A Monster

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﹏﹏A Mᴏ ❲ ⚡ ❳ ɴsᴛᴇʀ﹏﹏
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...Desalmados, malvados,
seres que lo único que se merecen
es la muerte
Lyall Lupin

Desalmados, malvados, seres que lo único que se merecen es la muerte ❞Lyall Lupin

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Remus espiaba a hurtadillas por la ventana de su habitación. La lluvia golpeaba el vidrio en aquella mañana helada de Gales y a duras penas dejaba ver los árboles que rodeaban la vieja casa que habían alquilado los Lupin. Remus estaba de rodillas encima del baúl donde guardaba sus juguetes para poder ver al recién llegado que había llamado al timbre de casa.

Sus padres se habían alarmado mucho porqué no era normal tener visitas; de hecho Remus, a sus once años, no recordaba haber recibido nunca a nadie. En un ambiente cada vez más tenebroso a causa de la ascendente magia negra que reinaba en la población, los Lupin debían mantenerse alejados de la comunidad mágica por la propia seguridad de Remus. Su padre Lyall no creía que les dejaran tener libre a un niño cuya naturaleza cada año era más y más peligrosa.

Por eso cuando los hechizos protectores les habían alertado de que un mago había aparecido al límite de su domicilio, la madre de Remus le había dicho que fuera a su habitación y él había obedecido de inmediato.

El hombre en cuestión era alto, y aunque las tejas de la puerta principal le escondían el rostro, Remus reconoció aquél cabello largo y blanco de los libros de historia que tanto le gustaba leer con su madre. Ella era muggle y le encantaba descubrir el mundo de su hijo y marido al mismo tiempo que su pequeño «Pumpkin».

Remus sabia como sus padres se desvivían para hacerle sentir amado y aunque a menudo debían mudarse de domicilio, su madre Hope siempre se esforzaba a crear un hogar acogedor y dedicaba tiempo a pintar la habitación de su hijo junto a él; una vez pintaron planetas, otro un campo de Quidditch y escobas de competición, en una ocasión se esforzaron en dibujar un hipogrifo del que su padre se estuvo riendo durante semanas. Remus también creía que les había quedado horrible pero para él, aquellas horas tiernas en familia donde podía olvidar el dolor de sus transformaciones, valían oro.

Cuando la ropa terciopelada de color burdeos del visitante inesperado se perdió de la vista del pequeño Remus, este no podía creer que el mago más grande de todos los tiempos hubiera entrado en su casa. ¡La de cromos de las ranas de chocolate que tenia de él! Como no tenía contacto con otros niños no podía intercambiarlos con nadie pero podía presumir de tener más de 20 directores de Hogwarts, aunque este nunca se quedaba demasiado tiempo dentro de los cromos; era bien sabido por todo el mundo que Albus Dumbledore era un hombre ocupado.

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