veintisiete.

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El día ya había llegado y el reloj marcaba las cinco y media de la tarde. Agarré mis cosas y salí para encontrarme con el chico que ocupaba gran parte de mis pensamientos.

Una vez que llegué a el parque Yeouido, empecé a sentirme tan nervioso que incluso comenzaron a temblarme las manos. Por fin iba a pasar tiempo con él a solas e íbamos a poder hablar de lo que quisiésemos sin ser interrumpidos.

A los pocos minutos después, sentí un toque en mi hombro que provocó que me asustase y mirase rápidamente hacia atrás. Cuando me encontré de frente a Youngjae, casi me da algo, pero intenté disimularlo lo máximo posible. En cambio, él sonrió y acortó la pequeña distancia que había entre nosotros para darme un abrazo. El cual, por supuesto que correspondí sin dudar ni un segundo. Lo que más deseaba cada día era poder abrazarle para sentirle cerca.

Una vez que nos separamos, decidimos empezar a caminar un rato por este parque que a los dos nos gustaba mucho. Era grande y muy bonito, ideal para pasar el día con tu pareja. Ideal para pasar el día con Choi Youngjae.

-¿Me has esperado mucho? -preguntó Youngjae.
-No, solo unos cinco minutos, no te preocupes.

Me estaba costando un poco el poder hablar con él. Aunque por chat era atrevido y no me daba vergüenza casi nada, en persona todo cambiaba demasiado y me costaba empezar algún tema de conversación o responder alguna pregunta. Pero debía mentalizarme y también intentar tranquilizarme, porque no iba a estar todo el día que nos esperaba juntos callado y sin aportar nada además de mi presencia que, por supuesto, no era suficiente.

Entonces comencé a hacerle preguntas para tener temas de conversación y no quedarnos en silencio todo el camino, porque sabía que él también estaba avergonzado y le costaba. Yo era el enamorado aquí, así que debía esforzarme por lograr que él se sintiese a gusto conmigo para que en un futuro cercano pudiésemos volver a repetir esto.

Al final estuvimos hablando de varios temas hasta que nos cansamos de dar vueltas por el parque y decidimos comprar comida en un puesto que había en este y sentarnos en un banco a comerla. Ahí volvimos a hablar de otros temas, conversamos sobre nuestros planes de futuro y luego la conversación saltó a los estudios y lo estresante que era el instituto y las pocas ganas que teníamos de llegar a la universidad.

Al terminar de comer y reposar un poco la comida sentados, Youngjae me preguntó si me apetecía ir a un centro comercial que estaba cerca, el cual obviamente yo también conocía porque había ido en muchas ocasiones. Acepté la idea y nos levantamos para ir hacia allí.

Estuvimos dando vueltas por el lugar, mirando diferentes tiendas, hablando de temas poco importantes y riéndonos de comentarios tontos que hacíamos. En todo ese tiempo no hubo contacto físico y la verdad es que me moría de ganas por abrazarlo o agarrar su mano para caminar, pero sabía que no debía hacerlo para no incomodarle.

-Jaebum, tengo ganas de comer helado.

Miré a mi amigo y negué varias veces con la cabeza.

-Hemos comido hace una hora, Jae.
-Lo sé, pero estoy cansado de dar vueltas y quiero reponer las energías con helado. -hizo un puchero y esa fue la razón por la que acepté tan fácilmente, porque no podía contra su preciosa cara y menos cuando actuaba adorable.

Entramos en la heladería que había dentro del centro comercial y cada uno escogimos los sabores que queríamos. Luego de que nos dieron nuestros helados, decidimos sentarnos en una de las mesas para comerlos con tranquilidad.

Youngjae y yo estábamos juntos, pasando una tarde agradable, ahora sentados y comiendo helados, era todo perfecto y no podía pedir más. Me sentía muy feliz, todo era como un sueño maravilloso hecho realidad.

Enemigos en Wattpad [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora