JiCheol ♡ Pink boy.

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Su brillante sonrisa desapareció desde que había llegado al instituto y la incomodidad se desbordó en JiHoon apenas entró al salón de clases, sus manos se cerraron alrededor de la mochila que colgaba en sus hombros y se encogió al pasar entre los pupitres escuchando los burlescos comentarios de sus compañeros acerca de su vestimenta.

Llevaba una sudadera color rosa pastel que le quedaba enorme, sobretodo de las mangas y era una de las tantas razones por la cual le gustaba, tenía la capucha puesta dejando a la vista su dulce y pálido rostro y parte de su flequillo, anteojos redondos, jeans y vans.

Para él no era nada de otro mundo.

Le gustaba como se veía.

Y no quería pensar que estaba mal por más comentarios negativos que escuchara.

Llegó al final del salón y levantó la cabeza viendo a SeungCheol, traía una sudadera parecida a la suya pero se ajustaba a su cuerpo y era de color negro, al igual que su pantalón, se fijó en los hematomas y heridas en su rostro, apretó los labios y se sentó en el pupitre que estaba junto al pelinegro esperando que comenzara la clase de literatura.

—Felicidades —La profesora le sonrió a JiHoon al entregarle el último examen.

El pelirosa le devolvió la sonrisa con timidez mirando la calificación obtenida.

Por su parte SeungCheol arrugó el examen y lo metió dentro de la mochila que estaba en el suelo.

La mañana transcurrió tranquila así que por primera vez JiHoon se animó a dejar a un lado el almuerzo que le había preparado su madre para ir a la cafetería como cualquier otro estudiante.

Esperando pasar desapercibido.

Sin notarlo, alguien posó sus ojos en él, brillantes y oscuros ojos pertenecientes al chico que estaba sentado solo en una mesa, quien había estado concentrado en su comida hasta que vio a JiHoon, se quedó con la cuchara en el aire observando en silencio los torpes movimientos del menor.

—L-Lo siento —Se disculpó JiHoon al haber rozado su hombro con el de otra persona que avanzó en la fila ignorándolo para reunirse con sus amigos.

El pequeño tomó su bandeja con el almuerzo pero al caminar buscando una mesa libre SoonYoung colocó su pie haciéndolo caer al suelo, provocando que estallaran a carcajadas.

Al levantarse JiHoon tenía espaguetis en el cabello y salsa de tomates en la ropa, sus ojos se llenaron de lágrimas y apretó sus puños de impotencia y rabia, todos a su alrededor se burlaban de él.

Todos se reían por ser débil.

No sabía qué decir.

Qué hacer.

Como defenderse.

Y no hizo nada más que salir corriendo como un cobarde.

Lo era.

De pronto una mano alrededor de su muñeca lo detuvo bruscamente, al principio no se giró a ver de quién se trataba, su cuerpo temblaba y no lograba ver con claridad debido a las lágrimas que seguían cayendo por sus mejillas, quiso zafarse del agarre pero no se lo permitieron.

Fue ahí donde giró el rostro hacia su derecha y vio a SeungCheol permitiéndole presenciar el desastre de lágrimas y comida que era en ese momento.

—¿Querías mi ayuda, verdad? —Preguntó el pelinegro sosteniendo con fuerza la muñeca de JiHoon, el menor asintió con la cabeza y él lo soltó dando un paso hacia atrás —Bien, pero no te saldrá gratis.