La locación en donde me encontraría con Adrien no estaba lejos por lo que solo serían un par de minutos. Aún mi cabeza estaba embotada por las sensaciones vividas con Isaac y se mezclaba con una nostalgia por lo ocurrido con esos hombres que tuvimos que quitarlos del camino.
Recordé la primera vez que maté a alguien, había sido en defensa propia, iban a emboscarme. Sin embargo, desde ese día, no me temblaba el brazo al tomar un arma, no dudaba, y eso lo hacía más fácil. La única cosa que sentía era un vacío en el interior que duraba un par de horas, como si me atravesara el pecho y me partiera en dos. Odiaba esa sensación, todo el tiempo la ahogaba con alcohol, nicotina o sexo; a veces funcionaba y se iba más pronto, otras permanecía.
El taxi me dejó frente al club, estaba justo a pasos de entrar cuando recordé que llevaba el arma conmigo. La llevaba dentro de un pequeño saco de terciopelo; volteé a mi alrededor y vi un bote de basura. Pensé en guardarla ahí con la confianza que nadie se fijaría en ella y la podría tomar al salir. Tomé el saco y lo deposité en la basura. De esa forma ya estaba lista para entrar.
Pasé los primeros filtros mientras le texteaba a Adrien que ya estaba en el lugar. Muy poco tiempo después entre la multitud lo encontré, nuestras miradas chocaron. Sonreí y él también lo hacía. Me abrí paso entre las personas hasta que pude alcanzarlo. Me recibió con un abrazo y un beso en cada una de mis mejillas.
—Por un momento pensé que no vendrías —me dijo al oído para hacerse escuchar entre el ruido.
—¡Sorpresa! —exclamé.
—Debes contarme como le hiciste para que te dejaran llegar hasta acá.
—A veces es mejor pedir perdón que permiso. —Le guiñe un ojo y él alzó una de sus cejas, impresionado—. No iba a tomar un no por respuesta, porque de verdad quería venir.
Él sonrío complacido y me miro por unos instantes directamente a los ojos. El corazón se me aceleró.
—Vamos, te llevaré con mis amigos para que se conozcan.
El lugar era pequeño y sofocante pero él me llevó hasta la parte superior dónde con sus amigos tenían un lugar privado. Los amigos de Adrien se pusieron de pie para saludarme y me mencionó a todos por su nombre. Seguramente no iba a poder tener una conversación puesto que no se les veía intenciones de hablar inglés.
Del grupo una de las chicas llamó mi atención, su cabello era muy parecido al mío, lleno de rizos y alborotado. Era pequeña, delgada y de cara redonda. Como si hubiera sido una atracción ella se acercó a mí y me saludó.
—¿Quieres beber algo? —preguntó de forma amistosa.
—Sí, claro, de lo que ustedes están bebiendo está bien para mí —respondí de la misma forma.
—Me llamo Lorette —dijo mientras me servía un vaso de licor—. Es un gusto conocerte. Adrien estaba hablando de ti, dice que eres su nueva amiga.
—Sí, algo así.
A pesar de que ella estaba interesada en mí no quise dar más detalles, así que desvié la conversación hacia otro tema. Estuvimos conversando un poco y en realidad me agradó mucho.
—Jo, déjame decirte que Gérad trabaja en un teatro quizá puedas pasarte un día por ahí para ver si puedes ser útil en algo —me dijo Adrien.
—¿De verdad? —cuestioné sorprendida y un poco nerviosa.
—Mucho gusto en conocerte Jo, Adrien me dice que te gustaría probar suerte en el teatro. Deberías echar un vistazo —dijo Gerad, él también tenía la piel bronceada y tenía el cabello ondulado, ligeramente largo, que apenas le cubrían las orejas.
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Mentirosa { #2 Saga Peligrosas }
RomanceEl imperio de los Nardi, organización a la que pertenecía Jo, estaba derrocado. No había forma de salvarse, todos tuvieron que escapar. Utilizando sus habilidades para el engaño Jo idea un plan para salir del país, acompañada de su padre y su novio...