Chocar con la realidad

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Candela abrió los ojos, le dolía la cabeza, tenía náuseas y hambre...

También le dolía la espalda y tenía los músculos entumecidos, se sentía como si hubiese dormido una semana.

Recordó a Taehyung y no pudo evitar que las lágrimas se le escapasen de nuevo...

¿Cómo había dormido tanto?
Las pesadillas, le daban miedo... las pesadillas, así que aceptó la píldora para dormir que le ofreció...¿Qué hora es? Candela volvió a la mesita de noche buscando su móvil.
¿Donde está mi móvil? Miró debajo de la cama y en el suelo pero no lo encontraba.

Puso la tele, en las noticias de la tarde hablaban del inicio de semana.
¿Estamos a lunes? ¿He dormido dos días? Taehyung estará muy preocupado, ¡mi madre! Estará preocupada porque el sábado no hablamos y no le he mandado ningún mensaje.

Estaba agobiada en aquella habitación tan oscura, descorrió las cortinas y entonces sintió pánico.
La imagen de la ventana no era la de un edificio de Gangdam, estaba en una casa de campo, en la segunda planta,  rodeada de árboles, no parecía haber nada más alrededor
¿Cuando y cómo había llegado allí?
Miró la habitación, era del mismo tamaño que la que recordaba de Seul, pero los muebles eran más viejos y el ambiente era rústico y anticuado al contrario del apartamento que recordaba, minimalista y moderno.
Su bolso estaba sobre la silla, -quizás mi móvil esté ahí.
Su bolso había sido revuelto.
Varios tampones y el maquillaje estaban fuera de su bolsa, algunas tarjetas estaban fuera de su cartera, le habían quitado las tarjetas del banco y todo el efectivo ¿Un robo? No, su pulsera de los charms que se había quitado en el taxi estaba allí, un ladrón se la hubiese llevado, era de buen oro y bastante gruesa.
Había algunas otras piezas de bisutería, unos pañuelos de papel, una agenda, aunque se habían llevado el bolígrafo, también habían dejado un pequeño frasco de su perfume de jazmines favorito, y una novela de tapa blanda para las esperas...su móvil no estaba.

Se estaba haciendo pis, miró hacia una de las  puertas la abrió y encontró el baño, cuando salió probó la otra puerta.
-Es oficial,  Candela esta vez sí te han secuestrado.
....

Estaba anocheciendo cuando se oyó la llave en la cerradura, cuando se abrió la puerta encontró a Candela leyendo con la tele puesta de fondo.

-¿Cómo estás?
-Muerta de hambre
-Ahora te traeré algo
-Tu tienes mi móvil
-Claro
-No me lo vas a dar
-Obvio que no.
-Vale, tráeme algo de comer ya te he dicho que tengo hambre
-¿No me vas a preguntar nada?
-Para qué, ya lo sé todo, al menos todo lo que necesito saber.
-¿Y qué es lo que sabes?
-Que me has vendido, que por dinero has traicionado nuestra amistad y que me has secuestrado.
-Sí, estas bastante bien ubicada
-No me apetece seguir hablando contigo, ¿Puedes traerme la comida?
....
....
....
....
El Martes, Candela ya había terminado la novela, así que veía la televisión, un programa sobre cocina, en realidad estaba pensando, qué opciones tenía y que podía hacer...
Había comido muy poco, apenas la ensalada después de lavarla bien, temía que volviesen a drogarla.

Sentía que tenía que hacer algo, recordaba decenas de escenas de película en las que el protagonista se escapaba de una situación similar o peor.
Claro que solían ser, bien ases de las artes marciales, soldados entrenados para matar o genios capaz de hacer una llave maestra con un clip y un chicle.

Pero allí estaba ella que no había dado un guantazo en su vida, que apenas pesaba 55 kilos y que no tenía ni idea de que hacer con una horquilla y una cerradura.
Así que películas de acción descartadas...debería seguir pensando.

Decidió seguir recabando información.

Todos los canales que estaban sintonizados en la tele eran coreanos, así que no era descabellado pensar que seguía en el país.

I Purple YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora