Gloriana volverá a sus arriesgadas aventuras con magia, esta vez, de la mano con su tía abuela Anastasia Romanov hasta viajar de nuevo por el tiempo para poder resolverlo todo.
🔮🔮🔮
Al final sí se necesitó de ayuda por parte de otras personas aje...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Misteriosamente al estar en el barco ilegal sucedió algo insólito, pues el tiempo corrió de la nada y parecía como si la brújula dorada que rompí en 1918 estuviera aún dentro de mi tras cambiar mi rumbo por completo así que obviamente todos los tripulantes estaban asustados, ya que tal como imaginé ya no era octubre de 1918 sino marzo de 1975 y repentinamente casi todo cambió tras mi edad ser la misma, pero de inmediato supimos que algo muy malo había transcurrido, pues casi 60 años se habían desvanecido en el agua y lo único que quedaba eran los gritos, desmayos y el pánico total de las personas junto a mi que si estaban mucho más viejos.
Finalmente estaba en América con un nudo en la garganta al estar completamente aterrada de miedo y sola en plenos 70's no sin antes hallarme aún bastante preocupada, pues mi misión de volver a ver a mi tía abuela Anastasia se había ido por la borda al ya no estar en 1917, así que ahora solo tenía una obción posible: volver a mi antiguo hogar en mi tétrico barrio con mi familia más joven o parecer una loca desquiciada en media carretera, sin embargo, milagrosamente logré llegar al lugar de mis recuerdos por medios que el cielo y la magia me otorgaron, pues después de saber que aún poseía la magia de mi real tío abuelo Starky Derwent tenía un arma bajo la manga la cual usé sin pensarlo 2 veces tras ser esta mi aventura "final".
No podía creer que estuviera en la década de los años 70's en mi país de origen donde mi preciada abuelita Inés ESTABA VIVA haciendo que al verla caminar por la calle de compras con su familia el corazón se me arrugara al punto de llorar desconsoladamente en media calle siendo vista por todos tras sin querer llamar la atención.
—¡Ohhhh!, ¡No, no, no!, ¡Ahora esto NO por favor! —exclamé llorando muchísimo al ver a mi abuela joven y algo intranquila por mi reacción.
—Am muchachilla, ¿Te sucede algo?, ¿Puedo ayudarte? —Preguntó mi abuela con una voz dulce mientras que se acercaba a mi sin saber que yo era su nieta, obviamente
—¡Son demasiadas emociones en un solo día!, ¡Noquiero más esto!, ¡No soporto más!, ¡NO! —dije con la garganta seca y las manos temblorosas tras vivir como si nada con mi abuelita fallecida.
—¿Demasiadas qué?, ¿Estás bien, eh?, ¿Necesitas al 911?
—¿Abuela?, ¡Ohhhhh!, ¡Dios mío no lo creo!, ¡Estás embarazada! —exclamé hallándome completamente asombrada al verla ser una jovencita como de 21 años con mis otras tías abuelas maternas y encinta probablemente de mi tía Christelle quien sufrió mucho por eso.
—¿Ah?, ¿Perdona?, ¿Me dijiste abuela muchacha insolente?, ¡Ohhhh!, ¿Te conozco a caso?, y creo que es muy obvio mi estado de embarazo.
—¡Inés Montesbell!, ¿Qué haces con esa mugrosa? —Preguntó mi bisabuela PATERNA gritándole severamente a la pobre de mi abuelita, pues aunque era su suegra la controlaba muchísimo.
—¡Ohhhh!, ¡No sabes cuánto te he extrañado!, ¡Dame un abrazo por favor!, ¡Lo necesito! —dije completamente cegada por el momento mientras que abrazaba fuertemente a mi abuela.
—Madre... Mira como esa joven se parece muchísimo a ti, ¡Es como si fuera tu copia legítima! —aseguró MI TÍA RACHEL de 16 años acercándose a mi en estado shock, pues casi me reconoce por mis ojos.
Mi familia materna fue aquella a la cual mi abuelo Romanov se había unido junto a su hermana mayor Anastasia quienes fueron recibidos en mi casa con mucho aprecio sin saber la verdad y como parecían jovencitos educados mi bisabuela paterna Hellen así como mis abuelos maternos decidieron aceptarlos como parte de nuestra familia siendo muy felices, hasta que llegué yo...
—¡Rachel, silencio!, ¡Claro que no nos parecemos!, ¡Ella es solo una sucia desconocida y vaya a saber que clase de mañas o problemas tenga!, ¡Lárgate de aquí por favor! —afirmó mi abuela Inés destrozándome el alma en mil pedazos, pues me despreció como a una cucaracha.
Esta vez no cometería los mismos errores que con los Romanov, pues era evidente que ya se habían conocido, casado y tenido a su hija primogénita, o sea mi querida tía Rachel a quien tanto odié al principio de esta aventura sin igual por motivos que el destino nos colocó a cada una y justo ahora iba a vivir en carne propia toda esa travesía.
—... Es verdad, son casi 12 años de diferencia y aún así no son capaces de llevarse mejor, ¡Ashh!, miren, ¡No les mentiré para nada!, ¡Soy huérfana y aparte no tengo un hogar en este país porque vine del exterior! —dije llorando mucho al ver a mi familia ahí pues tuve que mentir nuevamente solo para salvarme.
—¡Mamá! —Gritó de la nada una pequeña niña como de 5 añitos acercándose a nosotros.
—¡Oh madre!, ¡La cerda de NATHALIA se comió todo el pudin de fresas que tenía preparado para mi novio Luis Eduardo! —Gritó nuevamente mi tía Rachel mientras que se acercaba a nosotros con la furia que siempre la caracterizaba.
—¡Ay basta!, y tú Rachel, ¡Por favor deja de gritar que me irritas!, además aún no tienes edad para novios, pues cocinas horrible y Naty es solo una niña inocente de 4 años, ¡Déjala tranquila!, ¿Qué no vez mi estado, eh niña?, ¡Ya eres bastante grandecita como para no ayudarme con la casa!, ¡Espero a tu hermanita menor y nacerá muy pronto!,¡ESTIBALIZ ANDREA MONTESBELL!, ¡Deja de meterte los dedos a la boca o te vas a enfermar muy pronto de lombrices en el estómago!
—¡Vaya, aún tienes ese carácter de fiera antes de... ¡Ohhhh!, ¡Dios mío!, ¡Es verdad!, ¡NO! —exclamé llorando muchísimo mientras que abrazaba con fuerza a la pequeña niña, pues sabía que ella moriría pronto.
—¡Ohhhhh!, ¡Dios!, ¡Aléjate de mis hijas, desconocida! —aseguró mi abuelita Inés enfadándose muchísimo conmigo, pues estaba invadiendo su privacidad.
—¿Dijiste Nathalia?, ¡Ohhhhh!, ¡MADRE! —exclamé hallándome llena de dolor y ternura al verla de niña, sin embargo llore mucho al saber que en mi época ella ya no estaba.
Mi mamá era tan tierna y hermosa, pues en ese momento parecía un repollito porque estaba regordeta hasta el punto de querer comérsela a besos, sus cabellos y ojos eran negros perlados como la noche y siempre andaba dos cortas coletillas preciosas que la hacían ser aún más tierna que como la recordaba en las fotografías viejas en mi tiempo.
—¿Cómo le dijiste a mi hija?, ¿Estás loca o qué eh?, ¡Aléjate de mis hijos y de mi casa! —dijo mi abuela encontrándose completamente indignada conmigo, pues literal me echó a la calle como a un perro.
En esos trágicos momentos cuando estaba por ser echada de mi propia casa mi dulce y pequeña tía Estíbaliz empezó a convulsionar y vomitar espuma por la boca asustando a todos ahí dentro siendo atendida en casa y no en un hospital como debió ser.
...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.