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Se agachó con cuidado una vez que se encontró frente a los cultivos de Zanahorias. Agradeció el haber encontrado vegetales ya maduros, por lo que con la poca fuerza que poseía en aquellos momentos, tomo entre sus manos la parte superior del vegetal para jalarlo con fuerza hacia su cuerpo. Fue costoso, pero al menos consiguió la zanahoria, se vio victorioso al conseguirla sin tener ningún inconveniente.

Cuando se levantó del suelo, un olor fuerte a madera golpeo repentinamente sus fosas nasales. Su Lobo interior aulló de gusto al reconocer el olor del Alfa que residía en aquel hogar y, cada vez se acercaba más a el.

Antes de que pudiera voltear para tomar carrera e irse lo más rápido posible del lugar, sintió unas frías manos recorrer el contorno de su abdomen, haciendo un lento recorrido hasta finalmente posarse en sus caderas. Vegetta suspiro, y su Lobo gimió con alegría al sentir la respiración cálida del Alfa detrás de su nuca y aquel olor extremadamente particular envolver sus sentidos por completo.

Leves cosquilleos en su estómago se hicieron presentes cuando los labios del Alfa comenzaron a chocar contra la suave piel del Omega, dando pequeños besos por la zona de su cuello y, por momentos, rozando su glándula Omega donde generalmente residía la marca. No era la primera vez que provocaba a su Lobo de aquella manera, besando su glándula constantemente, causando una desesperación inmensa por ser marcado y dando la impresión de que, si esos caninos pasarán a hacer mucho más que solo rozar esa zona, lo marcaría.

— Guille... — Suspira, tomando entre sus manos las del Alfa que sostenía su cadera, en un intento por alejarlas de su cuerpo. — Q-quita...

Al intentar quitar sus manos, el Alfa gruñó amenazante, por lo que el Omega se quedó quieto.

¿Por qué quieres huir? — Murmura en cuestionamiento con su voz de comando, que provocó un escalofrío en el contrario a pesar de estar, en cierta parte, acostumbrado a ella. — Yo te puedo ayudar, Omega... No sería la primera vez que lo haga.

Vegetta mordió su labio inferior. Su Lobo no se encontraba atemorizado, para nada, Willy era un Alfa de confianza con el que habían pasado muchos momentos juntos y, al contrario de tener miedo, su Lobo gemía y movía su cola de un lado al otro, bastante contento por el atrevimiento del Alfa.

A veces, Vegetta podía llegar a odiar a su Lobo, era tan débil y sumiso cuando se trataba de Willy que le era sumamente fastidioso comportarse así. Pero, no podía ir en contra de su instinto, más bien, no quería.

Después de todo, ciertamente no era la primera vez que Samuel pasaba su Celo entero con Guillermo, el haber convivido juntos tanto tiempo y crear un lazo de amistad fuerte, había llevado a sus Lobos a sentirse atraídos por el otro a tal punto que se sentían enamorados. Sus Lobos se querían y se deseaban.

Vegetta pensó, mientras los besos no dejaban de ser repartidos por su cuello, que quizá dejarse llevar una vez más no sería malo. Pero hubo algo, un pensamiento, un pequeño sentimiento de culpa que ocupaba gracias a otro Alfa.

Y esta vez, solo por esta vez, no sentía que fuera adecuado pasar su Celo nuevamente con aquel Alfa.

— Basta... — Murmuro en voz baja, queriendo girar su cabeza. — N-no quiero... No esta vez...

¿Por qué no? — Bufo molesto, mientras frunce levemente el entrecejo.

— Porque no me siento cómodo...

— Podemos ir dentro, si eso quieres — Responde, pero está vez, usando su voz normal, lo cual alivio en cierta parte a Vegetta.

— No, no quiero pasar mi Celo contigo... Estoy bien. Solo quiero irme a casa de Luzu.

Los Alfas mayormente son conocidos por tener un carácter posesivo con lo que consideran suyo, y Willy, consideraba a Vegetta como suyo. Gruñó molesto al escuchar el nombre del otro Alfa, y siendo inconsciente de sus acciones, tomó con más fuerza de las caderas al mayor, impidiendo que este pudiera moverse.

No quiero que te vayas... — Volvió a usar su voz de comando, apoyando su frente en el hueco que dejaba el cuello y la cabeza del Omega, aspirando su dulce aroma a Uvas que tanto le encantaba.

No sería capaz de lastimarlo, a pesar de ser un Alfa mayormente agresivo no se permitiera a si mismo forzar a su contrario a una relación sexual si este no se sentía cómodo. Pero, lo que su Lobo le pedía a gritos, era que solo se quedará junto a el un poco más de tiempo.

Su actitud pasiva no duraría mucho, Vegetta estaba nervioso por saber eso, porque nadie podría negarse a su lado animal y Willy no era una excepción ante aquello. Debía encontrar una manera de irse y llegar a la casa de Luzu, pues debía seguir tomando los supresores y un descuido de no tomarlo, el peligro sería mucho mayor.

Su olor a Uvas aumentaba, y el calor poco a poco sofocaba su cuerpo.

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N/A: NoooOoooOoo esto está horrible, rajenme un tiro porfa.

𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐒 彡 𝗞𝗮𝗿𝗺𝗮𝗹𝗮𝗻𝗱 𝗜𝗩 [cancelado] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora