Enamorado De Una Mentira (Laughing Jack x Jeff The Killer)

Capítulo 25: Saliendose de las Manos

Detrás de la pared, los más profundos temores de los humanos se encontraba hospedado, en cada metro cuadrado de cada casa construída en dónde sea que estes. Detrás de la pared, estaba encerrado el asesino serial que estaban buscando la policia de Waukesha, Wisconsin por el asesinato de más de 20 personas en menos de 3 semanas que se enceuntran sin resolver y él siendo el sospechoso principal de acuerdo con pocos testigos. Buscaron desde el subterráneo de su ciudad hasta lo más alto de el Old Waukesha County Courthouse. Ningún rastro de él.

Entre el calor y frío infernal, Jeffrey Keaton se encontraba cubierto de su propia sangre que aún escurría de su frente, su sudadera tenía manchas de blanco y con hoyos y cortadas alrededor de ella, dejando su torso lastimado un poco expuesto. Sus pantalones igualmente estaban rotos y con ellas acompañadas con cortadas en sus piernas. Afortunadamente, sus botas aún seguían puestas. A perdido la noción del tiempo desde que llegó a las cárceles de Zalgo, al infierno mismo. ¿Por qué le molestaba ahora cuando había pasado más tiempo hace unos dos meses quizá? No recuerda a la perfección cuánto tiempo ha pasado desde que salió de ahí con ayuda de un ángel corrupto, literalmente, quién ahora se encuentra en una jaula a la derecha del rey del caos, sin posibilida de alejarse. Después de tanto tiempo, después de su ex-novio, había sentido pena por alguien como ella.

Su cuello y muñecas estaban cubiertos con metal encadenados hacia el techo y su cintura y tobillos a la pared detrás de él, obligandolo a mantenerse parado. El cansancio le estaba ganando, si no fuera que tuviera una posibilidad de morir ahorcado en el intento de descansar, no valía la pena.  No morirá sabiendo que dentro de poco un demonio terminaría su trabajo de tiempo completo que tanto disfruta hacer.

Las puerta de la celda se abrió, con una voz distorcionada dandole la entrada a la mano derecha de Zalgo. El payaso le ordenó al guardia dejarlo sólo con el prisionero desafortunado, he así lo hizo. Jeff miró al demonio que decidió visitarlo, este tenía una bolsa negra amarrada en la cintura. Miró de pies a cabeza al prisionero.

- ¿Te podrás parar solo?- Preguntó con un tono de preocupación.

- Después de t-tanto tiempo, creo que e-estoy bien entrenado.- Respondió cansado, con una pequeña risa al final, calmando así un poco la tensión del payaso.

Se acercó a las cadenas flotando en su forma espectral, quitando las cadenas uno por uno. El asesino debilitado logró sostenerse de pie por unos segundos, antes de caer en sus rodillas. Maldijo en voz alta.

Laughing Jack, con un gesto serio y apenado, sacó un plato desechable de hielo seco, los que se utilizan generalmente para la comida.

- No sabía qué comprarte, así que decidí por comida china.- Comentó mientras le mostraba el plato.- Pero esta vez le puse cosas diferentes, lo prometo.- Una sonrisa torcida apareció tratando de simular su pena. Se acercó a Jeff y se sentó en frente de él con piernas cruzadas. Le acercó el plato y se lo abrió.

- Ya te tardabas, payaso.- Respondió y empezó a comer con las manos, mientras que el contrario estaba a punto de sacarle el cubierto hasta que lo vio cómo comía desesperadamente, volvió a guardar el cubierto de plástico.

Suspiró, no quería imaginarse lo cansado que debe de estar por tanto daño que le han hecho. Si tuviera la posibilidad de no hacerlo esperar por tanto tiempo con reuniones, entrenamiento y vigilancia alrededor, lo haría. Maldeciría a Naamah una y otra vez, ella causó esto y ahora tiene que pagar el precio y Jeff igual.

La hora se acercaba, sabía perfectamente cuál era el plan con Jeff, él sabía lo que le haría Zalgo a Jeff si no aceptaba ser de su ejercito. ¿Trataría de convencer a Jeff ahora mismo en aceptar? No, no lo haría, está seguro que Jeff no lo escucharía en lo absoluto, es como si quisieras convencer a un extremista conservador a aceptar el matrimonio igualitario, sería una conversación que duraría años o no se llegaría a un acuerdo. Dejaría ver qué pasa cuando llegue el momento y él entraría a hablar si las cosas se salen de control. Después de todo, su miedo a Lord Zalgo disminuía entre más estaba junto a él y conocía sus habilidades.