Capítulo 2

2.9K 284 70
                                    


     Los días seguía pasando, habían permanecido ocultos gracias al jutsu de transformación de Sakura, sin embargo, cada vez el niño era más difícil de calmar, era muy rebelde, y no solo eso, también decía incoherencias sobre una trampa que Kabuto y Orochimaru le habían puesto para dejarlo indefenso y sellar su chakra, por lo que la pelirrosa optó por mantenerlo dormido para poder viajar con él y no le causara problemas.

     Contó los días y ya sumaban ocho, se sentía débil y las píldoras de alimento ayudaban a mantener su jutsu; además el poco alimento que tenía se lo dejaban a Sasuke, aunque este se resistía a comer, ella lo obligaba, solo eres un niño pequeño y debía de comer.

     Sakura con su última transformación llegó a las afueras de la aldea, no sabía cuánto tiempo había caminado, pero sabía perfectamente que tendría que idear un plan, puesto solo queda una píldora y con ello no podrían subsistir.

     Tal vez el aspecto de un hombre anciano y robusto le ayudara a conseguir un trabajo y poder comprar algo de comida, total nadie lo podría confundir con un ninja, por su fachada ni siquiera valdría la pena querer asaltar.

     Caminó otro tramo más y llegó a un bosque, el efecto de la píldora de alimento se estaba perdiendo, el realizar un jutsu para dos personas y mantenerlo fue sumamente agotador y, más para alguien que durante mucho tiempo le fue drenado su chakra curando al asesino de su maestra.

     Sasuke seguía durmiendo como el niño pacifico que en apariencia era, en el caso de Sakura su cansancio se acumuló tanto física como mentalmente fragmentando más su espíritu, por lo que sintió la necesidad de tocar nuevamente el collar que representaba su ancla y la última misión que Lady Tsunade le delegó antes de morir.

     La noche seguía pasando y el frío iba en aumento, no podría quedarse ante la intemperie, tenía que buscar un refugio donde guarecerse del clima para así descansar un poco, aunque eso definitivamente parecía un lujo que no se podría dar, considerando que ya los buscaban.

     —¡Hey, anciano!

     Miró a su espalda, buscando la voz que lo había llamado, resultando ser un Shinobi de aspecto raro y su compañero que también distaba de tener un aspecto normal, pero suponía que era amistoso.

     —¿En qué les puedo ayudar?

     —Espero que en mucho, ¿de dónde viene usted?

     —De una aldea no muy lejos de aquí.

     —Ya veo, sin embargo, ya es muy tarde para que alguien como usted vague por el bosque.

     —¡Oh! Jovencito, entiendo tu punto pero de algo tengo que comer, así que vendí mi mercancía y ahora regreso a mi lugar de origen.

     —Así, ¿qué vende? Puesto que no se ve que traiga algo consigo.

     La pregunta hecha por el shinobi con aspecto afable la tomó por sorpresa, no esperaba encontrar viajeros a esta hora de la noche.

     —Jūgo, no me digas que esperas que tenga algo de comer, porque no tiene aspecto de ser comerciante de comida, además tenemos una misión que cumplir.

     —Es cierto lo que dice mi compañero, que usted no vende comida.

     Sakura fingió una sonrisa.

     —Lo siento, joven shinobi, es correcto lo que dice su compañero, yo no vendo comida.

     —Lo entiendo —dijo fingiendo resignación—. Bueno, pero tal vez nos pueda ayudar de otra manera, ¿usted ha visto a un shinobi de cabello negro con una mirada algo siniestra? Es un miembro del clan Uchiha y un gran ninja, ¿conoce el clan?

Sakura, la Hiel-RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora