Capítulo 11

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Hemos estado revisando posibles lugares para la constructora, aunque no le veo mucho futuro aquí, lo más conveniente es que Shaoran lo ubique en otro estado, incluso en otro país, lo más alejado de mi papá para que se pueda evitar cualquier otro derrumbe.

Después de unas cuantas horas, hiro se despide de nosotros, debe de ir a la universidad, incluso yo debería de ir a arreglarme, pero no quiero ir, quisiera poder compartir más tiempo con Shaoran, todo estaba yendo muy bien esta mañana, hasta que pasó el misterioso derrumbe.

–Mejor vamos a la feria, lo necesitamos –insisto con el tema–

–Tienes que ir a la universidad, apenas salgas voy por ti y nos vamos –ni siquiera me presta atención, está revisando algunas cosas en su portatil–

–Shaoran, por favor, solo será hoy –insisto un poco más, pero ni siquiera hace el intento de prestarme atención, mi paciencia se agota–

–¿No tienes nada importante para hacer? ¿O entregar algo? –al fin hacemos contacto visual, formo una mueca, la verdad es que tengo muchos pendientes en la universidad–

–Si tengo... –admito– aunque puedo entregarlo antes y así podemos irnos a la feria –sonrío lo más tierna que puedo, quiero convencerlo–

–Irás a la universidad y tendrás todas tus clases, y hasta que acabes vamos a la feria –dice serio–

–Arruinas mis planes...

Me voy a la habitación, algo me dice que no quiere pasar tiempo conmigo, reviso mi móvil en busca de alguna señal de vida de James, dijo que llegaría, pero no sé en qué momento, le envío un mensaje para vernos hasta mañana, si todo marcha bien, hoy iré con Shaoran a la feria, o tal vez se lo esté replanteando.

Lleno la bañera, tengo el tiempo suficiente para relajarme y pensar en todo, si el derrumbe no hubiese pasado, tal vez Shaoran no estaría con su portátil e ignorándome, pero eso, nadie lo sabe a ciencia cierta.

Acabo de bañarme, no hay señales de Shaoran por la habitación, veo la ropa que tengo en el vestidor, necesito algo que me sirva no solo para la universidad, sino que también en caso de que lo de la feria siga en pie. Termino eligiendo unos leggins negros con una blusa en tono rosa pastel, me pongo unas flats en el mismo tono de la blusa, me miro en el espejo, todo se ve bien, dejo un cárdigan gris en la cama, en caso de que el clima cambie y termino mi atuendo, atando mi cabello en una coleta alta.

Miro la hora, comienza a hacerse tarde, recojo mis cosas y voy en busca de Shaoran, lo encuentro frente a su portátil, no puedo creer que siga en eso, me acerco hasta él y cierro la computadora.

–Llévame a la universidad –le pido–

–No tenías por qué cerrar mi laptop, si perdí algo te mato –él me mira furioso, la buena relación que tuvimos en la mañana se ha acabado–

–No creo que no tengas un respaldo –dejo los ojos en blanco, hoy en día se coloca el autoguardado, a menos que no esté actualizado, pero no es demasiado viejo para no estarlo– me vas a llevar ¿sí o no? –insisto–

–¡No!

Me ha dicho que no, más bien, me ha gritado que no, me quedo pasmada en mi lugar, definitivamente, el día se arruinó, Wei está parado en la cocina, ha escuchado todo el drama y admito que tuve algo de culpa, pero tampoco es la manera de negarse.

Se hace tarde, un taxi demorará en llegar, me acerco a la mesita en donde Shaoran deja las llaves de su auto, tiene muchos, pero claro, yo no sé conducir, miro a Wei, tal vez él pueda llevarme.

Secretos del cerezo.Where stories live. Discover now