Capítulo 12

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Layla

Escucho que alguien me llama y no estoy muy segura si es un sueño o en realidad esta pasando. De lo que si estoy segura es que la cama en la que  duermo es demasiado cómoda como para levantarme de ella.

La voz que me llama en algún momento guarda silencio y segundos después soy golpeada por una almohada.

-Ya levántate.

-¿Perdón?- pregunto sentándome aun adormilada.

-Ya es tarde para que sigas dormida.

-Son las 10 de la mañana.- digo al ver el reloj de la mesa de noche.

-Ese es el punto. Ya párate de la cama.

-Pero es muy cómoda.- y me vuelvo a acomodar.

-Eso no es excusa.- responde moviéndome.

-Comienzas a caerme mal.

-Me adoras.

-Sigue soñando.

-Báñate y baja a comer. Mis padres no tardan en llegar y te presentare con ellos.- dice saliendo de mi cuarto

-Ya voy.- le grito.

Obedezco porque no tengo muchas opciones en un lugar que apenas conozco. Busco entre mi ropa lo mas decente que puede haber y me recuerdo que debo comprar mas, lo bueno es que el dinero que le di a Adrian cuando intente suicidarme me lo regreso.

20 minutos después estoy bajando al comedor. Aron me pide ayuda para acomodar la mesa, pasando unos minutos mas, escucho la puerta abrirse y otras voces.

-Tranquila, son mi padres.- dice tocando mi hombro.

-Buenos días hijo.- saludan

-Buenos días papá.

-¿Esta es tu amiga?- pregunta su mamá.

-Si, Layla ellos son mis padres. Lucia y Gerardo.

-Mucho gusto.- contesto entendiendo mi mano.

Responden mi saludo y nos sentamos en la mesa.

Desayunamos en silencio, puede que no tengan una buena primera impresión de mi con lo que posiblemente les conto Aron. Al terminar tomo la iniciativa de lavar los platos y ellos me lo agradecen.

-Les caes bien.- dice Aron al alcanzarme.

-Lo dudo.

-Deja que te conozcan, te amaran. Hasta mi madre ha mencionado que seriamos una linda pareja.

-Claro.- rio con sarcasmo.

-¿Quieres hacer algo esta tarde?

-¿Podemos ir a comprar ropa? Tengo muy poca y no quiero usar a cada rato la misma.

-Por supuesto.

Unas horas mas tarde estamos en una plaza caminando tranquilamente. Aron me ha ayudado bastante en escoger ropa. Varias veces he visto como se queda observando a muchos chicos.

-¿Podemos sentarnos?- pregunto cerca de un banco.

-Si.

-¿Puedo preguntarte algo?

-Ya lo estas haciendo.- entrecierro los ojos y asiente.- Suéltalo.

-¿Eres gay?- pregunto sin mas.

-¿Soy muy obvio?

-No tanto, pero te he puesto atención y observas mucho a los chicos en lugar que a las mujeres, como todos los hombres harían.

-Me descubriste. Sinceramente me considero bisexual, pero tengo mas inclinación hacia los hombres.

-Eso es nuevo.

-No se lo cuentes a nadie.

-Tu secreto esta a salvo conmigo.- respondo sincera.

-Gracias.- contesta abrazan dome y depositando un beso en mi frente.

Adrian

Mi celular suena por la llegada de una llamada, mi corazón se acelera pensando que puede ser Layla pero al ver la pantalla, le esperanza se esfuma.

-¿Que quieres Samanta?- pregunto nada mas de contestar.

-Solo decirte que estoy viendo a tu amiguita Layla muy cariñosa con Aron.

-No te creo.

-¿Piensas que te mentiría? Yo solo quiero que abras los ojos pero como no me crees, checa las fotos que te mande.

Sin colgar abro sus mensajes, encontrándome con tres fotos de Layla y Aron, saliendo de una tienda, otra donde ambos están sentados y la última donde se están abrazando.

-¿Donde están?

-¿Me crees ahora?

-Dime donde están.- ordeno.

Al terminar de escuchar la dirección, cuelgo, tomo dinero y salgo lo mas rápido hacia allá.
No me tomo la molestia de avisarle a mi mamá, pues dudo tardar.

Así que Aron era otra razón para largarse, ahora comprendo todo, el porque la urgencia de quererse ir.

No puedo creer que Layla sea esa clase de persona, pero esto no se va a quedar así.

Segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora