TREINTA Y UNO

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Pov Narrador

──── ¡Corre concha tu mare! ──── Rusia al asegurarse que todos estén dentro conducio como e loco que era, de momento no aria preguntas

──── ¡¿Que дерьмо?! ────debería estar callado pero el hecho de tener a varios autos persiguiéndolos le decía que debía preguntar con que estaban tratando, pero por intuición propia pensó en que, muy probablemente, Perú haya llamado la atención.

────Tokio, chinos, mi hermano ¡larga historia conduce cabrón! ──── hablo con rapidez el mexicano, su corazón latía a mil debido a la gran cantidad de adrenalina que ahora mismo tenia recorriendo cada centímetro de su cuerpo.

Recapitulemos

────Hermano...────la voz del mexicano salio en casi un susurro, claro, tenia a su hermano mayor enfrente suyo, su rostro aun tenia esa enorme cicatriz que le hizo su padre hace ya varios años, sus hermosos ojos verdes, sus manos cubiertas por guantes blancos que ahora mismo se aproximaban para golpear su rostro.

──── ¡Bájate! ────grito el argentino antes de golpear su mejilla de manera fúrica, bien si antes no habían llamado la atención por caer de una altura algo considerable, ahora sí, pudo ver con algo de dificultad como el mayor se volvía a poner su máscara, casi con desesperación.

────Quédate quieto. ────sintió el cañón de un arma en su cuello haciendo un poco de presión, era Perú, estaba confundido, pero decidió obedecer, era lo lógico, su cabeza empezó a formular preguntas ¿era una traición? ¿lo había engañado? ────Tírenlas. ────miro al frente nervioso, varios de los invitados soltaron sus armas, entendió inmediatamente el porqué de su estado de "rehén", comenzó a forcejear para hacerlo más creíble, busco con la mirada al extraño que había ocasionado su caída, no lo vio por ningún lado, supuso rápidamente que había aprovechado su inminente distracción para huir.

Perú lo jalo hasta la salida, de todas formas, no estaba tan lejos, había lanzado algo muy parecido a gas, los más listos taparon y cubrieron sus rostros, el resto termino en el suelo debido al enorme dolor que provoco el humo.

──── ¡Eso no explica porque están los asiáticos persiguiéndonos! ────hablo el ruso enojado por la explicación que le había dado el mexicano, no tenía nada que ver con la situación que pasaban.

──── ¡¿Y nosotros como mierda vamos a saber eso! ────USA golpeo su rostro con frustración, se estaban alterando todos, genial el hermano mayor que su amigo estuvo buscando por tanto tiempo resulto ser el acompañante de su padre, las cosas no podían ponerse más extrañas

──── ¡Tokio! ────grito el único bicolor por primera vez en todo ese rato de adrenalina, los otros tres recién cayeron en cuenta de la presencia del asustado menor que se tapaba los oídos al escuchar los recientes disparos.

──── ¿Q-Que? ────dijo entre lagrimones, él era mucho más sensible que sus hermanos mayores, pero hizo un esfuerzo sobre humano por levantar la cabeza para prestar total atención a su amigo.

────Escucha ¿sabes nadar bien? ────pregunto antes de sobreponerse a la parte delantera para ser el quien tome el volante con una mano mientras con la otra le tiraba una máscara al ruso.

────Soy japonés, claro que sé nadar. ────respondió casi ofendido por la interrogante echa, empezó a secarse los lagrimones que se le habían escapado de sus ojitos.

────Perfecto, porque no me detendré y probablemente no pasemos el puente levadizo hidráulico. ────soltó una carcajada nerviosa para acomodarse la máscara, Tokio había olvidado que el sentido común no siempre fue el fuerte del bicolor.

▄▃▂▁ I L U T I O N ▁▂▃▄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora