Capítulo 10

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Fugaku regresó con un talante de enojo por toda la situación que su hijo había vivido y sobre todo porque aún no dejaba de ser complicado, traían consigo a Sakura y en cierta medida era la responsable de que Sasuke estuviera enfermo, por decirlo de alguna manera.

          Así que fue directo donde el Hokage lo esperaba, la situación ameritaba que se presentará ante él de inmediato.

          —Cuarto —dijo haciendo una leve inclinación.

          La cual fue correspondida con el mismo respeto. —Fugaku, me alegra que estés de vuelta, necesito saber cómo están todos, sobre todo Sasuke.

         Fugaku soltó un gruñido. —Él está bien, sin embargo, Sakura, la Hiel-Rosa para salvarlo creó una especie de vínculo que cuando ella se altera mi hijo vuelve a ser un niño.

          El rostro de Minato parecía imperturbable por la situación, la pequeña explicación del líder del clan Uchiha sin duda conllevaba muchas preguntas y que no sería sencillo entender que consecuencias traería, y sabía que se complicaría aún más.

          —¿Qué dice, Shizune?

          —Ella dice que es algo extraño, además esta chica es la Hiel-Rosa fue instruida por Tsunade-sama.

          —¿Lady Tsunade?

         —La misma —confirmó con notoria satisfacción.

         —¿Dónde está ahora?

         —Ella está siendo escoltada al Distrito Uchiha por nuestros respectivos hijos: Naruto y Sasuke, quienes se han proclamado sus protectores.

          El tono de voz usado no dejaba de advertir cierta preocupación en ese hecho en particular.

          —Entonces también tendremos problemas en ese aspecto.

          —Me temo que sí.

          —Un problema a la vez, dime todo lo que sepas de ella.

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La pelirrosa estornudó de repente varias veces seguidas.

          —¿Estás bien, Sakura?

          —Sí, Naruto, solo tuve un cosquilleo en la nariz que me provocó estornudar.

          El chico rubio la miró sin creerle, así que sin más se quitó su chaquete y se la entregó. —Ten, póntela no queremos que te vayas a resfriar.

          Sakura se sonrojó. —No, no es necesario, yo...

          —Oh, sí que lo es, debemos de cuidarte.

          Sasuke gruñó. —Sakura tiene razón, estamos a unos pasos de llegar a mi casa, no es necesaria tu chaqueta ni ser tan exagerado.

          —No intervengas, Teme, además quién decidió que Sakura debía quedarse contigo.

          —¡Ja! No me hagas reír y, sabiendo quién es, la dejaría quedarse con el Hokage, eso sería imposible, además ella no puede separarse de mí, como bien sabes.

          Naruto sabía que no podría refutar nada a ese respecto, su amigo tenía completamente la razón, jamás permitirían que estuviera cerca de su padre, y tampoco podría separarse de Sasuke, lo cual lo dejó realmente frustrado. Sakura es linda, nada espectacular, pero sin duda algo en ella lo hacía entrar en calma, incluso Kurama de alguna forma también lo sentía.

Sakura, la Hiel-RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora