Me sentía bastante triste por haber terminado con Celeste. Me dolía haberla lastimado y eso no me dejaba pensar. Ella me había apoyado mucho en todos mis proyectos y en mi vida personal también. Odiaba saber que estaba sufriendo por mi culpa, y lo peor de todo es que no podía hacer nada porque yo no controlaba mis sentimientos. Sentimientos que iban a quedar guardados bajo siete llaves, porque amaba a alguien que estaba de novio y que, además, había lastimado. Estaba tan insegura con ese tema, es que sentía que no merecía a una persona como Peter. Yo sabía que había sido algo de una noche, algo insignificante que después me trajo a mi hija pero, me sentía tan mal por haber jugado con la seguridad y los sentimientos de él.
Me encontraba en casa guardando unas camisas, con el mate al lado y observando a Emma que jugaba con sus juguetes. Entonces escuché que tocaron el timbre.
— ¿Abro mami? — preguntó Emma—
— No, porque no sabemos quien es. — sonreí y fui hacia la puerta. Cuando por la mirilla se asomaba Peter se me apretó el estómago— Hola. — lo saludé cuando abrí la puerta— pasa.
— Hola, La. — me dejó un beso en ma mejilla y luego fue con Em que lo miraba con una sonrisa— ¿Cómo andas, Nat?
— Re bien. Estoy jugando. — le mostró sus juguetes— ¿viniste a ver a mami? — dijo jodiendo y él se rió—
— Si, vine a hablar con ella. ¿Me dejas? — asintió y siguió jugando. Yo estaba un poco conmovida con la escena— ¿Podemos hablar? — me miró—
— ¿Sobre qué?
— Por el viaje a Disney.
— Si. — dije extrañada— Gordi, anda a jugar a tu habitación que queremos hablar con Peter.
— O darse besitoooos.Se fue riendo. Era imposible.
— Es lo más. — dijo Peter entre risas— no puede ser tan vos en todo.
— Es que si no tenía mi personalidad y no se parecía a mí físicamente la daba en adopción. — reímos— ¿Queres tomar algo? Yo estaba tomando mate pero... supongo que se enfrió ya. — negó y se sentó, yo también lo hice a su lado— ¿Qué me querías decir?
— Quería saber si a vos te molestaba que yo viaje con ustedes.
— ¿Por qué iba a molestarme?
— Porque en principio era un viaje que iban a hacer vos y Celeste con la nena. Después Eugenia sumó a todos y... bueno, a mi me gustaría ir pero no quiero incomodarte.
— Celeste no va a venir. — no se mostró sorprendido al respecto— Además vamos casi todos, me parece un poco feo que vos te quedes porque pienses que me molestaría.
— ¿Pero te molesta o no? — sonrió— no me estar respondiendo.
— Claro que no me molesta, Peter. Somos amigos. — lo miré a los ojos— ¿Sofia va?
— No, no. — asentí aliviada. No quería fumarme escenas de enamorados— no puede por el trabajo y... además es un viaje de nosotros ¿no? Quiero decir... nuestro grupo de amigos.
— Bueno, pero es tu novia.
— Si, creo que sí.
— ¿Cómo creo? ¿No es tu novia?
— Si, es mi novia. — se cago de risa— Es que estamos bastante como el culo porque... — me miró y se quedó callado— Quería hablar otra cosa con vos, La.
— ¿Tengo qué asustarme?
— No, tranquila. Es sobre nosotros, más sobre vos. — frunci el ceño sin entender— Estuve hablando con Eugenia y... no quiero que te enojes con ella, La. Prometelo.
— No te voy a prometer no enojarme por algo que no se que es.
— Prometelo, Lali.
— Ok. — revolee los ojos— Te lo prometo.
— Eugenia me dijo que vos sentís que no me mereces. — QUÉ— que como me lastimaste, sentís que sos una mala persona y...
— Es una pelotuda. ¿Cómo te va a decir esas cosas? — dije cubriéndome la cara de la vergüenza— no quiero que hablemos de esto, Peter.
— Pero no te pongas así. — me tomó las manitos de la cara y se las llevó con él— a mí me gustó que me lo haya dicho. Yo quiero decirte que no sos mala persona por haberte acostado con otro. Sí hay algo de lo que te dije en ese momento y te marcó quiero pedirte perdón. Estaba resentido y bastante pelotudo.
— No estabas pelotudo, estabas dolido y con razón.
— Si, lo sé. Pero no quiero que unas palabras feas debido al enojo te marquen, La. — me acarició con el pulgar— Vos si me mereces.
— Peter... te lastimé mucho por una calentura. Te destruí completamente. — él todavía tenía mis manos aferradas a las suyas— estabas inseguro, te fuiste a otro continente y aunque me digas que es por los estudios, se que yo tuve que ver en eso.
— ¿Y? Tenía que hacer mi duelo para hoy poder hablar con vos y decirte todas estas cosas. Yo se que vos jamás me lastimarías de nuevo porque sufriste mucho, y yo jamás volvería a decirte palabras tristes para hacerte sentir mal.
— Me hablas como si fuésemos a estar juntos.
— Yo no sé que va a pasar de acá en unos meses. — me llevó el pelito detrás de la oreja— Lo único que se es que no quiero estar lejos tuyo.
— Estás de novio, Peter. ¿Cómo me podes decir todas estas cosas?
— Sé que está mal porque estoy con alguien que me quiere y me ayudó mucho pero, no puedo seguir engañándome. Voy a aclarar todo, no quiero seguir tentando a la suerte. — se acercó mucho y pegó su nariz con la mía. A mí se me aceleró el corazón— No te voy a besar, porque cuando lo haga quiero que sea en un lugar especial y quiero estar libre.
— Estás completamente loco.
— ¿Hace falta un poco de locura, no?
— ¿No me vas a preguntar nada?
— No, lo que necesito saber lo veo en tus ojos. — suspiró— soy un maldito cursi, lo siento. Bueno, ya te dije lo que tenía que decirte. Me voy porque tengo unas fotos y no da que llegue tarde. Chau. — me dejó un beso completamente peligroso en la comisura de mis labios y se fue corriendo—Yo amaba a ese loco.
Me fui del departamento de Lali muy contento con nuestra charla. Había podido hablar de lo qué pasó anteriormente y de mis sentimientos hoy en día. Realmente quería que funcionara para nosotros. Esperaba que el viaje a Disney nos una. Pero antes tenía que hablar con Sofia, no quería lastimarla y tampoco se merecía que la engañe, otra vez, cuando ella había estado conmigo cuidándome y queriéndome por varios meses.
Le mandé un mensaje avisando que iba hasta su casa, que quería hablar con ella. Estaba un poco nervioso pero muy decidido de lo que iba a decir y a hacer.
— Hola. — me saludó con un beso en la mejilla porque yo le corrí la cara— Wow. ¿Qué pasó?
— Quiero que hablemos, Sofi. — me senté en el sillón y ella me siguió— quiero hablar de la charla que tuvimos la otra vez, ¿Te acordas? Sobre nosotros y... Lali.
— ¿Me vas a decir qué me amas y te olvidaste de ella? — se rió irónicamente y se sentó a mi lado— ¿Qué?
— ¿Sabes qué te quiero mucho, no? — asintió con una sonrisa— y que estoy muy agradecido porque me ayudaste a recuperar la confianza. Los meses que estuvimos juntos en España los hiciste increíbles y... Sofi sos una de las mejores personas que conozco. — le tomé las manos— Pero no puedo amarte porque mi corazón le pertenece y le perteneció siempre a Lali.
— Yo ya sé eso. — me soltó las manos— ¿Por qué me lo estás diciendo de nuevo? No entiendo.
— Porque me parece que no da que nos sigamos haciendo los tontos con esto que nos pasa.
— Que TE pasa. — me interrumpió—
— Que nos pasa, porque yo estoy hablando de nosotros. No puede haber un nosotros si yo no te amo. — solté y me dió mucha pena ver su cara de dolor— No quiero lastimarte, pero si sigo a tu lado, te sigo mintiendo y me, sigo mintiendo, estoy lastimando a ambos con una mentira. Con algo que a la larga o a la corta va a terminar peor.
— Pero yo te dije que no me importaba. — suspiró— Peter no dejé mi vida en España para volver a Argentina porque si. Volví por vos, porque te amo tanto que te sigo a cualquier parte. Ya se que en estos tres meses vamos de mal en peor, pero son crisis que tiene cualquier pareja.
— No es una crisis. Sofi, no seas negadora... nunca pude dejar de amarla, ni tampoco quiero hacerlo. — la miré a los ojos— Quiero apostar a esto, no quiero seguir mintiéndonos. Tengo una nueva oportunidad con Lali y no la quiero desaprovechar.
— ¿Y cómo estás tan seguro que ella no va a lastimarte de nuevo? — ahora ella me tomó las manos— Peter, yo sí te amo. Ella está de novia además... ¿Vale la pena estar atrás de alguien cuando ya formó una familia? — no iba a decirle que estaba soltera— No me dejes, mi amor.
— Quiero jugarme por lo que siento. — me solté— Y vos mereces a alguien que te ame, que pierda la cabeza por vos porque sos una de las mejores personas que conozco.
— No sé sí voy a poder a amar a otra persona. — me acerqué y le quité las lágrimas que le caían por sus mejillas— ¿Ya está entonces? — asentí triste por lastimarla—
— Es lo mejor para ambos.
— No. — se alejó de mí— Lo mejor para mí es estar con vos, pero respeto tu decisión y si queres terminar con esto supongo que tengo que aceptarlo.
— Te quiero mucho, eso no lo olvides. Y siempre te voy a estar agradecido por todo lo que me ayudaste.Le di un abrazo bastante fuerte y luego de eso fui a trabajar. Sentía que me sacaba todas las mochilas que había estado cargando durante tantos meses.