𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐒 彡 𝗞𝗮𝗿𝗺𝗮𝗹𝗮𝗻𝗱 𝗜𝗩 [cancelado]

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La brisa golpeó su rostro con una increíble suavidad, provocando un suspiro profundo salir de sus labios ante el relajante viento fresco que acarició su tersa piel. Había tenido, sin quererlo, un pequeño ataque por la situación vivida con anterioridad, no podría describir con certeza que tipo de ataque fue el ocurrido, si de pánico o de llanto, pero lo que si sabía, era que una fuerte angustia había golpeado con gran fuerza su pecho causando las lágrimas que se desbordaron de sus hermosos orbes azul cielo, únicamente por haberse planteado e imaginado que hubiera pasado si al pequeño Omega le hubiese sucedido algo en su rebeldía de haberse escapado por la noche y, tomando en cuenta que cualquier peligro podría acechar a sus amigos en general. 

Luzu, como persona, había tenido siempre un toque de sensibilidad que lo hacía especial en comparación con otros Alfas, y esa sensibilidad se tornaba mas intensa cuando se trataba de personas que ama. Aquello era inimaginable para Auron, quien observa, conservando cierta distancia, como el Alfa regula su respiración e intenta calmarse del episodio sufrido aspirando la brisa que llega hacía ellos por la altura de la terraza. Los Alfas solían ser orgullosos, bruscos, posesivos y altaneros, al menos en su mayoría. Si bien, era cierto que Auron conocía Alfas que se salían de dicho estereotipo, pero veía algo en Luzu que no era igual a ellos, había algo dentro de el, de su instinto natural, que parecía ser completamente diferente a los de su casta, incluso Auron, cuando lo vio por primera vez, se alegro por tener un amigo que consideraba Omega igual que el. Luzu era un Alfa extraño y por esa misma razón, le parecía simplemente asombroso. 

El Omega duda de sus acciones, como cada vez que hace cuando quiere mantener un dialogo o establecer un contacto físico con el mayor y, finalmente cede. Coloca su mano derecha en la espalda del Alfa, en señal de apoyo. 

— ¿Estás mejor? — Pregunta el Omega.

— Si... Estoy mejor, gracias, Auron.

Luzu dibuja una leve sonrisa en sus labios, con el objetivo de darle a entender al menor que verdaderamente sus palabras acompañaban sus gestos y por ende, que estaba siendo sincero. Auron no decide creerle completamente, pues el olor a hojas quemadas no desaparece en su totalidad, estropeando la dulzura natural del olor a menta que hacía mover la cola de su lobo con alegría. 

— Joder... Tercer día, y ya siento que voy a explotar... — Comento repentinamente el Alfa, dirigiendo una de sus manos a su frente. 

— ¿Es... Es la primera vez que haces esto? — Cuestiona con curiosidad, queriendo ponerse a si mismo en la posición de psicólogo que era, aunque realmente era gracias a los libros de la biblioteca del pueblo y no por reales estudios, pero, aún así, lo intentaba. 

— No, desde que hemos estado en Karmaland, he sido el líder, aunque de vez en cuanto hacían votaciones para ver quien podría serlo, generalmente los chicos me elegían a mi — Responde y gira la cabeza para mirar al menor. — Ya he cuidado a los chicos en Celo antes y de Alfas peores, incluso recuerdo haberme liado en varias peleas por cuidarlos... Pero la situación nunca se me había salido de las manos, no lo entiendo... 

Auron ve la frustración en la mirada del mayor, siendo que de alguna manera, lo comprende. Cada grupo, sea chico o grande, sea en el entorno laboral o en el social, siempre se establecía, aún de manera inconsciente, un macho Alfa a cargo, y veía la determinación de protección en los Alfas de su pequeña manada de amigos youtubers. Y ver a Luzu le hizo recordar a Jordi, aquel ojiazul que lo había sacado en mas de un problema y mayormente era el Alfa de su manada, también a Wismichu, quien nunca dejaba que ningún otro Alfa se acercara a el y Kajal, aquel Alfa que tenía un lobo con tan mal carácter, que era capaz de llamar a una pelea solo por haber mirado a uno de sus amigos Omegas. Los Alfas eran tontos pero tenían lo suyo, y sabía como funcionaba ser quien este siempre al frente, aquel que debe defender a los mas "Débiles" y realmente se esfuerza por ello porque esos a los que debe proteger, son personas que quiere. Y toda esa oleada de pensamientos, hace que Auron sonría.