Juegos Mentales | KTH [+18][✔] ©

|Cap ₂₁|Aʟ ᴅᴇsɴᴜᴅᴏ.

No tardé en seguirle el macabro juego. Ella agarró mis caderas y las atrajo aún más a su cuerpo, logrando sentir con mayor intensidad su sexo. Besó mi mejilla húmedamente, para luego seguir besando esta, hasta llegar al lóbulo de mi oreja, donde lo mordió y susurró.

—Quiero comerte entero.

Esas tres palabras me habían prendido completamente, teniendo la necesidad de lamer cada parte de su exquisito cuerpo. La abracé, mientras ella enrollaba sus piernas en mis caderas, la levanté de la barra y salí con ella de la cocina. No apartaba mis labios de los suyos, abría y cerraba mis labios con gran euforia, chocando nuestras lenguas, sintiendo una gran electricidad pasar por la sangre de mis venas.

Me dirigí a mi habitación, golpeando mi cuerpo con las paredes del pasillo. Ella se movía encima de mí, y yo subía la camisa que se encontraba en su cuerpo. Avancé con ella por mi habitación, me tiré de espaldas sobre la cama, ella cayó encima de mi cuerpo. Se sentó en mi sexo, donde se quedó unos segundos sin moverse, sólo se dedicaba a mirarme a los ojos, como pidiendo permiso para excitarme aún más de lo que ya me había puesto.

Asentí con la cabeza, ella no tardó en volverme a besar. Comenzó a mover sus caderas de adelante hacía atrás, sus movimientos eran satisfactorios y descarados. Su sonrisa era coqueta, y sus ojos se encontraban cerrados. Posicionó sus dos manos en mi cuello, echando mi cabeza para atrás, pareciendo como si le excitase verme totalmente a su merced. Sus movimientos de pelvis eran agresivos, causando que todo mi cuerpo se calentara completamente.

___ siguió besando mi cuello además de labios, hasta que algo inesperado hizo por hacer. Bajó lentamente por mi cuerpo, hasta quedarse parada en el suelo, yo me dediqué a observarle de pies a cabeza. Ella sólo se fue agachando, quedando arrodillada en el piso. Yo aún me encontraba de espaldas, pero mis ojos no los quitaba de su persona.

Llevó sus manos a mi pantalón, donde bajó el cierre de este. Hasta el puto sonido de mi cremallera se había vuelto excitante en este momento.

Comenzó a bajar mis bóxer con ayuda de mis caderas, las cuales las removí en el espacio para ser más fácil desvestido. Fijé la mirada en el techo de mi habitación, dando gracias al cielo por haberme depilado anteriormente. Abrí inmensamente mis ojos al sentir su lengua en la punta de mi glande.

—Oh, ___... —Llevé mis dedos a sus cabellos, donde la guíe, aunque ella sabía muy bien lo que hacía.

—¿Quieres que me detenga?

—Nunca lo hagas... Por favor...

Pasaba su lengua de arriba abajo, para luego meterse todo mi pene en su cavidad bucal. Mis gemidos no se quedaron atrás, se escuchaban por toda la habitación. El sol entraba directamente por la ventana, causando un ambiente más caliente. No existía un tope para ella, mi pene quedaba perfecto en su boca, hasta el punto de llegar a su garganta, pues tenía una buena profundidad. Llevó sus manos a mis testículos, donde los apretó cada uno, sin dejar de saborear mi pene.

Sus boca próximamente fue bajando por mi longitud, hasta lamer y succionar mis testículos sin vergüenza. Ella apretaba mis piernas como si se aferrara a ellas sin importar qué.

Pasaron otros largos minutos más, hasta que mi vientre empezó a contraerse con profundidad. Estaba por venirme y podía sentirlo como tocar las nubes con la punta de mis dedos. Me vine en su boca al producir otro último de mis gemidos. La miré, ella tenía sus cachetes inflados de toda mi semilla. ___ nada más arrugó sus labios y ojos al pasarse todo por su garganta, para luego abrirlos y mirarme.

Lo siento.

—No sabe tan mal. —Sonrió, sin mostrar los dientes.

—C-comí piña esta mañana... —Mis labios se encontraban secos por tanto aspirar y suspirar por mi boca.