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Narra James

Me levanté a la misma hora de siempre. Mi celular sonó a las 6:00 de la mañana como señal de que ya me levante. No me gusta usar despertador porque su horrible sonido me obliga a romperlos, en cambio, si pongo una alarma en mi celular jamás lo rompería.

En fin, me puse una playera azul y unos jeans igualmente azules, de zapatos escogí unos Converse.
Ser hombre es fácil: te bañas rápido, te cambias rápido, comes rápido.....bueno, estas listo para salir cuando las mujeres apenas están decidiendo que ponerse.

Bajo las escaleras con mis audífonos puestos escuchando mi canción favorita (en los comentarios escriban cual es la suya) me desconecto del mundo y solo me encargo de que mis pisadas vayan al ritmo de la música. Me acerco a un mueble y muevo mis manos pegándole a la madera fría, como si estuviera tocando la batería. Siento que estoy en un video musical, así que comienzo una pequeña coreografía: adelante, atrás, cruzo y giro. Tropiezo y me caigo encima de una mesa. Gracias a mi estatura y peso la mesa se rompe.
Me levanto rápido y escucho que alguien baja las escaleras desesperadamente. Busco con la mirada las llaves de mi auto, las agarro y salgo huyendo de mi propia casa.

Me gustan las mañanas en las que todavía es de noche y se alcanza a ver la luz de la luna plasmada en el cielo. Me hace sentir más libre y solo, como si la ciudad fuera para mi en ese momento. En cambio, cuando esa bola de fuego me quema la cara a pesar de estar millones de kilómetros de aquí, me recuerda que comparto un Sol con personas que no conozco, no me importan o no me caen bien. Eso no es estar solo, pero en algún momento de mi vida podría estar mal acompañado.
Con tanta prisa, no noté si sería un día bueno (que todavía es de noche) o un día malo (que ya amaneció por completo). Prendí el coche, me senté frente al volante y arranqué. Pude ver un semáforo a lo lejos, la luz se puso amarilla y bajé la velocidad, después se prendió el foco rojo y paré por completo. Bajé el vidrio y saqué la cabeza.
Una luna llena asomaba entre los árboles, día bueno. No siempre es un día bueno a pesar de que todavía sea de noche, no siempre funciona. Sólo me da esperanzas de que algo bueno pueda pasar, y si el Sol sustituye a la luna, me motiva a hacer que algo bueno pase.

Muy concentrado en mis pensamientos, escucho el ruido del claxon que me hace despertar y acelerar el coche.

Estacioné el coche en un lugar cerca de la entrada de la escuela. Al salir, Katy se puso en frente de mi.
-Hola James-dijo mientras enrollaba un mechón de cabello en su dedo
-Hola-dije cortante
-¿Por qué tan serio? ¿Hay algo que te haya puesto triste?-su voz cada vez era mas coqueta
Suspiro y pongo los ojos en blanco.
-No lo se Katy. Y si hubiera algo créeme que no te lo diría.-
-Seguro fue esa tonta de Mackenzie-se llama Maddie-¿que te hizo mi amor?-no me vuelvas a decir así-no te preocupes ya sabes como son las europeas-es estadounidense-tal vez yo pueda hacerte feliz....-¡Ya cállate Katy estresas!

Justo cuando abro mi boca para reclamarle ella hace chocar nuestros labios en un asqueroso beso. Trato de zafarme y lo logro debido a que soy mas fuerte que esa rubia, y que todos los demás.
Volteo la cabeza y veo a Maddie con una lagrima deslizándose sobre su mejilla. Ella sale corriendo y se pierde entre los árboles que tenemos enfrente de la escuela.
Dirijo mi mirada a Katy que tiene una sonrisa de satisfacción en la cara mientras enrolla su cabello en su dedo índice.
Quiero reclamarle y gritarle pero me limito a correr detrás de Maddie y explicarle todo lo que pasó. Trato de seguir el sonido de sus pisadas y de su respiración.
"Lo siento Maddie" pienso mientras sigo corriendo.

Narra Maddie

Salgo corriendo y me adentro en el bosque que hay frente a la escuela. Mantengo los ojos bien abiertos para poder esquivar los árboles y meterme entre los arbustos. Sé que James me sigue ya que oigo sus pasos detrás de mi.
No pienso volver a hablarle hasta que me de una buena razón para hacerlo.
Mis piernas arden de tanto correr y llega un momento en el que simplemente no las siento.
Sigo corriendo mientras miro hacia atrás y me percato de que James ya no está atrás de mi.
Gracias a que no tengo mi vista al frente, tropiezo con una piedra y caigo en la hierba húmeda. Me hago bolita y el llanto me invade por completo. Y ahí, llorando desesperadamente, me quedo un buen rato.

***

Siento que hay alguien frente a mi, así que me seco las lagrimas de los ojos y subo la vista.
-Déjame explicarte todo.-me dice James

Pareja por accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora