Die Katze // Cherik

✷C I N C O✷

Como regalo de Navidad, terminaré esta historia que fue hecha con mucho amor de mi para ustedes 💝 espero que la estén disfrutando tanto como yo cuando comencé a escribirla

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Charles se había quedado en una de las habitaciones de invitados - ya que la que fuera suya en el pasado, ahora era de un pequeño niño llamado Daken- y aunque no se comparaba con la cama de Erik, se sentía bien regresar al lugar donde había sido educado y amado por primera vez.

Una vez que el sol apareció por su ventana, se metió a bañar y después se colocó un poco de ropa que Logan le dejó - diciendo que le pertenecía a su actual pareja- para finalmente bajar las escaleras con una brillante sonrisa.

—Buenos días Charles ¿Cómo dormiste? — Logan le sonrió dejando un poco de pan tostado y huevo en un plato— Ayer ya no quise despertarte pero Peter me aviso que hoy regresa de ver a sus padres y va a traer a los niños.

—Al fin voy a conocer al dueño de tu corazón—Charles le dio un mordisco al pan—¿Cómo se llama tu otro hijo?

—Es una niña, se llama Laura y ella es como tú —La colita de Charles se movió de un lado a otro—Daken salió humano pero ya sabes como es eso, siempre salen la mitad humano y gato.

El contrario asintió sin dejar de comer.

—¿Y cómo se llama tu pareja? —preguntó finalmente Logan, puesto que desde el día anterior quería preguntarle eso pero no sé atrevió al ver al gatito tan afectado.

—No quiero hablar de eso— negó de inmediato Charles.

–¿Qué? ¿Acaso te llamó por otro nombre? —Logan soltó una pequeña risa —si fue así, tu tienes la culpa, debiste de haberle trasmitido tu nombre desde el principio. Sabes que es fascinante la forma en que le pueden hacer saber su nombre a otro humano ¿le dijiste que yo te puse Charles?

El castaño apretó los labios —¿En verdad tengo que decirte todo?

—Por supuesto, tu eres como mi hijo y yo siempre cuido a mis hijos—Logan se sirvió un poco de lo que había preparado para Charles y se sentó enfrente de este.

—No quiero — replicó el gatito bajando sus orejitas.

—Yo tengo todo el día para escucharte, además sabes que nunca te juzgaría.

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Erik no había podido dormir, y ¿Cómo hacerlo cuando su gatito está desaparecido? Se pasó las manos por su cabello con desesperación, ninguno de sus hombres había podido encontrarlo y eso francamente le preocupaba, pues sabía que aún había grupos de humanos que les gustaba cazar a los hombres-gato.

El alemán se recargó en una pared, todo eso era su culpa, él sabía lo delicados que son los gatos y aún así la última semana lo llevaba tratando un poco mal y aquel beso fue la gota que derramó el vaso.

—¡Erik! — su gatito se había lanzado a sus brazos para darle un beso aunque él se había movido solo para no recibir aquella muestra de afecto —¿todo está bien?

—Claro Charles, ahora ve a jugar afuera, yo tengo que hacer cosas importantes.

El ojiazul le miró pero no dijo nada, solamente se dio la media vuelta para salir de la casa en dirección a la caseta de vigilancia donde estaba Azazel.

Ante aquel recuerdo no pudo evitar que algunas lágrimas salieran de sus ojos, nunca debió de haberle dicho que tenía cosas importantes que hacer cuando realmente lo único que valía la pena y su tiempo es su gatito.

—¿Hoy si podemos jugar? —Charles se había acercado a él con algo de temor aunque no soltó su pelotita de goma.

—No Charles, no podemos— murmuró sin mirarlo—Ve a jugar con Emma o Azazel, incluso creo que Janos está disponible. Anda ve y dejame solo.

—Pero Erik...

—¡Estoy haciendo cosas importantes! —gritó Erik no queriendo tener a Charles por más tiempo en su despacho.

Los ojos del gatito se llenaron de lágrimas, pero aún así salió con la cara en alto para la habitación. Todas las ganas de jugar se le habían ido.

Erik apretó los labios, no quería llorar más y ser un débil ante los ojos de todos sus empleados.

—Erik, tenemos una pista—Emma entró corriendo a la habitación de su jefe, aunque se detuvo al verlo llorar—Tenemos la antigua casa donde vivía Charles —continuó, sabía que a Erik no le gustaba que le preguntaran porque estaba llorando.

—Vamos, ¿Ya llevaron camionetas? — Lehnsherr no se había dado cuenta de cuando había terminado en el suelo.

—Por supuesto, los autos ya deben de estar llegando, solo faltamos nosotros—la rubia, Janos y Azazel se detuvieron en la puerta—Vamos a encontrar a Charles.

Erik asintió y subió a la camioneta.

El camino se le hizo eterno al alemán, pero en cuanto se estacionaron, bajó corriendo entrando a la casa velozmente.

–¿Raven? — se sorprendió al ver a la mujer con los brazos cruzados y una mueca en el rostro.

—¿Qué? ¿Acaso no sabías que yo fui su antigua dueña? — ella bufó molesta —¡Era mi gato! Pero cuando te vio en la casa decidió que le habías gustado lo suficiente como para irse detrás de ti — se terminó de quejar la mujer.

—No lo sabía— admitió en voz baja, aunque Azazel desvió la mirada, puesto que él sí estaba enterado de aquello—Pero me alegra que él haya sido criado por ti, eres...

—No sabes nada de Charles —murmuró ella molesta — diles que se salgan, debemos de hablar sobre esto — Erik miró a sus hombres y en cuestión de segundos, ellos ya estaban afuera.

—Solo se van a quedar ellos— Informó Erik al tiempo que señalaba a Emma, Azazel y Janos.

—Bien, como sea— la rubia se encogió de hombros mientras se sentaba en el sofá—Yo no fui la primera dueña de Charles, él no me quiso decir quien lo educó, decía que debía de protegerlo así como él lo hizo cuando estaba pequeño y desprotegido—Raven miró sus manos — Charles llegó a mi cuando yo iba de camino a tu casa, lo encontré y después de traerlo me contó algunas cosas.

Erik hizo una mueca, si Charles no le había dicho a nadie quien lo había criado, jamás lo encontrarían; porque si de algo estaba seguro el hombre, era de que su gatito estaba con esa persona - o al menos eso esperaba-.

—Azazel ¿Sabes quien fue su primer dueño? Digo, ustedes son unidos.

Este negó de inmediato—No lo sé Erik, yo también intenté hacer que me dijera pero no funcionó, me respondió lo mismo que a Raven.

Lehnsherr se levantó de su asiento con aparente calma—Bien, lamento las molestias y gracias por contarme esto.

—Puedo hacer algo más por ti— afirmó —a pocas cuadras de aquí hay una veterinaria que se especializa en hombres-gato, es atendida por Alex — informó — puedes buscarlo en ese lugar.

—¿cómo estás tan segura de que Charles puede ir a ese lugar?

—Es la única veterinaria de todo el estado— dijo Raven como si fuera obvio.

Erik volvió a agradecer para finalmente salir de la casa.

—Quiero que pongan un hombre a vigilar ese lugar, si Raven tiene razón entonces vamos a encontrar a Charles rápido, pero quiero que sigan patrullando las calles.

Emma asintió.

—Azazel, ve con los amigos de Charles, quizá ellos puedan saber donde está.