Diablos, esta casa es enorme parece laberinto. He caminado varios minutos buscando al menos la sala. Pero no encuentro nada. Veo una puerta al fondo del pasillo, decido abrirla y entro. Resuelta que es la biblioteca de la casa, paredes pintadas color café madera, llenas de libros, un escritorio con todo lo necesario.
Paso mi mano sobre todos los libros, y encuentro la colección completa de Virgilo Rodriguez Macal. ¡Tienen toda la colección! Tomo mi favorito, y empiezo a leer ocupando lugar en el sillón extra que tienen.
Después de leer capítulo tras capítulo. Escucho un carraspeo grave. Veo al padre de Zac cruzado de brazos con el ceño fruncido. Me levanto de inmediato.
—Señor, Harrison...
—Hola, veo que te gusta leer.
—...Eh, sí.
—Llevátelo.
Hundo las cejas.
—¿En serio?
—Sí.
—Gracias, y disculpe que he invadido su privacidad, buscaba la sala pero jamás la encontré.
—No te preocupes, mi hijo ha estado buscándote hace rato. Vamos.
—Okay— él sale, lo sigo, se dirige al pasillo derecho y baja. Tanto tiempo ver ese puto pasillo y no bajar.
Llegamos a la sala, donde ya está casi toda su familia. Voy a la cocina para saber si esta allí. Pero no, solo Fer y las cocineras, obviamente cocinando.
—¿Y Zac?
—Tú debes saber.
—No me interesa dónde está.
¿Entonces por qué lo buscas?
—Déjalo.
—¿Te ayudo?— sonríe, me acerco y veo que esta meneando azúcar derretida.
—Termina esto, yo sigo con lo otro— ordena. Se va y sigo moviendo, esto es muy pegajoso, pero se ve delicioso.
—Señorita, traiga el azúcar— pide una cocinera, apago la estufa y se lo llevo. Fer al parecer hizo el postre, tiene pequeños tazones con frutas, y crema batida.
—Tú la crema batida y yo el azúcar, primero el azúcar– informa, empezamos. Paso al lado derecho de Fer, y cuando iba a echar batida deja caer azúcar en mi muñeca.
—¡¡JODER, ARDE!!...— grito tomando mi muñeca con mi mano libre.
—Kayla, déjame ver—pide preocupada.
—¡Fer, arde, quitalo!— digo con voz quebrada —Duele— quito mi reloj y lo dejo sobre la mesa.
—Tranquila, perdón, no fue mi intención— suena arrepentida. Con cuidado quitan el azúcar y envuelven con otro trapo limpio.
—Duele— siento mis ojos cristalizados y no tardo mucho en soltar lágrimas.
—Perdóname.
—No fue tu culpa.
Las cocineras terminan de hacerlo y nosotros nos sentamos en la mesa a comer. Algunos ya estaban aquí, otros están llegando. Pero no veo a Zac. Para ser novios, estamos muy separados.
Hablando del rey de Roma, él que se asoma. Me ve extraño.
Ya todos sentado, trajeron la comida. La mamá de Zac pidió que lo disfrutaramos... creo que yo ya lo hice. La comida esta deliciosa. Sentía una mirada, curiosa e intensa, la ignoré. Pasamos al postre que se ve delicioso. Aprobé el primer bocado y rico.
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Chicos Problemáticos
Teen FictionAntes llamada" Chica tímida ante los ojos de los demás. Nerd: Lentes adornando su rostro, fan de la lectura, anti social, sin amigos y ropa anchas. Los populares simpre haciendole bullying, maltratandola no importando cuanto la lastimen, física y...