La casualidad llevó a Candela a la vida de Taehyung.
Nuestros protagonistas crecen para enfrentarse a una venganza.
El apoyo incondicional de sus amigos será su as bajo la manga.
¿Conseguirán superar todos los obstáculos?
Historia completa
Habían terminado de cenar, recogido los trastes y Tae supo que ya no tenía excusas para quedarse.
-Debería marcharme, se hace tarde -Voy a la secadora, tu ropa debe estar ya.
Taehyung no quería marcharse, le apetecía recostarse en el sofá junto a Candela y que ambos se cubrieran con una manta, ver algo en la tele y jugar con su pelo y comérsela a besos.
-Tae, hay un problema -¿Qué ha pasado? -Tu ropa sigue mojada, olvidé poner en marcha la secadora. -Oh. -Podemos ver una película mientras. -ok, dijo aparentando indiferencia e intentando disimular su alegría. -¿Que peli te apetece ver ¿Zombies o superhéroes? -Superheroes -Genial ¿Hago palomitas? Tae aplaudió como un niño. Candela fue a la despensa en busca del maíz, mientras estaba allí, miró hacia la habitación de la lavadora. La ropa de Tae estaba limpia, seca y perfectamente doblada encima de la secadora.
La película había terminado, Candela dormía con la cabeza apoyada en el pecho de Taehyung, éste enredaba la punta de sus dedos en los suaves mechones del cabello de Candela.
Tae la miraba, apenas había visto 10 minutos de la película, se había pasado el resto de la película mirándola sin el más mínimo pudor.
Había tenido que hacer una gran esfuerzo para no besarla, pero no debía hacerlo, no quería forzar nada. Quería que fuese ella quien se diese cuenta, quien decidiese como y cuando debían besarse. Porque en aquel momento tenía clarísimo que aquella mujer era su destino, lo sentía no podía ser de otro modo.
Candela abrió los ojos, y vio a Taehyung mirándola, acarició el rostro de aquel hombre y suspiró. Tae le sonrió ligeramente -I purple you -¿I purple you?... Sé que debería recordar algo... susurró Candela, temiendo que si elevaba la voz se rompiese la magia del momento...solo que no sé qué es lo que he olvidado. Tae sonrió -Debería marcharme -No te vayas, quédate conmigo -No creo que sea tan bueno como tú piensas, no creo que pueda tenerte así de cerca mucho tiempo sin intentar... Tae acarició la mejilla de Candela y con su pulgar acarició delicadamente los labios de la chica. -No quiero que te vayas...Quédate en tu habitación -No quiero, quiero quedarme aquí, así contigo.
Candela sintió que se le aceleraba el pulso, lo pensó un momento, y se acurrucó sobre el pecho de Tae tapándose con la manta.
Tae la abrazó, se acomodó ligeramente en el sofá y desde el mando a distancia apagó las luces del salón y se cubrió con la manta.
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