ᖴOᖇ ᗰY ᔕOᑌᒪ

19. Pastillas

Abrió los ojos de forma muy suave, preguntándose varias veces de porqué...

Porqué se había desmayado de nuevo.

Porqué estaba cubierto nuevamente por las mantas de su cama.

Porqué seguía respirando.

Porqué aún dolía si no tenía ninguna herida física.

Miró sus manos. Pequeñas y delicadas. Seguía en aquel cuerpo y en esa realidad.

No iba a mentir y decir que no desearía estar muerto en aquel instante.

"Despertaste", la voz de Thor la puso un poco más alerta. "¿Cómo te sientes?"

"¿Qué sucedió?"

"Tú sirviente nos dio una alerta y nos dejó entrar a tu armería", Thor dejó una taza de café recién hecho encima de la mesa de noche. "En verdad nos diste un gran susto"

"¿...Nos...?"

Claro, Bucky y Steve también estaban en la casa.

Toni se sentó en la cama, tenía puesto sólo una camiseta de pijama. Ni siquiera había ropa interior.

No pudo entrar en pánico.

¿Para qué? Total, muchos hombres la han visto desnuda.

"Te di un baño, espero no te moleste... Pero creí que dormirías más cómoda así"

"Ya veo", Toni ni siquiera lo miraba.

Se sintió asqueada de haber sido notada en aquel estado tan jodidamente deplorable.

Vio hacia la ventana, ya casi era de noche.

"Te hice un café. Tu sirviente me dijo de que siempre te hacía sentir mejor luego de cualquier inconveniente"

"Ya veo", repitió casi en un susurro. "Gracias"

Thor estaba sumamente preocupado.

A pesar de que Steve fue el primero en ser alertado al preguntarle a la I. A sobre dónde estaba Toni, el Dios fue el primero en llegar corriendo al taller cuando Jarvis les dijo que ella estaba mal. Sólo para encontrarla de espaldas semi-inconsciente en el suelo de su taller y rodeada de su propio vómito de miedo y lágrimas de desesperación.

Ninguno de los tres sabía qué pensar o qué hacer. Fue Jarvis quien les aconsejó, o más bien ordenó, qué hacer, notándose en verdad afligido sobre la situación gracias a su tono de voz algo más tembloroso de lo usual.

Estaba preocupado de su creadora.

Thor fue quien la cargó con cuidado de vuelta hacia arriba. Bucky abrió la llave de la tina y Steve ayudó a limpiarle un poco el rostro de aquel vómito. Para luego que el Dios se encargara de la mayoría.

Acabó por desvestirla con cuidado y meterla dentro de la bañera cálida con una delicadeza excepcional. Bucky y Steve salieron para no ser invasivos, preocupados a más no poder de aquella mujer.

Ninguno de los tres esperaba que el cuerpo de aquella dulce y linda mujer estuviera con tantas cicatrices en su espalda y muslos.

Sus pechos tenían cicatrices de quemaduras, producto de una lejana herida por la explosión en Afganistán. En el centro de su torso, la profunda y redonda cicatriz del reactor. La cicatriz en su costado por la bala que recibió cuando HYDRA cayó.

Pero eso a ellos no le preocupaban demasiado. Era una agente y ellos sabían que eran  más 'heridas de guerras' que otra cosa.

Lo que les hacía sentir mucha rabia, especialmente al Dios ya que fue quien tuvo que verla más tiempo, eran las cicatrices en su espalda que semejaban más a cortes para reclamar un territorio, y unas marcas de dientes por el interior de su muslo.