Capítulo 7

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Adrian

No he recibido ni una llamada o mensaje de Layla y no se si empezar a preocuparme. Decido llamarla yo y sacarme de la duda, pero no responde, ni la primera, ni las 5 siguientes.

Lo bueno es que solo faltan unos minutos para que den el bendito toque y salir. Pido que el tiempo se mueva mas rapido, en lugar de eso siento que se alenta.

Salgo corriendo a mi casillero en cuanto lo escucho, choco con algunas personas, pero me disculpo rápidamente y sigo sin parar. Guardo mis cosas en tiempo record y de nuevo salgo corriendo, ganando unos cuantos gritos a mi paso.

Tardo 10 minutos en llegar a casa, cuando en realidad me toma 20 o mas. Al entrar la casa esta vacia.

-¿Layla?- silencio.- ¿Mamá?

Ellas son las unicas que podrían estar aquí a estas horas, sin embargo ninguna responde. Camino rápidamente hasta mi cuarto y veo a Luna enfrente a la puerta del baño.

Toco al igual que al principio nadie abre. Llamo de nuevo a Layla a su celular y me doy cuenta que suena en el baño.

-¿Layla?- le hablo a través de la puerta de nuevo.

Por favor que no lo haya hecho de nuevo. Otra vez no. Sin importarme la escena que posiblemente vea, entro.

Esta sentada con las piernas estiradas y sus brazos sobre ellas, ademas palida y con la mirada perdida. Veo su pantalon y brazos manchados de sangre, también estan unas tijeras al lado igualmente cubiertas de sangre.

-¿Bonita?

Me acerco cuidadosamente, tomo su rostro entre mis manos y hago que me mire, cuando lo hace sus ojos se llenan de lagrimas e intenta abrazar sus piernas pero me interpongo.

-Hablame, por favor.

Susura algo que no logro escuchar del todo.

-Bonita, dime que paso.

-No puedo.- dice un poco mas fuerte.

La acomodo entre mis piernas y dejo que llore mientras me abraza, cuando esta mas tranquila, la tomo entre mis brazos y la llevo a la cama.

-Esperame aqui.

Voy nuevamente al baño por una toalla, la mojo un poco y salgo a limpiar los nuevos cortes. Tomo uno de sus brazos y limpio con toques pequeños la sangre, hago lo mismo con el otro brazo. Al terminar observo que son demasiados, pequeños y poco profundos.

-¿Por qué?

-No te puedo decir.

-Por favor.- niega con la cabeza.- Dejame ayudarte, no todo lo puedes hacer tu sola.

-Volvio.- dice muy bajito.

-¿Perdon?

-Mi padre volvio. Tiene a Felipe y Bianca, les ha hecho daño. Me ha vuelto a amenazar, quiere mas dinero. Me dijo que no te dijera porque si lo hacía, las consecuencias las pagaria Bianca.

-Todo estara bien.

-¡No es cierto, deja de mentirme. Nada esta bien!- grita.

Lo que dice es verdad, pero siempre habra otra salida. Esta vez hare lo posible porque algo salga bien.

-Debo decirle a mi padre.

Se encoge de hombros como quitándole importancia.

-Hazlo, de todas maneras la culpa caera sobre mi.

-Layla...

-No me prometas nada, quiero ser feliz y nada me esta saliendo bien. El decirle a tu papá solo causara mas daño y la culpa la tendre yo.

-Eso no es cierto.

-Tu has tenido una vida de lujos y felicidad, pero yo no. Toda mi vida estuvo llena de problemas, ahora mas que nunca. No entiendes el dolor que siento y jamás lo vas a entender. Ahora hablale a tu papá, cuentale todo, porque la culpa siempre la he tenido y la tendre yo.

-Por favor.

-¿Por favor que? ¿Que no me comporte asi? ¿Como serias capaz de pedirme eso? Claro, como la vida de tu sobrino y prima no corre peligro no sabes lo que pides.

Tiene razón, no siento lo que ella pero eso no quiere decir que no me preocupe por ellos.

-Me ire a bañar.- dice entrando nuevamente al baño.- No te molestes mas en buscar una respuesta.

Cierra la puerta de una y escucho como comienza a llorar otra vez. Luna se ha quedado en la puerta del baño como al principio. Yo me siento un completo estupido.

Mas tarde la regadera comienza a sonar y un pequeño alivio aparece, porque se que no intento suicidarse de nuevo.

Mi cabeza da vueltas, pero hay una cosa segura, sea cual sea el precio hare que Layla sea feliz.

Segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora