Parte cuatro

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Ahí estaba, bajo la luz de la luna, sus ojos miraban la fogata que ya era más ceniza que leña, parecía que tenía los ojos llorosos, pero no quise decir nada, solo estaba disfrutando el momento, lo que no sabía es que por la mente de Tessa pasaban millones de pensamientos tristes, depresivos, que la confundían, ella no sabía quién era, para ella su alma estaba perdida, pero le gustaba mi compañía, la disfruto mucho como yo la disfruté, todos los momentos que viví con ella fueron los mejores que pude haber tenido...

Toda la semana fue buena menos el último día, ese día se sintió muy vacío, Tessa metía las cosas a las mochilas y yo escuchaba su llanto, ligero pero existente, era la primera vez que la miraba llorar, pero no dije nada, no sabia como. Al terminar de empacar fuimos de camino a su casa, al llegar ella aventó la mochila al suelo y se fue directo a su baño, escuché la ducha encendida, y después escuché el candado de la puerta, y música, música triste, lo que me hizo saber que ella necesitaba espacio, tratando de buscar una pluma por sus cajones de la cocina encontré una carta, ya abierta, era de su madre, y no me pude contener, la abrí, su madre le había informado que el abuelo de Tessa había fallecido, el padre del padre de Tessa, había fallecido, el papel tenía gotas secas, lágrimas para ser exactos, ahora era todo más claro, su abuelo era la única persona que quería a Tessa y que se preocupaba por ella además de mi, su abuelo la había ayudado a mudarse de ese infierno, y la ayudo a perseguir su sueño, no la dejó abajo y nunca dudó de ella; por eso Tessa me había pedido quedarme, para no sentirse sola, para ocultar el dolor, pero parecía que el dolor se apoderaba de ella, se la comía viva, tanto fue mi estado de conmoción que no me percaté de Tessa parada al lado mío, con el cabello mojado y un olor a coco, llorando, y me dijo "no sabía cómo decírtelo, es una historia muy larga, y decidí pedirte quedarte, para tenerte, por que eres lo único que me queda ahora, y la idea de perderte me aterra, mucho, es como morir, y seguir viva pero sin sentirlo" la voltee a ver y la iba a besar, lo pensé dos veces, en besarla y acercar mi cuerpo al suyo, y que ella lo apreciara, pensaba en su sabor, en sí era justo como lo imaginaba, pero con un poco de lagrimas saladas, ella con sus manos alrededor de mi cuello abrazándome y yo las mías en su cintura, y decirle - no hay manera que me vaya de aquí, no existe posibilidad de dejarte ir... te quiero- ella dándome un pequeño beso en la mejilla y después decir "yo también lo hago", pero solo me limite a mirarla, ella también se limitó a eso y al no mirar reacción alguna solo dijo casi susurrando "creo que deberías irte, a tu casa, ve y descansa, fue una larga semana, me iré a mi habitación" y se marchó, hice lo mismo.

Tessa y yo éramos muy diferentes, ella era muy diferente, no parecía pero su personalidad era un laberinto, nunca sabía si estaba de humor, podía ser mucho para mi aveces, no sabia cómo soportarlo, me enojaba y le contestaba de una manera más fuerte, a lo que ella me contestaba que el día que ella no estuviera todo lo que le decía quedaría en mi mente, persiguiéndome a todo lugar al que yo fuera, estaba en lo correcto, tenía toda la razón...

Cuando te encontré || Tessa Young & Hardin Scott Donde viven las historias. Descúbrelo ahora