Despertó con lágrimas en los ojos y con semblantes triste. Vio al alfa y beta, luego un inconscientemente llevo su mano al vientre y sintió algo.
—Izuku, ¿estás bien?
—yo... yo soñé con Shinso—luego mira rápidamente a Katsuki y toca su vientre—me dijo que dentro de mi tengo a tu hijo, Kacchan.
—eh? — se sorprende no por la noticia, sino porque se lo de Shinso
—Así es— contesta el beta— dentro del Omega del Rey hay vida formándose.
—Voy hacer mamá— dice Izuku con lágrimas en los ojos— seré mamá
—Voy ser papá
—así es, aun están pequeño así que debe alimentarse bien y tomar medidas, así tómenlo co-...— y detiene su hablar.
Katsuki alzo la palma de su mano justo en el rostro de Sorahiko, lo que le hizo callar.
—¿están pequeños?... ¿hay más de uno?
—Sí, son dos... por los latidos, patadas bastantes fuertes cuando los toques, seguro solo el Rey te ha tocado y eso les gusta y por eso son tranquilos.
—Voy a tener dos cachorros— la alegría de Katsuki era enorme y la sorpresa de Izuku aún más, no era normal tener dos bebés en un solo parto, se dicen que son abundancia y da señal que los padres de dichos bebés darán fertilidad a su casa y a las tierras que gobiernan.
—Los únicos que te pueden decir si es niño o niña es la mistika del reino del sur, donde los Yoarashi-Todoroki
—Los llamaremos— dice Karsuki— el idiota ese me debe un favor y estará gustoso de venir y restregarme a su lindo y tierno esposo, mandare una carta de inmediato... Izuku— le llama— vamos a casa, haremos más sopa de bison y daremos la noticia.
Izuku solo asiente y deja que Katsuki lo cargue, está feliz...
Pero
Pero
Ellos son producto de una violación, algo de lo que no estaban consiente y algo forzado, su omega está feliz por sus bebés, pero Izuku aún se siente culpable a pesar que Katsuki le dio su perdón y razones.
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—¡Maldita sea! — grita, Izuku le ha dicho lo que piensa y sus gritos resuena ya que espero a estar en la cama a la hora de dormir— entiéndelo, tú no puedes controlar tus hormonas, no puedes... pero me alegra haber estado ahí sino no sé qué te haría pasado, y ahora hay dos vidas de por medio, no debes de descuidarte.
Izuku llora y no sabe la razón, si por el grito de Katsuki, por las hormonas o porque aún se culpa de todo.
Katsuki resopla y se desploma en la cama, su oído ya hacia el vientre un poco abultado y lo abraza.
—Bebés, no hagan caso a mami... yo los amo, son lo mejor de mi vida y aunque su concepción no fue exactamente la más feliz, amo el resultado... mis hijos— besa el vientre y se acurruca, siente como golpecito y el también da pequeños golpes, como un código morse.