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—Entonces, ¿hablas en serio con eso de las cuentas y las propiedades? —TaeHyung asintió con tranquilidad, mientras que HoSeok no cabía en su sorpresa—. Es que... no puedo creerlo, incluso desde hace años que has mantenido todo en secreto...

—Hace años era de otra manera—mencionó un tanto extraño, con un tono de voz algo amargo del cual HoSeok no le había escuchado desde hace años—. Pero ahora, mis hijos y JungKook son lo que necesito, lo que siempre necesité.

—Finalmente te das cuenta, aunque creo que igual si quieres hacer las cosas bien, debes decirle todo—sugirió con algo de delicadeza, pues sabía que el chico era un tanto aprensivo hacia ese tema—. Quiero decir, si quieres que todo esté ya sin nada atrás, creo que es lo mejor que puedes hacer.

—Lo sé, pero creo que debo arreglar primero todo lo pendiente—mencionó evadiendo el tema, mientras miraba hacia los papeles nuevamente—. Le diré cuando sea el tiempo correcto, pero ahora debo acomodar lo de la escuela de los niños, además que quiero arreglar lo de mis tarjetas y mi propia cuenta.

—Hasta parece que no me tienes como tu contador y administrador—se quejó HoSeok, en tanto hacía un gesto un tanto cómico—. Ya están tus tarjetas, las tengo aquí en sus correspondientes sobres.

—Eres el mejor, en verdad amigo.

—Lo sé, por algo soy el contador más cotizado de Corea—mencionó para empezar a reír tras aquel comentario, haciendo que TaeHyung virara los ojos con diversión—. Bueno, pero ya en serio, ¿no crees que deberías sincerarte en decir que, quien siempre se esforzó fuiste tú?

—No lo entiendo—TaeHyung abrió los sobres con las nuevas tarjetas, colocando estas en su cartera—. ¿Por qué debería decir que fui yo quien lo hizo?

—No puedes ocultar tu pasado y pretender que no pasó nada—HoSeok nunca había estado de acuerdo con las decisiones de aquel tipo que tomaba TaeHyung, siempre alardeándole que era demasiado bueno y debía pensar más en él—. ¡Ya es un poco absurdo que encubras a tu difunto hermano! Tú eres el único que siempre fue el que hizo todo, el que compró la casa de tu cuñado... ¿por qué no puedes decir todo?

TaeHyung miró con sorpresa a su amigo, pues nunca le había visto explotar de aquella manera; sin embargo, del mismo modo le dio un poco de molestia aquellos comentarios, que más bien era una molestia por darle la razón a HoSeok.

—No he venido a hablar de eso, como veo que las cosas van bien y ya tengo mis tarjetas, creo que es mejor que me vaya a casa—Miró a su amigo, quien negó rotundamente con la cabeza—. Agradezco tus palabras, pero siendo sincero... mi cabeza está hecha un lío, mi alfa me pide desde hace años a JungKook, pero muchas cosas me turban ahora, realmente quiero estar con él... sé que tienes razón, sólo que... es difícil para mí ahora hablar de eso.

—TaeHyung.

—Igual lo haré, no quiero ocultarle nada a JungKook—suspiró sintiendo un poco de dolor debido a su reciente accidente—. Me tengo que ir.

El alfa salió sin decir más de la oficina de HoSeok, pensando en que quizá decirle todo a JungKook era lo más indicado de hacer. Aunque realmente no sabría qué tanto le fuera a creer o si quiera la reacción del omega ante lo que fuera a decir, que, aunque era la realidad, era un poco dura de decir tras años creyendo lo contrario.

Soltó un suspiro desesperado, mirando poco después hacia su tarjeta de crédito nueva, mientras en su mente la imagen de MinJae y muchos momentos amargos empezaban a invadirle. Abrió y cerró los ojos en un intento vago de borrar aquellos recuerdos, aunque era inútil realmente, para después pedir un taxi de nuevo a la casa de JungKook.

Prentium ❀ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora