Juegos Mentales | KTH [+18][✔] ©

|Cap ₂₃|Tᴇ ᴘᴇʀᴛᴇɴᴇᴢᴄᴏ.

Habían pasado cinco días desde que mi madre había vuelto de su viaje. Sinceramente era y es un infierno vivir con ella.

¿Cómo la soporto?

El único tema el cual ha retomado estos últimos días era sobre mi orientación sexual, lo cual no cabe duda por mi parte.

Me gustan las mujeres, me gusta ___.

Pero claro que no podía decirle eso, me mataría y borraría la memoria nuevamente, me olvidaría de ___ otra vez, aunque mi cuaderno no lo permitiría.

¿Qué tenía ___ de malo? La estúpida de mi madre la quiso alejar por las malas de mí, aunque ella no tenía interés en mí, yo si y eso le enfadó.

¿Acaso es una maldita celosa?

Aunque me matara la cabeza pensando en las posibles causas de la maldad en mi madre para hacerme tal monstruosidad, sólo me quedaba una respuesta... Mi madre es una loca, claro, saqué lo trastornado de ella.

—¿Te gusta la playa? —Salí del baño de mi habitación, me había duchado recién.

Si, pienso mejor en la ducha.

—Si, creo, la verdad es que no recuerdo mi último momento viendo el mar. —Encogió los hombros.

—¿Quieres ir? —Ella se encontraba sentada en la punta de la cama, rió ante mi pregunta tan desprevenida.

—¿Lo dices enserio? —Cuestionó seriamente al darse cuenta de que no era una broma. —¿En verdad me llevarías a la playa?

—No. —La miré. —No sólo a la playa. —Sonreí.

Ella se levantó de la cama rápidamente, corrió hacia mí y saltó en mi cuerpo, enrolló sus piernas en mis caderas y yo la sostuve con una sonrisa de oreja a oreja.

La idea de la playa era loca, estúpida e irresponsable, pero necesitaba confesarme con ella, explicar lo que pasaba en mi vida y memoria. Y en esta casa no sería posible hacerlo.

—¿Y tu madre? —Se separó del abrazo, bajando al suelo.

—Ella fue al supermercado, estamos los dos solos. Vamos. —La tomé de la mano y caminé con ella a la puerta.

—Espera, Tae. —Volteé a mirarla. —Estoy vestida con una de tus camisas. —La observé de pies a cabeza, notando que sí lo estaba.

—Estás perfecta así, te queda como vestido. No hay mucho tiempo, ella llegará. —Negué con la cabeza y mojé mis labios.

___ asintió con la cabeza y me siguió de la mano, corrimos a la puerta principal, donde se encontraban colgadas todas las llaves de la casa, entre ellas; Mi auto.

Salimos de casa, abrí el auto. Los dos corrimos a los asientos, entramos a estos y encendí el deportivo, esperé unos minutos para que se calentara el sensible motor.

El portón de la entrada de autos se encontraba abierto fortuitamente. Salimos de ahí, nerviosos y con el corazón casi saliendo del pecho. Me sentía un mal hijo, pero ella en definitiva una mala madre.

Me detuve en una luz roja, después de unos segundos seguí nuestro camino, hasta toparme en la pista contraria con un Jeep Chevrolet blanco; Mi madre.

Abrió inmensamente sus ojos al ver a su hijo en un auto, junto a la chica a la cual no quería en mi vida. Se había convertido en un momento cámara lenta, donde deseaba que me tragara la tierra.