Uno necesitaba un hacker y no creyó que la presencia de aquella joven de baja estatura y caracter peculiar aportaría más que códigos y seguridad al grupo, pero se equivocaba.
Ocho se convirtió en el corazón del equipo, ganándose el aprecio de todos...
Cuatro le dio un manotazo al despertador y, por como crujió bajo sus dedos, dedujo que lo había destrozado... otra vez. Se sentó adormilado en la cama, mirando extrañado el reloj.
—¿6 de la mañana?—
Un leve golpeteo en la puerta lo hizo levantarse.
—¿Aún no te cambias?—Cinco lo miró a ceja alzada apenas le abrió la puerta.
—¿para qué?—
—Arreglamos para ir a escalar hoy, no me digas que lo olvidaste.—
—No, yo... bueno sí, lo olvidé.—la mujer sonrió.
—Vamos, cámbiate y baja a desayunar. Tres hizo sus famosos panqueques.—
—¿panqueques? ¿tan temprano?—
En ese momento, Cuatro recordó la conversación que el equipo tuvo la noche anterior.
~Flashback~
—¿pescar? ¿en serio?—Uno miraba incrédulo a la chica emocionada frente a él.
—¡sí! Será divertido. Tienes un yate ¿verdad? Pues preparemos todo y pasemos el día juntos.—
—... tenemos un imperio de corrupción que derrocar, no tenemos tiempo para pescar.—
—¿pero sí tienes tiempo para ver mil veces esa tonta serie tuya?—
—Oye, no te metas en mis cosas.—
—Vamos. Prometo encargarme de la parte pesada de la investigación el sábado a primera hora, incluso hackearé la red interna del Pentágono si te subes a ese puto barco y pescas aunque sea un resfriado.—
—¿puedo llevar flotadores?—Tres miró emocionado a la chica.
—¡lo ataremos a una moto de agua y te pasearé por todo el lago!—
—Dios, trabajo con niños...—Dos suspiró—. Pero no nos vendría mal algo de tiempo libre.—
—¡ok!—Uno alzó los brazo rendido—. Mañana a primera hora los quiero arriba y listos.—
~Fin del flashback ~
—Pero hoy iremos de pesca.—Cuatro pestañeó confundido.
—Corrección: los demás irán de pesca. Tú y yo ya teníamos planes previos.—
No era mentira que a Cuatro le gustaban esas escapadas con Cinco, estaban a solas, disfrutando el uno del otro sin preocuparse por nada más. Pero algo había cambiado en ese último tiempo.
Ocho.
Desde que la chica llegó, los sentimientos que el rubio tenía por Cinco comenzaron a ser difusos. No sabía muy bien qué sentía, pero estaba seguro de que en ese momento tenía más ganas de pasar el día en un barco pescando basura que escalar junto a Cinco. Cuatro suspiró.
—Ok, vamos entonces.—
No importaba de qué tenía ganas, prometió ir con Cinco y no iba a fallarle.
°•°
—¡buen día!—
Una ____ deslumbrante recibió a Billy y Amelia en la cocina, alcanzándoles unas tazas de café.
—¡panqueques!—Tres dejó en la mesa una bandeja repleta de bocadillos.
—Tanta felicidad me hará vomitar...—Siete se sentó en la mesa.
—Hey, Billy.—____ se acercó emocionada al chico—. Anoche puse a cargar las consolas y les descargué algunos juegos para el viaje.—
El chico sonrió de inmediato al ver lo feliz que la ponía toda la situación a la castaña, pero casi de inmediato recordó sus planes.
—Lo siento, pero Cuatro y yo no iremos con ustedes.—intervino Cinco—. Ya teníamos planeado ir a escalar.—
____ miró algo decepcionada al rubio.
—¿no vendrás?—
Por un segundo Billy pensó en mandar al diablo a Cinco, la escalada y la montaña. Pero no podía, no después de haberse comprometido a estar con ella ese día.
—Lo siento, la próxima será ¿si?—la chica asintió desganada antes de volver a su asiento.
°•°
Cuando Billy y Amelia se marcharon, los demás prepararon las cosas para partir rumbo a la costa. ____ se encargaba del equipo de pesca, y mientras renegaba con las cañas que no se quedaban quietas, vio una camioneta negra acercarse al refugio.
—¿Uno?—llamó la atención del hombre—. ¿qué es eso?—
Todo el equipo se puso alerta, esperando a que el vehículo se acercara del todo.
—Esta bien, es un amigo.—
La camioneta se detuvo a unos metros del lugar, por lo que Uno se acercó el tramo restante. Dos hombres bajaron y saludaron al líder como si se conocieran de toda la vida, para luego caminar hasta la puerta corrediza del vehículo.
—¿al final murió?—soltó Uno abriendo la puerta.
—Ya quisieras.—un hombre con el brazo izquierdo completamente vendado bajó del vehículo.
Ocho no entendía qué estaba pasando, ni quiénes eran esas personas. Planeaba preguntar qué diablos estaba pasando, cuando Dos se adelantó.
—¿Seis?—
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Eso de los números es algo confuso, así que intentaré usar más los nombres. No sabemos el nombre de Uno o Seis, así que ya les inventaré uno más adelante xD
