Capítulo 8

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"Y por fin se ha logrado lo que todos pedían, me he casado y no sé lo que me depara el futuro, aunque; sigo sin entender lo que siento por Shaoran, ¿amor? ¿Gratitud? Lo que realmente quiero saber es lo que él siente por mí, ¿lo hizo por un simple negocio o porque de verdad le interesa mi amistad?... aunque, puedo descartar el negocio, frente a mí le ha plantado pelea a mi papá, me ha defendido, y comienzo a temer por lo que a él pudiese pasarle..."

Cierro el cuaderno luego de acabar de escribir, hoy ha sido un día de muchas emociones, aunque lo que más me ha sorprendido fue la boda exprés, me hubiese gustado que todo se manejara en otros términos, de otra manera, tal vez conocer más a Shaoran.

–Shaoran...

¿Me gusta? ¿Lo amo? Para ser sincera, jamás he tenido esos sentimientos, en Inglaterra, estuve siempre al lado de James, más no tuve nada con él, siempre lo he visto como un amigo; así como él me ve como amiga, las demás personas que me rodeaban eran personas vacías y materiales, les importa el estatus y no los sentimientos, en pocas palabras, no sé cómo se siente amar a alguien.

No tengo la menor idea en qué momento me quedé dormida, me despierta el sonido de la alarma, debo de viajar a Tomoeda para llegar a la constructora, por nada del mundo pienso darle gusto a mi papá, seguiré en la constructora y le demostraré que puedo con todo lo que me imponga.

Me cubro lo mejor que puedo las ojeras que me cargo, ato mi cabello en una coleta, me miro un momento más en el espejo, ¿desde cuándo me preocupa cómo me veo?

–Preciosa como de costumbre –escucho una voz detrás de mí–

–Buenos días, Sir James, no creí que despertarías en la madrugada –lo miro a través del espejo–

–Desperté por agua, deberías pedirle ayuda a Eriol o tal vez a...

–¿Shaoran? No James, no creo que sea el momento, te veré en la noche...

Le lanzo un beso mientras salgo presurosa de mi habitación, no puedo perder ni un minuto, el chofer del abuelo ya me está esperando para llevarme al aeropuerto y de allí a la constructora.

En el camino, aprovecho para adelantar un poco de los trabajos, el anillo reluce en mi dedo y me recuerda que estoy casada.

El día pasa sin novedades, son pocas las veces que coincido con Shaoran, tal parece que mi papá no quiere que pasemos tiempo juntos, me tiene completamente ocupada y encerrada en su oficina, trabajando bajo su atenta mirada.

Cuando por fin llega la hora de irme a la universidad, salgo corriendo con la esperanza de toparme con Shaoran, pero no sucede, está ocupado con unos clientes y no puedo interrumpirlo, además de que debo de llegar a la universidad. Más tarde le enviaré un mensaje, tan solo para saber de él, y al menos sepa que lo tengo en cuenta.

Llego con bastante tiempo, por lo que voy por algo de comer, mi estómago pide a gritos algo de atención, últimamente no he estado comiendo bien por las prisas, estoy resintiendo todo lo que me estoy esforzando.

–Sabía que te encontraría aquí –escucho la voz de Reika–

–Veo que seguiste mi consejo y hoy si llegaste maquillada –aparecen en mi campo de visión mis dos amigas– también he visto un anillo que no tenías antes –enarca una ceja mientras señala mi mano–

–Lo traes desde ayer y no nos has contado –ambas se hacen las ofendidas–

Las hago sufrir un momento más, pido un sándwich y una botella de agua, puedo sentir a ambas detrás de mí, tratan de ejercer presión para que les cuente, pero tendrán que esperar, primero es mi estómago, más tarde tendremos tiempo para hablar sobre el anillo.

Secretos del cerezo.Where stories live. Discover now