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Advertencia: Capítulo corto.
Narrador Omnisciente.
Una joven pelirroja saltaba entre los árboles hasta detenerse viendo las dianas que estaban colgadas en algunos troncos, unos más alejados que los otros.
Ella no pierde el tiempo y toma cuatro kunai en cada mano para lanzarlas a las dianas y estas se clavan en el centro de las dianas, sin esperar aún más ella deja las kunai clavadas en las dianas para luego retirarse a toda velocidad por el bosque.
〘···〙
—Una vez más. —ordena la pelirroja.
—Sí.
El pequeño de niño de tan sólo seis años estaba golpeando a la pelirroja con fuerza o eso intentaba pues ambos llevaban más de una hora entrenando y en el trancurso de esa hora el niño no había podido tumbar a la pelirroja.
Y eso a la niña estaba comenzando a cansarle.
—Kimura. Tienes que hacerlo como te lo enseñé. —dice la niña con seriedad.
—Sí, Onee-san.
Y una vez más el niño intentó tumbar a su hermana más volvió a caerse por el golpe de la mayor. Pero al menos había durado más tiempo de pie que todos sus anteriores intentos.
—El entrenamiento terminó por hoy. —anuncia la pelirroja—. Regresemos a casa.
—Sí.
Ambos toman su armamento y vuelven a su hogar, durante el transcurso a casa ninguno dijo nada y eso permaneció en la cena. Los dos pelirrojos comían en silencio hasta que la mayor decide interrumpirlo.
—Hoy note algunas mejoras en tu taijutsu, Kimura. —dice ___ a lo que él sigue comiendo en silencio—. Kimura, esta noche necesitó que veas una cosa.
Y ahí finalmente pudo prestarle atención a su hermana mayor.
—¿Eh? ¿Qué cosa, Onee-san? —pregunta Kimura.
—Ya lo verás en la noche, Ototo.
Y así termina su corta conversación, el pequeño estaba esperando con ansias que llegará la noche, y cuando finalmente cayó siguió a su hermana mayor.
—¿A dónde vamos, Onee-san?
Ella no responde y sigue caminando hasta detenerse.
—Es aquí.
Y el menor miro con desconcierto a la mayor.
—¿Aquí? Yo no veo nada más que árboles, Onee-san. —dice Kimura.
—Mira al cielo, Ototo.
El pelirrojo obedece y mira al cielo encontrándose con un bello cielo estrellado. ___ sonrío al ver como su hermano menor mira con asombro las estrellas.
Los dos se acostaron encima de los futones que habían traído con ellos en cuanto la noche había caído dedicándose a observar la hermosa noche que estaba frente a sus ojos y sin poder evitarlo Kimura comenzó a cerrar sus ojos color azul, ___ lo acerco a ella para luego abrazarlo en un intento de protegerlo. Y eso lo mantenía en mente desde que él había nacido pero se intensificó con lo que había sucedio hace dos años atrás, cuando habían masacrado a todo su clan y dejandolos a ambos hermanos con vida.
La vida para los dos hermanos cambió demasiado pero supieron afrontarlo, los dos habían comenzando desde cero tras que todo su clan fuera masacrado. Y ahora ellos se tenían el uno al otro, sólo eso, y así seguiría. ___ no pensaba en dejar morir a su hermano, lo cuidaría hasta el día de su muerte.
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