18

10.6K 1.1K 151
                                    

Ver a TaeHyung como padre, definitivamente era una experiencia muy peculiar de presenciar. JungKook ya estaba un tanto acostumbrado a los mareos y vómitos matutinos, así que el estar de nuevo de esa manera, lejos de alarmarle le daba un sentimiento de felicidad. Realmente tenía otro bebé en su vientre.

Así que aquella mañana cuando amaneció con esas sentimientos de mareo y ganas de vomitar, no se sorprendió demasiado; lo tomó de buena manera y siguió hasta el baño. Sin embargo, el alfa al escuchar movimiento en la cama y sentir cómo está perdía peso, se había despertado un tanto alarmado; mirando directo hacia la puerta del baño que acababa de cerrarse.

—JungKook, ¿estás seguro de que estás bien? —indagaba muy preocupado el alfa del otro lado de la puerta—. ¿No quieres que traiga algo o al médico?

—No, estoy bien—se escuchaba con desgano, pues el vomitar realmente le quitaba las energías—. Solo necesito un poco de tiempo.

Se levantó hacia el lavabo con pasos un tanto lentos para recuperar por completo la estabilidad, una vez delante de este se lavó los dientes y su rostro como normalmente lo hacía. Mientras dejaba que su rostro se secara un poco al natural, escuchó el sonido de la perilla moverse con un poco de insistencia, para luego la puerta ser abierta. Dejando a un alfa preocupado siendo el protagonista de la escena, el menor le sonrió un tanto divertido.

—JungKook, lo lamento mucho, pero me preocupé—mencionaba ligeramente ruborizado, a lo que se acercó al menor para inspeccionarlo mejor—. Es que, aun no me acostumbro a la idea...

—Tranquilo, es completamente normal que en la mañana pase esto—mencionaba soltando una risita, mientras sus ojos inspeccionaban como el mayor parecía buscar algo en la habitación de baño—. ¿Sucede algo malo?

TaeHyung no dijo nada, lo que hizo que JungKook frunciera más el entrecejo un tanto intrigado de qué era lo que en la mente de aquel chico pasaba. Luego pasó un poco de él para tomar la pequeña toalla facial y, con toques extremadamente suaves, ayudarle a secar el rostro.

—No era nada malo, pero realmente no quiero que se enfermen o algo—mencionaba en voz baja, para luego dirigir su mirada al ligeramente abultado vientre del omega—. No pude estar en tu primer embarazo y esta vez, quiero darte los cuidados que no pude antes.

Aquello hizo que el corazón de JungKook se derritiera ante su alfa, que se sintiera el omega más afortunado por tener a ese hombre a su lado. Pues qué aquel Rubio había hecho más por él de lo que había hecho su difunto marido en todo su anterior embarazo, en muy poco tiempo realmente.

—No te preocupes, aprecio que te preocupes por mí—mencionó sincero, para después robar un beso corto de los labios ajenos—. Por nosotros, pero es completamente normal que pase esto en los primeros meses, incluso casi al final del tercer trimestre.

—Lo entiendo, sin embargo, no puedo evitarlo—dejaba la toalla a un lado, para acariciar el rostro ajeno con su mano y después depositar un beso en la frente ajena—. Esto es tan nuevo para mí que de cierto modo quiero no arruinar nada, ni el mínimo detalle.

Antes de que siquiera el menor pudiera decir algo, se silenció de golpe y abrió los ojos muy sorprendido. Lo que alarmó por supuesto al alfa delante, quien analizaba su cuerpo en búsqueda de algo que le hiciera sentir mal.

—JungKook, ¿qué sucede? —no recibía respuesta, le castaño parecía muy perdido en lo que sea que le estaba pasando—. JungKook, ¿qué pasa?

La mano del omega tomó la del alfa, llevándola a su vientre bajo y dejándola allí, ante la curiosa mirada que el de ojos ámbar le dirigía. Entonces pasó, aquel casi imperceptible, pero existente movimiento se hizo presente, siendo TaeHyung testigo de aquello y se llevó una enorme sorpresa.

Prentium ❀ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora