Una única noche

Capitulo Cinco

Narra Jacob

No muchos minutos después es cuando hemos bajado del autobús. Observando el lugar donde nos hemos detenido no he podido más que sentirme tan confuso como tampoco he evitado fruncir mi ceño al ver tanto local de comida rápida cruzándome de brazos en el momento en que él me miraba a mi.

— ¿Por qué estás enfadado? —para frente a mi —¿no te gusta? Es la única cita que según tu vamos a tener y no voy a permitir que sea arruinada porque estés así asique descruza tus brazos y vamos.

— Con más razón para no estar aquí —miro los locales —comida rápida.

— A mi no me gusta mucho la comida pija y no me trabajo una cita si lo único que voy a conseguir es a un chico indeciso diciéndome que le olvide —sosteniendo mi brazo me lleva con él —vamos a cenar venga.

El local donde entramos no huele a comida carga de grasas que te harían sentir nauseas nada más entrar. Parece bastante más agradable de lo que a primera vista hace parecer que será. Siguiéndole aún con su mano en mi brazo llegamos hasta la parte del fondo del restaurante donde le veo saludar a una chica uniformada con la que habla algo que no comprendo, en coreano por supuesto lo cual no es difícil para mi ya comprender gracias a los chicos y los años que llevo aquí viviendo, aunque a veces me cuesta un poco, un mínimo comprender ciertas palabras.

— Ven Jacob —señala una mesa a una distancia de donde estoy —no muerdo, puedes sentarte.

Viéndole sentarse pienso en cuando es que me ha soltado y se ha ido hacia esa mesa en la que ahora está dejando su móvil, tomando la carta entre sus manos. Acercándome me siento frente a él y cojo también la carta mirando las opciones que tienen. Decidiéndome aunque nada me apetezca en realidad miro a la chica con la que estaba hablando y pido lo más sencillo de todo, dejándome caer sobre el respaldo de la silla de nuevo con los brazos cruzados.

— ¿Es la primera vez que tienes dudas con tu sexualidad? —asiento porque asi es —¿por qué me has correspondido al beso en el callejón si tan seguro estás que no te gustan los hombres?

— No me apetece hablar de eso —cojo mi vaso bebiendo un poco de refresco —solo quiero que esto acabe ya y volver a casa.

— Luego iremos al cine o dar una vuelta no a casa que no eres un niño pequeño —nos sirven la cena —cena venga.

— Obviamente no soy un niño si tengo veintidós años —cojo un pedazo de pollo —¿tu cuantos años tenias?

— Veinticinco y tampoco soy un niño como puedes ver ni idiota y se que acabarás descubriendo algún día tus sentimientos reales —niego mordiendo el pedazo de pollo entre mis palillos —por cierto no te he dicho mi nombre.

— Para no ser idiota mucho has tardado en darte cuenta.

— Hoseok es mi nombre —me hace mirarle —y me puedes llamar así. Yo no tengo mil nombres como tu.

— No tengo mil nombres —aparto su mano de mi cara —mis padres al igual que mis abuelos y yo mismo somos de China. Jacob es un nombre que solo mis abuelos usan porque mi padre se llamaba así.

— ¿Se llamaba? ¿Ahora tiene otro nombre?

— No tengo padres Hoseok —respiro lo más profundo que puedo —vivo con mis abuelos porque cuando yo era tan solo un bebe de dos meses murieron. Me han criado y les debo demasiado. Por desgracia tuvimos que irnos de China porque todos allí sabían de la muerte de mis padres y me señalaban con lástima por ser un niño huérfano criado por dos personas que en un momento dado ya no podrán hacerlo. Mis abuelos son mayores y yo no dudaré en cuidarles cuando deba. Les quiero como si fuesen mis padres ya que han dado todo, lo poco que tenían, por mi. No sabes lo que es vivir tenso porque te señalen como el pobre huérfano criado por dos ancianos y no pudiendo volver a su país por lo mismo.

— ¿Esa chica te dijo algo por eso?

— Ella también es de China pero su madre es coreana asique lo tiene más fácil —bebo un poco de refresco —cuando vio que no.. eso grito que era un inútil en la cama justificando mi orfandad y me harta esa clase de cosas. Gay, heterosexual o lo que sea dudo que tenga que ver con eso. No estoy traumatizado por no tener padres.

— Te acostaste conmigo y funcionas muy bien en la cama —le miro, viendo como sonríe en amplitud —esa chica se lo pierde y ella si que es idiota. Está entrando ahora mismo aquí.

Girándome en mi silla veo que lo que dice es cierto. Xia acaba de entrar en el mismo local que nosotros acompañada por otro chico al que seguro hará sentir mal con sus crueles palabras como no acabe la cosa como ella quiere. Volviéndome a sentar bien ignoro la mirada de Xia puesta en mi en la lejanía y sigo cenando, tensándome por un momento cuando escucho su voz.

— Peng —miro a Hoseok —no me odies por esto.

Mirándole aún confuso a penas veo venir sus pasos, aún escuchando la voz de Xia y sus tacones resonando cada vez más cerca. Los labios de Hoseok sobre los míos me sorprenden por un momento pero no le aparto. Cerrando los ojos correspondo al beso que espero no dure mucho, intentando apartarme cuando su lengua roza la mia, se une a mi propia lengua en un beso más húmedo e intenso, deteniéndome en mi intento de romper la unión de nuestros labios con su mano en mi cuello.

— Ahora entiendo porque eres un inútil en la cama —me separo mirándola —¿querías acostarte conmigo para dejar de ser un gay asqueroso?

— No te pases niña —gruñe Hoseok a mi lado —aquí lo único asqueroso está frente a nosotros. ¿Tan mal te ha sentado no haber podido disfrutar de este magnifico hombre? No sabes lo que te pierdes niña. ¿Xia verdad? ¿Por qué no te vas con ese pobre diablo que tiene la desgracia de soportar a una caprichosa idiota como tu?

— Pengie ¿vas a dejar que me hable así?

— No soy nada tuyo para defenderte —cojo un pedazo de pollo frito mordiéndolo —tu sabes insultar muy bien. Defiéndete sólita.

El chico que acompañaba a Xia se acerca a nuestra mesa. Le conozco, mirándole, de la universidad. Xia no lo sabe y dudo que lo sepa algún día pero ese con el que se está marchando ahora es de los típicos que cada día sale con una chica y luego si te he visto no me acuerdo.

Terminando lo más rápido posible mi cena y mi refresco miro a Hoseok sentado aún a mi lado terminando también la suya. Pagando mi parte aunque él se niegue, me pongo en pie, nos ponemos en pie más bien, dirigiéndolos a la salida.

Aún hace calor siendo pleno atardecer, el cielo estando ya teñido de ese color anaranjado o rojizo que da paso a la noche. Mirando un momento mi móvil me doy cuenta que aún no son las nueve de la noche aunque no queda tanto. El tiempo que hemos tardado en llegar aquí, la cena, el agrio encuentro con Xia y lo que sea que haremos ahora alejándonos de todos los restaurantes despiertan más mis ganas de regresar a casa en gran parte aunque también, una mínima parte en mi está deseando quedarse, rogando por ello.

— ¿Cine o prefieres bajar la cena dando un paseo hasta que anochezca del todo?

— ¿Todas tus citas son cena en restaurantes así y luego ir al cine o pasear?

— No tengo citas —admite sin problemas —Jimin es mi mejor amigo y no cuenta como citas cuando quedamos. Tu eres mi primera cita oficial con la que estoy de acuerdo sin ser forzada.

— ¿Cómo es una cita forzada? Te recuerdo que esto fue un trato de que si no me acostaba con esa chica tendríamos una cita —le miro sin dejar de andar a su lado —es una cita forzada por ti.

— Es una cita que tu has aceptado asique no lo es —mira al frente —una cita forzada para mi es una cita a ciegas que las he tenido. Jimin tiene la idea junto a mis padres que me vendrá bien un novio y me organizan citas a ciegas. Por primera vez en mi vida conozco a alguien de forma no obligada y me gusta aunque me digas una y otra vez que te olvide.

— Lo acabarás haciendo porque entre tu y yo no habrán más citas —estoy más que seguro de ello —ya te lo he dicho. A mi no me gustan los hombres y no se te ocurra preguntarme porque te correspondí al beso. Quería librarme de Xia.

— ¿Tan mal beso para que me rechaces? —le miro viéndole reír —era broma. Relajate un poco y disfruta de la paz que hay aquí.