El Rey soy Yo

Capítulo 2

Jacob
–Vamos Jacob, no es para tanto–

¿Que no es para tanto? ¿En serio?

–Roy, no voy a discutir– suspiré realmente frustrado. –sólo dame el maldito libro y largo–

Pareció como si le dijera "vamos, sigue molestando"

–Jacob, pronto te convertirás en rey, debes salir y explorar el reino– me miró con una ceja alzada. –un rey no puede ser un ratón de biblioteca, además, el puesto de ser un traga libros ya lo tiene Thomas–

Bueno, en eso tiene razón, sólo estaba en la biblioteca para no tener que ver a nadie, no porque amara leer precisamente.

–Con "explorar el reino" sé que te refieres a salir de fiesta Roy– afirmé. –y no voy a caer en tu sucia trampa–

–Bien, de fiesta no– comenzó a hojear el libro que me había quitado. –Vamos a caminar–

Me lo pensé bien, de verdad que necesito una buena charla, y qué mejor que mi beta. Roy puede ser un mujeriego y fiestero de lo peor pero si de ayudar se trata siempre da todo de él.

–Bien–

Salimos y caminamos por todas las orillas del castillo, cada persona que nos veía dejaba lo que sea que estuviera haciendo y nos hacía una reverencia, a lo que Roy y yo sólo contestábamos con un asentimiento de cabeza.

–¿Has hablado ya con tu padre?– rompió el silencio.

–No– pasé mis manos por mi cara exasperado. –hoy en la noche lo haré–

El simple hecho de pensar en hablar con mi padre me ponía nervioso, mi padre era alguien difícil de tratar.

–Sea cual sea el resultado sabes bien que todos nosotros seguiremos siendo tus amigos Jacob– afirmó deteniéndose y mirándome.

–Lo sé y lo aprecio mucho–

Seguimos platicando de unas cosas más sobre el reino hasta que anocheció, Roy se despidió de mí y como siempre yo volví al castillo, con mi meta fija, hablar con mi padre.

Toqué la puerta de su despacho 3 veces, cuando escuché un "pasa" de su parte. Tomé el pomo de la puerta y di un largo respiro.

Debo ser fuerte. Un hombre.

–Por la diosa luna Jacob, hasta acá huelo tu nerviosismo–

Abrí la puerta decidido y lo miré fijamente. –He venido a hablar contigo padre–

Él sólo se limitó a mirarme algo extrañado pero me hizo una seña educada para que me sentara.

–Tú dirás– habló intrigado.

Bien Jacob, sólo dilo y ya está.

Me tomé mi tiempo, ¿realmente quería esto?

Sí

–No seré rey– dije finalmente.

Vi su sonrisa, él pensaba que era una broma.