Capítulo 5

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Jacob
–Del culo, me duele el culo de estar tanto tiempo sentado escuchando un montón de mierdas aburridas–

–Nos van a escuchar Reece– le reprendí. –¿podrías guardar tus quejas para el auto?–

–El día que no me queje de algo me van a rogar malditos– concluyó el pelinegro.

La conferencia transcurrió muy aburrida, debo admitir. Se leyeron las reglas de convivencia que hay entre especies, se discutieron acuerdos nuevamente; pero lo que llamó mi atención en especial fue cuando mencionaron que hay un grupo compuesto por rechazados, los rechazados son criaturas sobrenaturales que son expulsados de sus propias especies por no seguir las reglas o causar problemas para los suyos. Al parecer varios de estos se han unido para causar problemas mayores, nada de qué preocuparse, dijo el vocero en la reunión, pero es la primera vez que escuché algo así. Lo que se decidió fue enviar un grupo de cazadores para liquidarlos, lo sé, suena mal, pero son gente que nadie quiere en sus grupos, por lo general son problemáticos y no saben convivir en grupo, por eso me extrañó que se unieran entre ellos, cuando es muy común que terminen siendo vagos en el mundo de los humanos causando problemas sin importancia.

Al final se dió un pequeño tiempo de "convivencia", tiempo que por supuesto nadie aprovechó. Hay especies que están hechas para nunca convivir entre ellas, como era el caso de los lobos y los vampiros. Hace bastante tiempo que estamos en tregua por el bien de ambos, pero eso no quita que sean seres despreciables y huelan a muerto, asquerosos. Fueron los primeros en irse con su típica cara pálida, le siguieron los demonios. Las únicas que intentaron convivir con alguien más fueron las hadas, pero sin éxito.
Nosotros esperamos a que quedaran pocos para salir, ya estábamos en la puerta cuando una voz me paró.

–El futuro rey de los hombres lobo–

Volteé hacia donde provenía dicha voz, encontrándome con una mujer bastante guapa, he de decir, pero supe de inmediato por su olor que no era una bruja, literalmente. –Es un placer, Jacob Anderson– me presenté.

–Miriam– me tendió su mano con uñas largas.

La tomé y me dió un leve apretón seguido de un guiño, luego a como llegó se fue para hablar con otras personas. ¿Qué fue eso?

–Bastante guapa pero rarita la brujita– habló Roy.

–Hay que irnos ya, no soporto el olor–

–REECE– esta vez lo reprendimos todos a la vez, a lo que este sólo puso los ojos en blanco y comenzó a avanzar hacia la salida, siendo seguido por nosotros.

¿Quién diría que este edificio es una de las tantas propiedades del CIES (Consejo Internacional de Especies Sobrenaturales)? Sí, demasiado formal para mi gusto, pero vaya que se tomaban muy en serio todo esto de la paz y armonía entre todos.
A simple vista lucía como un edificio de alguna empresa, cuando en realidad era como una base para los seres sobrenaturales.

–¿Qué plan ahora?– preguntó James con una chispa de brillo en sus ojos.

–Ir a la casa a descansar, mañana mismo estaremos estar de regreso al reino– habló esta vez Thomas.

¿Es en serio? Oh vamos.

–Que falta de espíritu Thomas, si nos vamos mañana al menos deberíamos disfrutar lo que resta el día– acomodó su chaqueta y nos miró con complicidad. –¿qué dice la raza?–

–No lo sé James– dudé.

–Venga Jacob, Mr. Peleas tiene razón, tenemos lo que resta de tarde y toda la noche para salir y disfrutar– intentó convencerme Damon.

–Además, una vez te conviertas en el rey oficial no vas a tener estos espacios para divertirte– le siguió James. –nosotros te cuidaremos como tu clan que somos, ¿o no chicos?

Todos murmuraron un , excepto Thomas que me miraba suplicante y Reece que no le importaba en lo absoluto lo que hiciéramos.

James tenía razón, cuando me convirtiera en rey, no tendría más diversión, es decir, me dedicaría a ver por el bienestar del reino y muchas cosas más un tanto aburridas, no me malinterpreten, si hay algo que me emociona con locura es ser un buen rey y seguir los pasos de mi padre, pero eso no quitaba el hecho de que así que digamos muy divertido, no sería.

–Thomas– lo miré y este suspiró resignado, adivinando lo que iba a decirle. –sólo iremos a un lugar para relajarnos un poco, ¿vale?–

James, Damon y Roy chocaron sus manos y revolvieron mi pelo. Por alguna extraña razón me sentía emocionado, realmente quería algo de diversión, nada descontrolado. Seguramente algunos tragos (que no nos harían mucho por ser lobos), unas cuantas risas y chistes absurdamente malos, nada que se saliera de control, ¿qué podría salir mal?

***

Jude
Preciado y divino viernes de nuevo. Películas y montones de comida chatarra vengan a mí, ¡los invoco!

–Claro que iremos– se apresuró a decir Sandy. –ambas– me miró con su típica mirada de ya he decidido y no hay marcha atrás.

Esperen, ¿qué?

–Irás– la corregí. –no pienso salir de mi casa una vez llegue, la universidad me madrea lo suficiente toda la semana como para que yo lo haga en mis fines–

Y de verdad, no pensaba salir, no después de la fiesta pasada que había estado más aburrida que la clase de la Profesora Charles.

Resulta que Oliver nos estaba invitando para ir un antro nuevo en la ciudad que habían inaugurado. En Canadá no abrían muchos antros, por lo general los que habían ocupaban a toda la gente, era un lugar realmente tranquilo, pero con esa nueva apertura todos la gente estaba loca con ir a dicho lugar. Honestamente no le veía la gracia, seguramente era un lugar como cualquier otro, muchas luces de colores, olores poco agradables y mucho alcohol de dudosa calidad, no me emocionaba.

Oliver me miró suplicante con sus ojos celestes, oh no, no es mirada.

–Oliver no hagas eso por favor– miré hacia otro lado, intentando mantenerme firme en mi postura. –vayan ustedes.

Yo ya sabía a qué venía esto. Oliver ha sido nuestro amigo desde hace ya varios años, más de los que puedo recordar, años en los que siempre ha estado colado hasta los huesos por Sandy, desgraciadamente ella ni si quiera repara en él, mas que en un buen amigo. Él sabe perfectamente que la única manera en que ella acepte ir con él a algún lado es si yo voy con ellos.

Me lo pensé un momento más, Ethan y Erick seguramente estarían ocupados en sus cosas, ni notarían mi ausencia. Seguramente Sandy tomaría hasta perder el conocimiento mientras Oliver pagaría todo, la cargaría hasta su casa echando corazones por los ojos, y yo los seguiría para que al final Oli me llevara a mi casa agradeciéndome todo.

Mmm

–Por favor– volvió a rogarme mi rubio amigo.

No entiendo por qué Sandy no le ha dado ni si quiera una oportunidad, quiero decir, el chico es realmente guapo, tiene unos ojos celestes muy bonitos, pestañas quebradas y un cuerpo bien trabajado, algo delgado pero muy decente, ya traía a algunas chicas detrás de él, pero este nomas vive por Sandy, pobre.

Se muere por unos ojos que sólo lo ven cuando quieren alcohol gratis.

¿Debería dejarlo ser rechazado nuevamente o apiadarme de su alma y tratar de que guarde un poco de su escasa dignidad?

–Bien, iré con ustedes– dije finalmente.

Oliver y Sandy me abrazaron, una porque sabía que tendría una noche loca de fiesta y alcohol sin tener que gastar un solo centavo y otro porque pensaba que al fin esta sería la noche en que su amada le daría el sí. No sé por cuál de los dos sentí más pena.

El Rey soy YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora