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Como dicen, la curiosidad mató al gato, en este caso a la ardilla.

Luego de guardar todo en la caja otra vez, tomé un bolígrafo y un papel, escribí "Debo salir, lo siento. No se cuando vuelvo, pero estaré bien. No me llames, no atenderé. Luego te explico."

Tomé las llaves de mi auto, me coloqué un tapado y con la caja en mis manos salí fuera, era de noche, debían ser las dos de la madrugada. Subí al auto y dejé en el asiento del copiloto la caja.

Gire la llave y arranque el motor, comenzando a andar.

Las calles estaban muy tranquilas, solo una que otra vez pasaban camiones, pero no había casi movimiento.

Conducí con cuidado hasta llegar a mi destino, la casa de Felix y Changbin. Sabía que molestaba, pero mientras antes tuviera respuestas, mejor.

Tomé la caja entre mis manos y bajé tocando la puerta, mientras esperaba noté un auto negro polarizado en la otra cuadra, pero decidí no darle demasiada importancia.

Luego de unos cuantos minutos la luz de adentro fue prendida y la puerta se abrió dejando ver a un somnoliento Changbin en pijamas.

-¿Jisung? ¿Que mierda haces a esta hora aquí? ¿Seungmin te echó?- Preguntó frunciendo su ceño.

-No. Necesitaba hablar contigo, es importante, demasiado.- Expliqué serio.

Noté como cierta chispa de intriga aparecía en sus ojos.

-Sabes lo qué pasó la última vez que hablamos, luego de eso desapareciste por 12 horas, Jisung. No creo que sea una buena idea ¿Si? Vuelve a casa y duerme, mañana será otro día.- Dijo suspirando.

-A la prision Collwer.-Dije notando como toda su atención instantáneamente se ponía en mi.- Cuando desaparecí fui allí por las cosas de Minho.- Note como cierta desepcion aparecía en su rostro, pero antes de que hablara lo interrumpí.- No me traje nada conmigo. Excepto por esta caja.- Le mostré la caja y el frunció el ceño, como si no la conociera.- Tiene una carta para ti.- Explique.

-No me interesa, Jisung. Debes supera- Antes de que siguiera hablando lo interrumpí.

-Y los datos de Felix.

Su ceño se frunció y abrió la puerta haciéndome paso dentro de su casa. Suspiré, lo había logrado.

Entré y volví a sentarme en el mismo sillón que el día anterior, el llegó a mi lado y también se sentó.

- ¿Porque Minho tendría los datos de Felix? Eso no tiene sentido.- Me dijo y yo asentí.- ¿Seguro que la caja le pertenecía a Minho?

- Lo se, es extraño. Pero estoy seguro de que es de Minho, porque hay muchas cartas iguales a la que el me escribió, y hay una que es para ti...-Hable mirándolo.

El tomó aire mirando hacia adelante como tomando una decisión, suspiró y me miró, noté como su voz tembló al hablar.- ¿Que es lo que dice la carta?- Preguntó.

Yo abrí la caja y de allí saqué la carta entregándosela. El la miró atentamente y tomando una gran bocada de aire la agarró abriéndola y comenzó a leer.

Su semblante se transformó de uno de confusión a uno de completa tristeza y nostalgia. Mire sus ojos, estaban cristalizados, sus labios temblaban y sus pupilas se movían entre oración y oración.

Cuando termino de leerla, acerqué mi mano lentamente hacia su espalda, pero apenas hizo contacto él se levantó.

Se levantó hacia la pared y comenzó a pegarle y darle patadas. Decidí no hacer nada, en este tiempo había aprendido que lo mejor era esperar hasta que se descargue completamente y luego actuar.

Golpeaba cada vez más fuerte pero de un momento a otro simplemente cayó de rodillas al suelo apoyando su cabeza contra la pared. Pequeños sollozos se oían desde donde yo estaba.

Me levanté y caminé hasta el agachándome a su lado, frote su espalda con mi mano.

-N-No hice nada de lo que me dijo, Jisung. N-No cumplí m-mis promesas. S-Soy una mierda.- Gruñó, mientras lágrimas caían por sus mejillas.

-No. No lo eres. Tú lo leíste, el dijo que no te culparás por lo qué pasó, debes hacerle caso.- Dije tranquilizándolo.

- P-Pero no puedo.- Explicó.- E-El fuerte de los dos era el, y-yo solo era la mente. Y la mente sin la fuerza no sirve para nada.- Dijo agachando su cabeza.

-Se por lo que estás pasando. Pero necesito tu ayuda, Changbin. Necesito saber quien es esa persona que sabe de mi existencia, dímelo por favor.- Le suplique.

El me miró y luego de unos minutos ambos volvimos al sillón ya más calmados.

- Unos meses antes de tu llegada, Minho comenzó a actuar más extraño que lo común. Yo estaba preocupado por el así que un día lo seguí por las noches. Al ver donde se dirigía se trataba de una especie de cuarto con tan solo un teléfono en la pared, el cuarto estaba alejado y escondido entre pasillos.- Mi ceño se frunció, tal vez era el mismo cuarto en el que yo había visto a Felix aquel día.- El decía cosas que yo no lograba entender, como "No lo traigan" "Llévenselo a otro lugar" "No es a quien buscábamos". Sinceramente hasta el día de hoy no lo comprendo. Lo que ocurrió fue que antes de que yo pudiera escapar cuando Minho terminó la llamada, el fue más rápido y me pilló espiándolo, se enfadó muchísimo y comenzó a decir incuerencias como "El ahora lo sabrá" "Nadie mas podía saberlo" "No debiste venir, no debiste escuchar". Luego de aquella noche todo volvió a la normalidad, como si nada hubiera pasado. Todo fue normal hasta el día en que tú llegaste, Minho vino a mi celda y me dijo algo sobre una carta que le habían enviado, no entendía bien que intentaba decirme, pero según lo que logró explicarme, se trataba de él mafioso que hizo que él entrara en primer lugar a la prision, pero luego de eso no dijo ninguna palabra más y se fue. Otra vez volvió todo a la normalidad, pero el día en que aquel guardia te golpeó en el gimnasio, mientras estaba en la sala de espera decía constantemente "El ya lo sabe. El sabe que yo se". La noche luego de que matara al guardia que te lo hizo.- Mi ceño se frunció, Ian tenía razón, Minho lo había matado...Iba a hablar pero lo que dijo Changin a continuación me resultó más interesante.- Minho volvió a venir a mi celda diciéndome que había recibido otra carta y me llevo hasta aquel cuarto con el teléfono, me explicó que se había enterado de algo que no debía, y que aquel mafioso te habías echo eso solo en señal de advertencia, y que si a él se le escapaba algo de su boca tú morirías. Y luego la noche de su muerte, cuando estábamos en la celda me dijo que había recibido otra carta, pero que esta era la razón por la que me pedía que lo matara, y me dijo "Ya se demasiado, Changbin. Y no hay forma de volver atrás. Lo hago por su bien. Pero ten cuidado de quienes te rodeas.". Eso es todo lo que se, Jisung.

Escuché atento cada palabra atentamente. Había algo que no me cerraba, si fueron tres cartas las que les enviaron a Minho ¿Porque en la caja solo había una?

Bien, ahora tenía por dónde comenzar: buscar las otras dos cartas.

Luego me encargaría de encontrar a el mafioso, pero debía dar pasos cortos y seguros, al menos al comienzo.

-Changbin, muchas gracias, puedes quedarte con la carta.- Le asegure dejándole la carta, guarde todo lo demás en la caja y saludando a un confundido Changbin salí de la casa.

Subí a mi auto poniendo la caja de vuelta en el asiento de copiloto, encendí el motor y arranqué.

Por hoy volvería a casa, pero mañana comenzaría a buscar. Si tenía suerte Seungmin no se había levantado y aún no había leído el papel que le dejé.

Cuando iba por una de las calles, una moto negra se puso detrás mío, el hombre que la manejaba no se llegaba a ver el rostro, pero no le di mucha importancia. Claro hasta que su luz pegó en mi espejo encandilandome y sin poder ver las calles por la sorpresa apretar más fuerte el acelerador.

Lo último que oí fue el ruido sordo de los frenos de mi auto y un gran golpe retumbar por todo el lugar, mi cabeza golpeándose contra el bolante y el sonido de vidrios rompiéndose fue lo ultimo que escuché antes de que todo se volviera negro.

Prófugos -Minsung-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora