Capítulo 3

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Ya no aguanto más sin hacer nada, el abuelo no ha logrado convencer a papá para que me pueda ir con él a Kyoto, son casi las diez de la mañana, tomo un pequeño bolso y me voy hacia la constructora, lo convenceré para que me ponga a hacer algo, soy buena elaborando planos, le debo de servir, aunque no he terminado la universidad, además faltan dos meses para que inicie el curso.

Al llegar al edificio, mi móvil comienza a sonar, a pesar de ser pequeño, no me deja sacarlo, ando sin ver hacia dónde voy, hasta que impacto con alguien y sé que es con alguien porque de haber sido con algo el impacto hubiese sido más doloroso.

–¡Por qué no te fijas! –ya sé que yo me tengo la culpa, ¿y eso qué? Mi lado altanero se esfuma, es Shaoran, ¿qué estará haciendo aquí? – ¿Tú? ¿Me estás siguiendo? –desde lo de Kaito, he tenido un poco de miedo cuando hablo con extraños y a pesar de saber su nombre, sigue siendo un completo extraño–

–Si, yo... y para nada, trabajo aquí ¿tú que haces aquí? –su respuesta me sorprende, supe por Touya que le dieron el trabajo a Xiao Lang, y él se presentó como Shaoran, ambos son nombres no japoneses, ¿será lo mismo? –

Veo a Nakuru aproximarse hacia nosotros, el pánico se apodera de mí, empieza a decir "señorita Sa..." y enseguida corro hacia ella y evito que siga hablando, no me conviene que lo diga, no frente a él.

–Me llamo Nadeshiko, no digas mi nombre –le susurro, Nakuru asiente y tampoco es que pueda decir algo, le tengo tapado la boca, hasta que veo que ha comprendido la suelto–

–Señorita Nadeshiko, ¿qué hace por aquí?

–Lo de siempre... ¿puedo pasar? –respondo como si nada, obviamente no sabe qué es lo de siempre, solo me ha visto en una ocasión en el edificio–

–Nakuru ¿por dónde está la sala de juntas? –interrumpe Shaoran, lo miro un instante, en la noche no se veía muy bien, ahora lo puedo detallar un poco más, sus ojos son de un color raro, parece ámbar, el traje que lleva le queda muy bien, su cabello luce desordenado, ¿lo hará a propósito?–

–En el quinto piso, y apresúrate porque se te hará tarde –la voz de Nakuru me saca de mi inspección–

–Nos vemos, Nadeshiko. –hasta su voz tiene un no se qué, que me llama la atención, si consigo venir de vez en cuando a la constructora, tal vez me tope con él–

"¡Sakura, en qué demonios piensas! Recuerda lo que te pasó con Kaito" me reprendo mentalmente.

Lo miro hasta que desaparece de mi campo de visión, que injusta es la vida, aunque con él si puedo hablar, de todos modos, no sabe quién soy, paso de Nakuru, me voy a la oficina de mi papá, y que hace mucho tiempo también fue la de mi mamá, los recuerdos se arremolinan ante mí, jamás entendí por qué querían otro edificio para la constructora, mamá decía que era un sueño de papá.

La oficina tiene un sinfín de libros, la mesa para elaborar los planos, y demasiada luz natural, inspecciono todo el lugar, me acerco al portátil de mi papá, tiene muchos mails sin abrir, pero hay uno que llama mi atención.

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Para: Fujitaka Kinomoto

De: Sora Shinomoto

Asunto: Sin asunto.

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La curiosidad me pude más, estoy por abrirlo para leer el contenido, cuando mi papá entra a la oficina, me sobresalto al verlo, me mira alternadamente a la vez que mira el portátil, se acerca hasta a mí y cierra el portátil de un manotazo.

Secretos del cerezo.Where stories live. Discover now