Narra Selena//
Nos encontramos en caminó a en centro ceremonial de la luna roja esperando que de verdad estén ahí y que no sea muy tarde para salvar a Lexa, estamos acompañadas de los cuatro creadores quienes se ofrecieron a brindarnos ayuda en esto aunque saben que con Gianna y conmigo Tessa tiene la muerte garantizada; Gianna está más que alterada, de verdad le afecto demasiado que la pelirroja se haya llevado a Lexa y de verdad lo entiendo...yo no me encuentro mejor que ella, pero debo mantenerme positiva por qué al final nada ganó con volverme una montaña de nervios. Nos detuvimos afuera de el lugar, de inmediato empezaron a llegar a mi los pensamientos de Tessa, pensamientos muy vagos a decir verdad...como si pensara en algo y al mismo tiempo no pensará nada, eso no es preocupante...lo preocupante es que no escucho los pensamientos de Alexandra; mire efímeramente a Gianna quien parece más tranquila que hace un rato, supongo que siguió mi consejo y ha mantenido su poder alejado de las mentes de los demás por lo que no ha notado la ausencia de los pensamientos de Alexandra.
Tenemos que entrar...de inmediato -dije sería- necesito que ustedes cuatro se queden afuera por si Tessa intenta escapar, Gianna y yo vamos a entrar a buscarlas...
De acuerdo, tengan cuidado -pidió Silvana-
Tomé a Gianna de el brazo y tire de el hacia el interior de ese lugar; la verdad es que me resulta extraño que Tessa haya decidido venir aquí, este es un lugar "sagrado" de gran importancia para la especie de Alexandra y para los creadores, literalmente aquí es donde se decide quien vive y quién muere al asignar almas gemelas a los inmortales y se podría decir que lo que está haciendo Tessa es una ofensa. Nos adentramos en el lugar mientras los pensamientos de Tessa seguían dando vueltas en mi mente, es extraño que sus pensamientos no me digan nada concreto...ella está pensando cosas como «Debería comer algo», «Podría ir a la cuidad humana...hace un tiempo que no voy» y cosas aun más sin importancia.
Vaya...para ser tan poderosas no pueden ser silenciosas -dijo su voz proviniendo de no se dónde-
Y para ser una inmortal tan legendaria no sabes cómo esconderte -respondi desafiante-
Ustedes no me hubieran encontrado si yo así lo decidida y eso es algo que saben se sobra -se escucho el resonar de sus tacones sobre el suelo-
Deja que Alexandra se vaya...ella no es un peligro para ti -dijo Gianna regresando en un momento a ser valiente y decidida-
Eso lo sé...no la traje aquí por qué pensara que es un riesgo, es solo una vampira común y corriente -su risa cínica se escuchó por todos lados- y realmente eso es lo que me molesta...ella hubiera Sido la mejor vampira de todos por qué no tenía lo que los demás si tienen, yo borré sus recuerdos, le quite su humanidad, la moldee para que fuera obediente, respetuosa y valiente...ella en poco tiempo logro volverse mi orgullo -suspiro- luego tuve que irme para luchar contigo, Gianna...y después llego a su vida una estúpida humana, una rubia que le enseño esas cosas que yo le había negado, que la hizo sentir afecto por algo que no fuera su especie...un cariño que ella no necesitaba en su vida -de pronto apareció frente a nosotras- y ahora, le abrieron los ojos a lo que yo hice...la pusieron en mi contra con sus sentimientos y toda esa porquería que ustedes las humanas se encargan de alegar que es real
Ella merecía saber el tipo de bruja que la creo...-susurre tratando de controlar mi furia-
Hubiera sido mejor para ella mantenerse ignorante...tal vez la hubiera perdonado por enamorarse de una escoria como su especie -afirmo inexpresiva-
¡Maldita perra! -en un segundo Gianna se lanzó sobre Tessa-
La castaña le atino varios golpes en el rostro a la pelirroja y luego la azotó contra una pared, Tessa se zafó fácilmente de su agarre e intento correr para alejarse, pero Gianna la tomo de el cabello con rudeza.
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Luna Roja
Vampire"¿Qué serías capaz de dar por amor?" -Alexandra Morgan ¡Amantes de la noche! Hoy la luna les da la posibilidad de encontrar a su alma gemela....como dicta la antigua profecía de la luna roja el día de hoy se les entrega a su otra mitad, aquella con...