07-Siete

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—¡Kayla trae  más hielo!— grita mi hermana desde el frente, del contenedor saco un cubo grande de hielo, lo pico con un cuchillo y se lo llevo.

Mi trabajo no es uno de los mejores pero tampoco es uno de los peores, me agrada, consiste en vender pescado en el mercado de la ciudad, el negocio no es nuestro, pero el dueño confía mucho en nosotras.

Regreso a la parte trasera del lugar y sigo en limpiar  todas las clases de pescado que vendemos, Maya se encarga de vender, a mi no se me da mucho eso, mejor se lo dejo a ella que es buena en contabilidad.

Recojo bien mi cabello en una coleta alta, saco las hieleras que están en un contenedor aparte, separo los pescados de los grandes a los pequeños.

Rozo mi brazo por el contenedor de metal logrando una cortada en mi brazo, suelto un grito, la sangre se mezcla con el hielo y el agua fría. Fue grande.

—¡Ah!— exclamo con dolor, aprieto mi brazo a mi abdomen, cojo un trapo y lo envuelvo en él.

—¡¡Kayla te buscan!!— mi hermana. Gruño y busco otro trapo.

—¿Quién?

—Ven.

Suelto un bufido y salgo con una cara de pocos amigos, Maya me ve y la fulmino con la mirada, no pregunta más y se va del otro lado del puesto donde hay clientes. Busco quien me puede buscar y me quedo en shock al ver a las 5 personas que están enfrente de mí, veo más allá si no hay alguien más pero no.

—¿Qué hacen aquí?— digo simple y fría, provocando que ellos me miren mal, pero me vale, no estamos en el colegio.

—¿Qué te pasó en el brazo?— pregunta Zac, en tono preocupado.

—Nada, ¿qué es lo que quieren?— digo irritada tanto por el dolor como verlos ahí parados.

—Kayla, sabes el trabajo aparte— recuerda mi hermana, asiento.

—Te venimos a contratar— ya sé a donde van con eso así que me rio con ganas y Maya me recuerda otra vez.

—Vengan, aquí no podemos hablar— les hago una seña para que me sigan, les indico por dónde pasar, llegamos a donde estaba, hay mucha sangre.

Te cortaste una arteria o ¿qué?

—¿A quién mataste?— eleva una ceja Haminton.

—A nadie que te importe— digo enojada y veo a Zac quien se acerca y de la mesa toma hielo.

—...Solo te pido este favor y ya— susurro, solo escucho una risita por su parte, retira el trapo color blanco pasando a ser rojo.

—¿Ahora sí me buscas?— sonríe burlón.

—Cállate. Díganme qué es lo que quieren conmigo— hago una mueca de dolor y suelto una maldición.

—Mira tonta, a nosotros no nos hablas así— advierte Caleb y se acerca de manera amenazadora, yo no me quedo atrás.

—Yo te hablo como quiero, estas en mi territorio Caleb, así que no se hagan los grandes, porque aquí y ahora los puedo dar una patada— lo señalo y él parece sorprendido.

—Es cierto todo lo que dicen— comenta Justin, lo veo, Zac me toma del brazo no afectado y vuelve a curar mi herida.

—¿Les dijiste?— veo a Zac quien niega repetidas veces —Solo digan a qué vienen. Que no los puedo dejar mucho tiempo aquí— suelto un bufido.

—Veníamos a decirte  si ¿puedes ser nuestro guía en el Reto 5 Edificios?— habla Tony, que no recordaba que estaba aquí.

Rio con tantas ganas que  Zac pica mi costilla para que me quede quieta y él pueda terminar lo antes posible. Están locos, yo jamás voy a ser su guía, el único quien me lo pide y no me niego es Liam, con ellos jamás.

Chicos ProblemáticosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora