzado. Era su mejor amigo, pero aún así no sabía en lo que estaba metido. Vaya amigo de mierda la verdad.

🥀⛓

Cada día pasaba por la casa de DongYoung en busca de su uniforme para trabajar. Salía de su hogar en forma de gato, hasta llegar al lugar ya mencionado, donde se transformaba en un humano. No sabía por qué hacía eso, suponía que era porque no quería cortar completamente los lazos con su ex dueño; después de todo, estaba completamente agradecido con él. Además, el otro tenía la costumbre de prepararle la ropa antes de trabajar, darle una caricia en su cabeza y dejarle un pequeño beso en su frente, quizás estas dos últimas ya no podía apreciarlas, pero siempre las recordaba.