Anclada a tu mirada de otoño que poco a poco se va marchitando ¿Qué puedo hacer para evitarlo?
Fan de tu sonrisa azul como aquella melodía que te arruya en las madrugadas
Amante de tus rizos marrón que bailan una balada triste con el viento de nov...
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Los domingos son tulipanes azules, no importa si el sol se asoma tras la nube o si prefiere dormir sobre ella... Son tan tristes ¿Por qué no pierden su esencia?
Será que huelen a despedida, a soledad, a rutina anticipada. Leer un libro no te salvará de su aura nostalgica, la charla con un amigo sólo te hará llorar por el ayer...
La lluvia hará cuadro con tus sollozos mientras miras por la ventana, ¡belleza melancolica!
Tardes de introspección, admirando el firmamento, perdida en una estrella fugaz, pidiendo deseos que nunca llegan.
Arruyandote con la melodia de la llovizna, aferrada a la almohada impregnada a menta, anhelando fuese Él, ha dejado sus bocetos, su suéter azul arrumbado en aquella silla y se burla de tu semblante marchito, sus botas de combate que no te protegen de esta soledad apática.
Su sonrisa colgando en el balcón, frenando dar ese salto, su mirada prendada en el espejo ahuyenta los complejos. Su voz impregna la radio y te pinta de azul el corazón.
