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Suspiro de manera inconsciente, sintiendo un peso doloroso posarse repentinamente sobre su abdomen que provocaba que hasta le faltará el aire. Poco a poco, sus sentidos comenzaban a despertar ante aquella leve molestia en su parte abdominal y, por instinto, su sistema se alertó con tal magnitud que abrió rápidamente sus ojos que poseían un fuerte escarlata, dejo al descubierto sus caninos y sus garras, levantándose de la cama de manera brusca, buscando alguna amenaza cerca.

Se calmo únicamente cuando pudo ver qué aquel molesto pesar en su cuerpo era su adorado cerdito. Observo alrededor, encontrándose con Vegetta y Alex alejados de la cama, seguramente se habrán alejado al ver su estado de alerta, provocando a sus Lobos un gran susto.

— Manolo rascaba la puerta, así que le abrí y se tiró encima tuyo apenas entró al cuarto — Dice Vegetta, soltando pequeñas carcajadas por lo bajo. — Lamento si te asustaste.

Luzu río también, suspirando profundamente, mientras que sus características físicas volvían a ser humanas.

— No pasa nada — Contesta ante lo dicho por su amigo. — ¿Y tú pequeño travieso?. Jo, perdón por no dejarte entrar conmigo a dormir.

Con cariño, el Alfa comienza a rascar con amor la barriga de su cerdito, quien se removía alegre aún encontrándose en su abdomen. Los dos restantes miran la escena divertidos de igual manera, riendo por las reacciones tan tiernas del animal frente a su dueño.

— Como están aquí, deduzco que ya se encuentran bien. ¿Y los demás?.

— Auron se quedó jugando en la consola, y Mangel nos dijo que se sentía mejor pero que quería descansar — Contesto Vegetta.

— Mangel huele super mal tío, está triste por algo, ¿Tu sabes por qué, Luzu? — Pregunta Alex, logrando que el Alfa se tensara un poco.

— Uhm... Bueno, Rubius se colo en la casa, no se cómo lo logro, pero se infiltró en la habitación de Mangel. Pero por suerte Fargan me lo comentó y pude venir a sacarlo antes de que le haga algo, eso fue lo que sucedió, fuera de eso, no sé por qué se sentirá tan triste.

El Omega frunció el entrecejo levemente, algo curioso por la situación que el no pudo ser capaz de percibir por estar sumergido en su propio sufrimiento. Aún así, le preocupaba, el olor estropeado de Mangel por la tristeza causaba que su Lobo se sintiera de la misma manera, lo cual era sumamente desesperante y deseaba socorrerlo, pero entendía también, que el Omega no quería ser molestado.

Vegetta carraspea su garganta, captando la atención de los presentes para poder romper aquel incómodo ambiente que, Alex sin quererlo estaba creando.

— Iremos a preparar algo para cenar está noche, ¿Quieres acompañarnos?.

— ¡Claro!.

El Alfa se levantó con cierto entusiasmo de la cama, no sin antes dejar a Manolo hacia un lado para no lastimarlo. Posteriormente, se dirigió con los Omegas a la cocina para comenzar a preparar la cena, al menos entre los tres, algo comestible debía de salir.

Sería una semana intensa cuidando y conviviendo con sus amigos Omegas, pero realmente no era un problema y la idea no era para nada desagradable, Luzu era una persona que adoraba la compañía de personas cercanas a el, al menos por ello, no estaría solo estos próximos días y estaba seguro que los momentos divertidos no se harían pasar estando con ellos, a lo que se encontraba alegre.

Por parte de los Omegas, había sido tanto un día intenso como agotador, pero eran concientes de que los próximos días serían agradables al lado del Alfa con quién tenían suma confianza y cariño, siendo su Salvador y su único protector, pues siempre estarían a salvo.

Al menos, una semana tranquila era esperada, ¿Lo sería realmente, teniendo a cuatro Alfas territoriales y agresivos?, Luzu rogaba que si.

𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐒 彡 𝗞𝗮𝗿𝗺𝗮𝗹𝗮𝗻𝗱 𝗜𝗩 [cancelado] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora