En el bosque

the little girl into the woods

Era una hermosa tarde de otoño en el viejo South Shields, no muy fría ni muy calurosa, el clima perfecto. Parecía ser un buen día para todos, excepto para los Thirlwall.

Norma y James Thirlwall se encontraban en la sala de estar de su casa, ambos con lágrimas en los ojos. Acababan de recibir una horrible noticia.

En cambio, la pequeña Jade Thirlwall se encontraba en su habitación leyendo un libro. Probablemente era la única niña de su edad que no estaba disfrutando el hermoso día que hacía fuera.

- Jade, cariño ¿puedes bajar? - grita James desde la planta baja.

- Claro, ya voy - respondió la castaña dejando su libro de lado. Bajó las escaleras para dirigirse hasta donde se encontraban sus padres - ¿Qué sucede papi? - preguntó apenas llegó a la sala.

- Hija, tenemos que hablar - dijo esta vez Norma.

Jade captó que su madre tenía los ojos rojos e hinchados, por lo que supuso que había estado llorando. Además su voz era temblorosa y parecía inestable, lo que preocupó un poco a la joven Thirlwall.

- ¿Estabas llorando mami? - preguntó Jade mirando con preocupación a su progenitora.

Norma no contestó. Ella miró a su esposo como pidiéndole que se fuera para así poder hablar a solas con su pequeña niña.

- Creo que mejor me voy - murmuró el hombre al entender lo que su esposa quería decirle. Miró a Norma para luego dirigir toda su atención a su pequeña hija, le sonrió con tristeza y salió de la sala.

- ¿Qué está pasando? - preguntó Jade. Para ella la situación era un poco extraña, y tenía un mal presentimiento.

- Hija, ven, siéntate - dijo la mayor palpando el lado vacío del sofá. Jade obedeció a su madre y se sentó a su lado.

- Por favor, dime lo que sucede ¿por qué papi se fue?¿por qué estabas llorando?- insistió la pequeña castaña. Estaba impaciente por saber lo que sucedía, hace tiempo no veía a sus padres así de tristes.

- Jade yo... - Norma no encontraba las palabras para decirle a su hija lo que estaba pasando - Hoy fuí al hospital...

- ¿Y...? - preguntó Jade al ver que su madre había parado de hablar.

- Me dieron los resultados de los exámenes de sangre que me hice hace unas semanas - volvió a bajar su mirada para luego soltar un largo suspiro - Los doctores detectaron que algo no estaba bien conmigo... - no pudo seguir hablando pues su propio llanto la interrumpió.

- Mamá, por favor dime ya lo que sucede. No me gusta verte llorar - suplicó la pequeña al ver el estado en el que se encontraba su madre.

- Tengo cáncer, Jade - dijo Norma tratando de controlar su llanto.

Al escuchar estas palabras, la pequeña morena empezó a sentir miedo. Sus manos empezaron a temblar y un nudo se formó en su garganta.

- P-pero tiene cura ¿verdad? - preguntó con la esperanza de que su madre dijera que sí.

- Está bastante avanzado Jade, por lo que no tiene cura - explica la mujer mayor con la voz rota - La quimioterapia ayudará a aplazar mi muerte, pero de todas formas ocurrirá... No sabes cuanto lo siento mi niña - se disculpa sabiendo lo afligida que se encontraba su pequeña.

Luego de unos segundos en completo silencio, Norma al fin levantó la vista para ver a su hija. Al verla temblar quizo acercarse a ella para abrazarla, pero Jade se alejó bruscamente parándose del sofá.