Anclada a tu mirada de otoño que poco a poco se va marchitando ¿Qué puedo hacer para evitarlo?
Fan de tu sonrisa azul como aquella melodía que te arruya en las madrugadas
Amante de tus rizos marrón que bailan una balada triste con el viento de nov...
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Mientras preparo mi café esta mañana de otoño, pienso en ti, en tus pupilas marrón y mi corazón se encoge, las lágrimas escocen mi garganta.
Tantos recuerdos se arremolinan en mi mente y me vuelvo frágil y te necesito, me odio por no sanar la herida.
Tomo un poco de café, esta caliente, el olor se impregna en mi cabello, cierro los ojos, te recuerdo a ti y a tu bendita sonrisa, tu frente en mi frente, mirándome a los ojos, prometiendo una y mil cosas ¿Por qué no cumpliste ni una sola?
El ruido de la lluvia me aleja del pasado y noto que las lágrimas han olvidado su timidez y se han hecho presentes, tomó otro sorbo de café, esta frío. ¡Frío como nuestro amor! Tú jamás regresarás, decidiste soltar mi mano, aquella que siempre te ayudo a salir del fango.
Decidiste por ambos, hechaste nuestras cartas, canciones, poemas, besos, caricias, promesas y amor al baúl de los recuerdos, me lo obsequiaste y cada que la nostalgia me invade lo abro y mi alma se rompe en cientos de estrellas fugaces, pero no cumplen deseos...
Soy consciente del frío, me siento desnuda si no están tus brazos alrededor mío.
Acerco mis labios a la taza y noto que el café se ha terminado, las flores del jardín están secas al igual que mi ser, estoy de luto, pero nadie viene a consolarme.
