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► Chapter Forty Three: Liam&Alex

Nota: Es extraño. Creí que iban a recordarlo, pero no lo hicieron... El cap anterior es el segundo beso de Liam y Alex. El primero fue en el mirador a las afueras de Londres cuando Christoper golpea a Alex y Liam se la lleva. Es la foto que Alex nunca quizo subir al blog. ;) Bearsooo, Disfruten!!

PD: ¡Nueva Mini-Fic! Firefly; es una mini fic de Liam y su vecina Dara cuando eran chiquitos. Principalmente, que Liam no deja de sentir luciérganas cuando está junto a Dara.

Pásense, please ;)

► Chapter Forty Three: Liam&Alex

Liam POV:

No me gusta admitirlo, pero he dado muchos besos a lo largo de mi vida. Han sido de esos besos por juego. Besos con lenguas hasta el fondo de la garganta. Besos hambriendos. Besos desesperados. Besos tiernos, y besos dulces. Besos incómodos. Besos torpes. Besos lujuriosos. Besos primerisos. Besos nerviosos.... Hasta besos esquimales he dado, pocos, ya que creo que es una caricia muy tierna e íntima, digna de muy pocas personas.

Pero si me piden que le de una etiqueta al beso con Alex, soy incapaz de lograrlo.

Al igual que los por qué, que me surgen durante el beso: ¿Por qué me acelero tanto? ¿Por qué el aire se me acaba de golpe? ¿Por qué siento que podría darme un paro cardiaco en este momento? ¿Es paro cardiaco o es algo más?

No logro pensar con claridad las cosas. Me siento una niña estúpida y enamorada, pero debo admitrme que he dejado de escuchar a los hombres y a su partido. He dejado de escuchar a Blake. No tengo noción del completo lugar en donde están las cosas, y más que respirar, mi necesidad es seguirla besando.

Seguir moviendo nustros labios en una única combinación. Seguir con las pequeñas cosquillas que causa su respiración entrecortada y pequeña. Seguir delineando su labio con mi lengua.

No quiero apresurarlo. Odiaría estropear esto, de forma que sólo dejo a mi lengua ir por la comisura de su labio, y morlerlo muy suavemente, disfrutando el pequeño jadeo que sale por su boca.

Estoy en el paraíso.

Me separo a duras penas cuando noto que respirar no se vuelve fácil.  Y siento mis pulmones arder con eso. Me dejo caer en la inconciencia del acto, tan jodidamente apresurado, y sólo dejo mi frente resposar con la suya.

Mis ojos la miran. Sus ojos me miran. El chocolate mezclándose con el cielo. Ambos compartiendo la pequeña burbuja que nos rodea.

No hay palabras. No hay gestos, ni cambios en las miradas. No hay otra cosa, aparte de seguir compartiendo el aire del casi imbisible espacio entre nosotros.

Es más por impulso, por cumplir la necesidad de mi boca junto a la suya, que me impulso a nuevamente ir y estrellar nuestros labios.

Más intenso. Más necesidad. Más de su dulce sabor. Y no me encuentro en mi mismo. Estoy concentrado en la perfecta pieza de puzle que he encontrado a encajar con mi boca. Encuentro ese maravilloso y cálido lugar. Es como volver a casa.

Nuestras lenguas luchan, en esa batalla sin razón o ganador. Es esa jugarreta que sólo el sentido de lo inexplicable puede resolver.

Ni yo sé lo que estoy hablando. No entiendo mis pensamientos, y no comprendo las razones de porqué comienzo a recordar a...

Let Me Love You. Es la jodida canción de mi jodido mejor amigo que me obliga a deshacer el mejor beso de mi vida.

Alex se ríe, y yo, molesto, contesto.

" ¿Qué mierda es lo que....? "

" Perrie tiene un hijo " Suelta con voz temblorosa.

" ¡¿Que Perrie qué?! " Un hijo. Un hijo es algo grande. Perrie tiene 18 años, es joven. ¿Y es madre?