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OCHO

Narra USA

Seguí a España asía su oficina, necesitaba quitarme muchas malditas preguntas de la cabeza y no quería agobiar a México como ya lo había echo él idiota de Rusia, los vi hace un rato pero no quería interrumpir su momento.

-¿Necesitáis algo USA?- España miraba unos papeles que tenía en su escritorio, no sabía bien de quien era ya que eran reportes de alguien.

-¿Por que ese mocoso esta aquí? él no ara más que estorbar, no tiene experiencia en combate, parece un niño de quince años, nosotros estamos mucho mejor clasificados- no iba ha aceptar la idea de cuidar a un mocoso en esta misión tan importante.

-Estáis equivocado chaval, él esta muy bien calificado tiene tanta experiencia como tú, muy probablemente más que ustedes cuatro-España me respondió aun sin despegar su vista de esos expedientes. 

-Lo dudo mucho España o me dirás que apenas toco un arma ya era un experto- se notaba a distancia que el mocoso era mucho menor que nosotros y controlar un arma meramente decente se necesitan años.

-Los primeros ocho años de su vida lo paso con su madre, muy lejos de aquí- España se levanto de su asiento dejando los expedientes mientras empezaba a caminar asía el amplio ventanal de su oficina.

-Imagino que su madre no es Azteca o me equivoco- hablaba de ese mocoso como si fuera su hijo lo cual supuse así que era hermano de México, maldición y yo pensé que mi padre era mujeriego.

-No te equivocas su madre se llamaba Tahuantinsuyo- seguía sin mirarme era como si hablara en automático, como si ya esperara esta charlo o ya la hubiera tenido antes.

-¿Llamaba? ¿esta muerta- si fuera así no me sorprendería que el mocoso terminara al lado de España. Tahuantinsuyo ese nombre se me hacía un poco familiar creo que ya escuche de esa mujer pero no recuerdo donde.

-No lo sé ella es muy difícil de encontrar pero es muy probable que siga viva después de todo hierva mala nunca muere, tiene mucho poder y es muy lista como para dejarse atrapar o matar tan sencillamente- España saco una botella de vino mientras miraba el cristal de una copa y la luz que emitía reflejada por la luna fuera lo más interesante del mundo.

-¿La amabas?- no puede evitar preguntar eso pues si calculaba bien las fechas para tener a ese mocoso debió de engañar a la madre de México.

-No y créeme que ella tampoco me amaba, hay veces en las que dudo si amo a Perú, ella era más fría que el hielo y más letal que una arma cargada- él empezó a tomar la copa de vino con la mirada perdida como si recordara algo en cada sorbo que le daba a su bebida.

-¿Entonces solo por que es tu hijo lo buscaste?- no encontraba más motivos que ese para traer a un mocoso.

-¿No escuchaste nada de lo que dije?, ¿crees que ella perdió el tiempo?, ella lo entreno desde que pudo caminar yo aproveche su potencial y lo mejore, es capaz de matarnos a todos si se aburre o no le satisface la misión- me quede helado, ¿matarnos a todos?, puedo esperar que me mate a mi y a Rusia pero a su padre y a México. 

-¿Debería preocuparme por eso?- tengo que admitir que hay que estar  muy enfermo y trastornado como para hacer esa mierda ni siquiera yo me creó capaz de hacer algo así.

-En lo más mínimo hace poco descubrí algo curioso de él que me beneficia mucho- España soltó una risa lijare mientras se servia otra copa de vino.

-¿Que es exactamente?- si podía tener algún control sobre él lo aria, si era como lo describía España tal vez si sería de utilidad.

-Tengo a mi lado al country que ama enfermamente con toda la locura que posee- España me sonrió pero no entendí del todo así que imagino que es Rusia, que asco.