Habían pasado casi dos meses desde que había terminado con Peter. Lo extrañaba muchísimo y verlo en la empresa y no poder besarlo ni mimarlo me dolía muchísimo, pero yo solita me había metido en esto. En la empresa ya todos sabían de nuestra separación, no sabían los motivos claro porque eso era algo privado. Intenté acercarme unas dos veces a él para solucionar sus cosas, pero su respuesta había sido muy clara. Al menos ahora me hablaba un poco más, no éramos amigos y no íbamos a llegar a serlo, pero un hola había.
Con Nicolas decidimos tener una relación estrictamente laboral. Desde que nos acostamos sólo hablábamos del trabajo, la realidad es que yo ya no sentía ninguna atracción por él y él hacia mí tampoco, eso era lo mejor para ambos.
— La, los números de la revista. — entró Nicolas— ¿querés que los revisemos juntos o preferís hacerlo sola?
— Yo puedo, gracias. — se me quedó mirando— ¿qué?
— Quería preguntarte algo. Se vienen las fiestas, después de eso nosotros vamos a estar a full acá en la empresa y quería saber si podía tomarme una semana para viajar a Bahía Blanca e ir a ver a mi viejo, pasaría la navidad y el 31 y algunos días de enero.
— Si, no hay problema Nicolas. Pensé que me ibas a decir algo malo con lo nervioso que estabas.
— Sos un poco mala onda a veces.
— Pero no soy una explotadora, está por ley el derecho a las vacaciones, boludo. — nos reímos— si querés tomarte más días no tengo drama, tampoco te vayas un mes porque te voy a necesitar.
— Gracias, La. Después arreglo todo con mi viejo y te aviso los días. Voy a la oficina que tengo una llamada desde Japón. — cuando iba a salir se chocó con Peter que entraba, fue bastante tenso— perdón.
— Cerra la puerta, Peter, por favor — se sentó en la silla y me miró— ¿qué pasó?
— Es sobre las fiestas, nosotros siempre pasamos el 31 con los chicos.
— Si te es incómodo no voy, en la empresa siempre hacen una fiesta y puedo quedarme acá, o puedo sacar un pasaje e ir con las amigas de mi madre y ella a Chile.
— No, no es eso. ¿Cómo te voy a echar? No soy quien. Justamente venía a decirte de pasarla juntos, con ellos. Nosotros estamos separados, pero tenemos amigos en común, no sé si da romper ese vínculo. No somos amigos, pero podemos tratar de tener una relación cordial por lo que pasamos.
— Si, me parece bien. — tenía tantas ganas de pedirle que vuelva conmigo— Euge dijo que este año lo hacemos en su departamento, quiere ser la anfitriona.
— Genial, bueno era eso. Ya les dejé el pendrive con las fotos y el vídeo en crudo y editado para que lo veas, después me decís si hay algún detalle que quieras cambiar.
— Dale, después lo veo.Que ganas de sacarle la camisa, pensé cuando se fue. Eran las dos de la tarde y yo no había comido nada desde el desayuno y mi estómago lo hizo notar cuando me hizo ruido. Cerré la oficina y bajé al buffet, no sé porque los olores casi me descomponen. El olor a frito no era muy bueno que digamos. Ordené una ensalada con pollo y un agua y subí antes que vomitara todo. Me comí todo en un segundo, me sorprendí por lo caníbal que fui.
24 de diciembre y la nochebuena se hizo llegar, odiaba estas fiestas, no me gustaban para nada y lo único que me motivaba a festejar era ver a Peter con gorrito navideño, obvio eso no iba a pasar porque no íbamos a pasar navidad juntos, él festejaba con sus padres y yo con mi mamá, antes hubiésemos estado juntos pero hoy me tocaba disfrutar del año nuevo nada más, que ni si quiera lo íbamos a ser como novios sino como simples conocidos con historia. Entre tanto pensar me vino un recuerdo.
— Mi amor — vino corriendo con dos gorritos navideños— este es el tuyo, vamos a ser la parejita navideña como todos los años, ¿no es genial?
— Sos tan nene mi amor — lo llené de besos— lo único lindo es tenerte conmigo, la verdad estas fiestas me deprimen, en realidad antes lo hacían, por suerte te tengo.
— Linda — me guardó en sus brazos— mamá me mandó un mensaje que trae la torta de frutillas que te gusta y la carne ya está en el horno, solo faltan que lleguen mis viejos y tu mamá y listo.
— Me corrijo, lo lindo de las fiestas es verte de gorrito y la torta de tu mamá, debería pasarme la receta porque es espectacular.
— Me parece que tenía que comprarte gorrito de elfo por la altura — le pegué y se rió— sos taaan chiquita, me das ternura La. Me pones nervioso tengo ganas de morderte.
— ¡Cómo nos pone la navidad, por favor! Te amo — lo besé— ¿hacemos sexo pre navidad? Faltan unas horitas todavía para que lleguen.
— Apago el horno así no se nos quema nada, anda a la habitación mientras. — me sonrió y fui corriendo—