"Obsession" [kookmin.] ❃°•

25.

Habían hecho toda su vuelta a casa caminando, no es que fuera muy lejos, pero si había que admitir que los pies luego de los primeros 20 minutos les habían empezado a doler. Se habían distraído hablando de cualquier cosa que se les viniera a la cabeza, primero tratando de rellenar los espacios silenciosos, luego para su fortuna la charla terminó siendo mucho más fluida.

Ya en los últimos 30 metros para llegar al lecho del menor las risas cómplices de las malas bromas y anécdotas fueron cesando hasta terminar en un completo silencio en la puerta de la casa. -Ya llegamos ¿ves? ¿acaso te moriste por caminar esas calles? ya veo que no.- Habló burlonamente el rubio antes de dejar caer un suspiro mientras se adentraba a su casa.

-¿Que te hace pensar que no lo sufrí tanto? Podría haber muerto, siempre venimos caminando...- Hablo entre palabras cansadas dejandose respirar entre medio de estas -Ya se que regalarte en tu próximo cumpleaños. Una bicicleta. -

El rubio rodó los ojos y soltó una carcajada por lo bajo. -Gracias pero prefiero hacerte sufrir, es más divertido - Bromeo con un aire de superioridad que fue respondido por un bufido por parte del contrario.

-Ja ja, si que eres gracioso...- El castaño cerró la puerta tras suya solo con un empujón con uno de sus pies.

-No estaba bromeando-. Habló serio el menor de los dos mirándolo fijamente con una mirada dejando extrañado a su acompañante y creando un espacio de silencio tras unos segundos. 3, 10, 15 segundos duró antes de soltar una inocente y jugetona carcajada por parte de Park. Acercándose al mayor con bajos y divertidos saltos para ir convirtiéndolos en pasos más se acercaba a su contrario. Mientras este lo miraba con una ceja arqueada aguantandose la sonrisa.

El castaño no pudo evitar regalarle una sonrisa cómplice de sus travesuras tan malas pero que le hacían derretirse de ternura, ahí recordó el por qué quería estar a solas con Jimin. Ya quería poder abarcar el tema, lo antes posible para deshacerse del problema, casi podría deducirse que deshacerse de lo que habían formado, no lo podía negar, estaba ansioso por librarse de ese peso.

-Jimin, quería hablarte de algo...- Habló por lo bajo tomándolo por la cintura al menor y atrayendo lo hacia él.

Pero el rubio se separó aún sonriendo y se dirigió a la cocina balbuceando unas palabras. -Espera, no te adelantes todavía, ya tendremos tiempo para hablar, primero que todo ¿Quieres comer algo?-. Habló en voz alta ya en la habitación aparte, tras las paredes de distancia, Jeon podía imaginar que estaba haciendo el menor, probablemente agarrando comida, que traería toda junta de tal forma que no le alcanzarían los brazos, con tal de ofrecérselo a él.

-Estoy bien gracias...- Aún así soltó las palabras que probablemente le llevaran la contra al rubio.

-Mira, tengo todos esto y hay más comida para recalentar si quieres...- Habló devolviéndose a la entrada donde estaba su compañía y las manos cargadas de alimentos, desde enlatados hasta bolsas, por lo menos 5 de estas las cargaba en un brazo.

-Estoy bien, de verdad...- Insistió, el menor se encogió de hombros y solo se molestó en devolver a la cocina lo que no pensaba devorar.

El rubio volvió con una bolsa de snacks salados, probablemente el peor almuerzo pero más rápido que pudo conseguir, vio como este se dirigió a su cuarto sin siquiera prestarle atención al invitado que estaba expectante en su sala, solo se encerró en una de las habitaciones que había durante el recorrido del pasillo hundiéndose en la oscuridad que se apoderaba de este.

El castaño terminó por quedarse solo en el lugar, miro hacia el techo ansioso, su pierna se movía inconscientemente de los nervios, dudó en seguirle e irrumpir al rubio, pero quien sabe que estaba haciendo ahí metido, lo mejor fue esperar en su lugar.