Capítulo 1

3.8K 286 95
                                    


Palacio de Orochimaru, 4 años después...

     Sakura pudo escuchar el alboroto que se suscitaba fuera del palacio, Kabuto había llegado y Lord Orochimaru no tardaría en salir de su oscuro agujero donde siempre estaba lucubrando contra Konoha y sus aliados.

     Sin esperar a ser descubierta corrió a esconderse con el corazón sobresaltado, si alguno de esos dos le veían cerca la terminarían encerrando otra vez y su idea respirar aire fresco nuevamente quedaría rezagada.

     —¡Libéreme!, sino lo hacen los mataré a todos —gritaba un niño pequeño de no más de 5 años.

     «¿Un niño?» El verlo hizo que no huyera, sino simplemente se quedó en el escondite detrás de uno de los gruesos pilares que sostenían el lugar y rogando no ser encontrada.

     «¿Qué haces, Sakura? Esto no es buena idea » Se reprendió mentalmente asimisma, pero la curiosidad la minaba y solo era un niño pequeño.

     —¡Oh! ¡Qué agradable sorpresa, bienvenido!

     El niño lo miró con odio y murmuró: —¡Orochimaru!

     —Sí, mi querido y apreciado exalumno, me alegra que hayas aceptado nuestra humilde invitación.

     —Yo no acepté nada ¿Por qué me hicieron esto? Los acabaré, malditos hijos de perra —les amenazó, forcejeando hasta que se soltó cayendo sobre sus manos.

     —Porque te necesito, tu amigo, el portador del Kyubi sigue descontrolado y eso no le ayuda a Konoha, pero si tú decides ayudarme, tal vez podemos salvar a tu clan de la devastación que tu amigo hará.

     —El portador del Kyubi —murmuró, cuando por fin la pelirrosa escuchó luego de tres años por fin algo de su misión y sabía que tenía que huir.

     El pequeño niño sonrió. —¡Ja! ¿Y crees que soy tan estúpido en creer en ti? Solo son unos traidores.

     Kabuto se burló de él sin contemplación. —No tienes que hablarnos así, solo eres un mocoso y no podrías ni soñando contra todos nosotros.

     El pequeño resopló, observando la risa burlona de Kabuto y sabiendo que era cierto lo que el medicucho predicaba, en ese momento solo era un niño y un niño que le había sellado su chakra.

     —Solo eres un mocoso debilucho.

     Kabuto se puso a su altura para seguirse burlando de él, tanto que hizo enojar a un más al pequeño, por lo que este aprovechando que lo tenía a su nivel, le soltó un fuerte puñetazo con sus aun diminutas manos, haciendo que sus lentes salieron de su rostro y un hilo de sangre empezara a brotar de su boca.

     Eso le hizo sonreír jactándose de su hazaña. —Es una muestra de lo que...

     —Cállate, insolente.

     El niño no pudo terminar sus palabras, el puño de Kabuto fue directo a su rostro, haciéndolo caer de sentón por la fuerza emitida.

     —Eso te enseñará escoria Uchiha —dijo, mientras se limpiaba la sangre que escurría de boca.

     —¡Maldito! —gritó el niño, lanzándose hacia él.

     Aunque esta vez, Kabuto ya estaba listo para darle con una patada que nunca recibió porque Sakura se atravesó antes de que volviera a tocarlo, para luego quejarse del dolor al albergar de lleno el golpe a un costado de su espalda.

Sakura, la Hiel-RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora