Mis dedos juegan con mi pelo. Tengo miedo de seguir escribiendo. Sin embargo debo hacerlo. Estamos a un enunciado de que comience a desenmascararte, personaje ficticio ávido de historias nuevas, solo para un momento.
Estacional es tu vida desde hace algunos años.
Nada presencial, y por si acaso... de lo poco que hay, pides reembolso. De manera inmediata, ni siquiera deseas esperar los 30 días de permiso a la regla.
Entre todo lo que hemos hablado estoy de acuerdo contigo en una cosa, tan bien sé que solo es una, que la tengo demasiado identificada.
"Hay cosas que no podemos entender ahora"
Y tienes razón. Suelo ser una mujer que busca respuestas a todo en el momento. Quiero claridad, la luz me da paz, y la tranquilidad me deja fluir, "creo que no debo ser la única". Pienso frente al espejo mientras cubro mis pecas con maquillaje, pues creo que a él no le gusta como lucen frente a la lente.
Mientras muerdo la manzana que me compró la noche anterior en una tienda de paso, pienso en Pablo, mi talón de Aquiles. Él es el ser más repudiado en mi corazón, pero no debemos hablar de eso... por ahora. Su visita a mi cabeza llegó inminentemente porque habíamos viajado al mismo lugar, donde ahora Hess y yo estábamos.
Mi avión aterrizó junto con toda la marea en mi cabeza, al momento en el que pise tierra y no lo vi; Pensé en echarme a correr y huir. De pronto hacemos cosas a las que no le ponemos mucha cabeza y salen bien, ¿entienden lo que quiero decir?, basta con que cada uno repase las decisiones que ha tomado (en cuanto al amor), para evaluar y notar que la mayoría quizá no han resultado del todo mal.
Tú fuiste una decisión precipitada, llegaste de la nada. Tocaste a mi puerta con mensajería instantánea. No sabía nada de ti, para que te des una idea: ni siquiera me tomé la molestia de leer tu nombre completo o de pasar a revisar más de cinco fotos que tienes publicadas.
No sabía a ciencia cierta si lo que hacías era un hobbie o tu profesión. Tampoco sabía si estabas soltero, eras divorciado, tenías hijos, alguna ex novia psicópata, aburrimiento, dinero de sobra, trabajo de planta, dibujos en las libretas, letra linda, buen corte de pelo, aroma decente o reconocible olor de un extranjero libertino.
La semana en la que tú nombre se fijó en mis ojos, acababan de despedirme de mi trabajo. Y aunque me importó un carajo, tuve pretexto suficiente para salir de fiesta toda la semana. Recuerdo que para cuando ya me habías saludado, te deje en visto un par de días, porque estaba divirtiéndome con mis amigos.
Pero eso sí, no te voy a negar que pensé en ti. Simple educación que me decía:
"Debes contestar su mensaje o no te tomará fotos"
Y re establecí comunicación y dijiste: entiendo, no pasa nada. Llego el próximo viernes.
Tenía escasos 2 días para no lucir hinchada a causa de la mala comida y el exceso de alcohol.
Tampoco lo sabes pero interrumpí mis actividades, para ir sola a elegir algunos outfits que se vieran bien en tus fotos, las que ahora quedan como prueba eterna de lo que nunca será. Y es que no soy adivina, pero tu maldito ego lo está entorpeciendo todo.
Tanto me pediste que fuéramos amigos,
tanto me negué la oportunidad,
cuando por fin, enfrío mi cabeza y me decido a ceder,
ahora eres tú el que se va, dejando todo a medias.
Es como si quisieras que ahora sea yo, quien siente lo que sentiste las semanas pasadas.
Sé perfectamente bien que sabes lo que estás haciendo,
Pero tienes total ignorancia sobre lo que quieres.
Aunque te lo repitas a menudo, como quien quiere memorizar algo solo para tener la coartada perfecta, te juro que confundes muchas cosas por miedo.
Por eso ve y vuela, tan lejos como puedas. No te voy a detener.
Nunca te he querido de rodillas,
Y sin embargo te tuve en mi país esperando por mí.
Impaciente, querías verme.
Abriste la puerta de la van y rodeaste mi cuerpo con tus brazos tersos.
Tienes la piel tan bonita que se vuelve un detalle indeleble.
Te haré tanta letra como pueda.
Susurré a tu oído y tampoco entendiste.
Otra frase perdida en la lista de la traducción fallida.
Abrazados como quienes no se han visto por años, mi corazón retomó su ritmo.
Todo estaba bien porque estabas bien... tú te sentías bien a mi lado.
Y sabes que no estoy inventando. Puta frase que te grite en el aeropuerto cuando te estabas despidiendo. Tenía ganas de suplicarte, pero no me puedo dar ese lujo, no porque no quiera, sino porque no tienes la capacidad de valorarlo.
Y en estas líneas reconozco mi debilidad perdida.
Por eso me fui, para encontrarla. Entiende que no puedo cedértela como regalo bajo el árbol navideño. Estas fechas te importan una mierda, aún cuando son mis favoritas.
¿Sabes donde dañaste profundamente lo que yo sentía?, cuando te leí organizando un viaje en mi cumpleaños. Nuevamente entiendo que no se trata de mí, sino de ti junto a mí.
Te jode saber que tengo la capacidad de alterar tu estabilidad,
de confirmarte que sí, que todo será una montaña rusa y de vez en cuando una revolución,
te da miedo perder batallas frente a mí,
pero sobre todo huyes a exponerte, con la posibilidad de que dos cosas sucedan en tu vida:
que use cruelmente todo lo que sé junto con lo que aquí en listo, solo para mi diversión,
o
encontrarte frágil y hacer de ti una mejor versión.
Sé que sabes que esta última no es difícil.
Te veo nuevamente sonriendo y me parece irónico que aún me haga feliz, mi revelación es darme cuenta de que no me sorprende que lo seas, sino que lo demuestres.
Desde hace muchos años me ha encantado apreciar la caída de los copos de nieve, pero tu corazón es tan helado que haces que el frío se convierta en enemigo.
Es MUY probable que por esa razón hayamos terminado frente al mar, saltando en la arena a causa del insoportable calor que se percibía.
Es quizá otra de las razones por las que durante esos días preferí dormir solo con mi piel, abrazada por la tuya.
Pocos días bastaron para que me inyectaras ganas de concretar mis metas pausadas, víctima del agobio ocasional que llega cuando algo puede salir muy mal.
Nada de esto estaba planeado,
No pienses que yo soñaba con que así pasara.
Si tenemos que señalar, no quiero empezar.
Pero si somos objetivos ambos sabemos que eres más responsable que yo.
Sigo sin entender porque ante el plan pronuncié un rotundo "Sí"
Pero como bien dices:
"Hay cosas que no podemos entender ahora"
(continuará)

YOU ARE READING
El amor en tiempos digitales
RomanceTodas las historias aquí compartidas, pertenecen a una serie de escenarios múltiples, con personajes diferentes, llenos de características particulares, unidos por un factor común: la interacción interpersonal a través de plataformas digitales.